A los políticos mentirosos.


Me siento indignado, harto ante lo dicho en el Congreso.
En pocos sitios la mentira es tan burda, descarada y obscena como en España. Los políticos mienten cuando afirman que vivimos en democracia. Mienten y se prostituyen cuando ocultan sus privilegios, cuando falsean las cuentas, cuando esconden las cifras reales de una deuda y cuando afirman que la ley es igual para todos.
Ante el mentiroso...abandonarlo
Una mentira es una afirmación que no coincide con la opinión de la persona que la hace y que pretende engañar a otros en beneficio personal. O como aparece en el Éxodo 20:16: "No darás falso testimonio contra tu vecino”. La veracidad, que está reconocida desde la Ilustración como condición previa fundamental para la sociedad humana, no sólo es un requisito para los ciudadanos individuales sino también para los políticos; especialmente para los políticos.
La mentira sale gratis en política, una sociedad que no sanciona la mentira y por eso también la toleramos en la política. Los problemas importantes se pierden en esos estériles debates de los Plenos Municipales, que no convencen a nadie. Y no convencen por la sobreabundancia de datos, falsos en su mayoría, que un observador imparcial o de buena fe, no podría sacar fácilmente una conclusión válida.
Mienten de manera descarada cuando afirman, sin el mínimo pudor, que no han mentido nunca y lo dice una conocidísima concejala, antes alcaldesa, ante muchas personas que conocen perfectamente una parte de sus mentiras y de sus enjuagues políticos y se queda tan pancha y además perdura como constancia documental. Mentir no es sólo decir falsedades. Mentir es también ocultar la verdad. Las mentiras son impunes porque todos callamos cuando nos mienten y no nos revolvemos como fieras contra los mentirosos. Mienten para sentirse importantes, para ocultar sus miserias. 
 Un sistema corrupto tiene su principal valedor en la mentira. Se roba y después se dice que no se roba; se colocan a familiares y amigos con sueldos públicos municipales, pero después se niega o se dice que eran los más capacitados; se miente con las cuentas, con las medidas y con las motivaciones y todo se oculta con la ayuda de una parte de la gente y de los medios informativos que están a su servicio.
La mentira se ha hecho fuerte el poder, no para de crecer frente a unos ciudadanos cada día más marginados e insignificantes. En España se baten records: tesis plagiadas, mentiras institucionales, currículos falseados, dineros escondidos, políticos ricos que no saben explicar sus patrimonios y argumentos del poder travestidos de bondad, cuando son pura perversión corrupta.
Se miente al afirmar que la Justicia es libre y para todos igual, pero es falso ya que sin dinero es difícil conseguir Justicia. Mienten cuando afirman que el Congreso hace las leyes, pero quien las hace son los partidos. Mienten cuando hablan del "Estado de Bienestar" y ocultan que el único Estado de Bienestar que existe en España es el que disfrutan los poderes económicos dentro de una estructura capitalista y los políticos que de manera incondicional la defienden.
De igual manera, hago un llamamiento a todos los políticos de Valdemorillo, para que no nos engañen nuevamente con el asunto de las urbanizaciones. Durante su campaña electoral, se llenaron la boca diciendo que solucionarían su recepción, y hasta la fecha apenas aparece referencia de su trabajo, sobre este particular, en los Plenos. Sobre este particular, hago un especial llamamiento al partido que gobierna, que tiene la obligación de contarnos los pasos seguidos hasta ahora, y de una manera muy especial al grupo socialista que como principal partido de la oposición y como un compromiso adquirido ante su electorado debe cumplir y hacer cumplir su adeudo, ofrecer un trabajo serio y concienzudo que permita desbloquear este asunto. Personalmente, considero que la Concejala encargada de abordar este asunto se encuentra absolutamente perdida ante un problema de capacidad y conocimiento competencial.
La mentira política es "inaceptable" porque en otros aspectos como el consumo no se toleran las mentiras. "¿Qué pasaría si los médicos decidieran hacer diagnósticos falsos? Sería una catástrofe. Entonces, ¿por qué hemos aceptado la mentira de los políticos".
Tal como se acepta aquí el engaño o la mentira, no me extraña que buena parte de la ciudadanía, piense que ningún político es de fiar, lo que, en mi opinión, además de no ser cierto, resulta tremendamente injusto, pues afortunadamente hay políticos honrados que también se echan la mano a la cabeza cuando conocen la mentira y al mentiroso.

Comentarios

  1. Pedro R. González9 de enero de 2020, 23:01

    Chapeau, absolutamente confirme con su análisis de una realidad que nos mantiene perplejos a todos y todas. Vivimos en un mundo de mentira y no somos capaces de pasar factura policía a los mentirosos estafadores. Es una vergüenza que debemos desterrar pensando en la herencia que dejamos a nuestros hijos. El político mentiroso debe ser arrinconado definitivamente de los puestos de responsabilidad politica, debemos exigir dimisiones.

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    1. A mi edad, debo decir que no me fío ahora de ningún político. Y me preocupa la gente, porque se ha legitimado un marco intelectual en el que hay patriotas y traidores, buenos y malos, cuando no es cierto. Cada vez es más difícil discernir entre información e intoxicación. Además, el desconocimiento de la realidad política esta tan adulterado que comienzo a dudar donde está la verdad. Igualmente he sentido como un latigazo intelectual, cuando la ex alcaldesa dice ante millares de personas que ella no ha mentido jamás (no importa demasiado porque es insignificante fuera de Valdemorillo) …. y además nadie protesta y ella se queda tan tranquila. ¿No tienen nada que decir sus antiguos compañeros del PP?

      Creo firmemente que los ciudadanos hemos sido abandonados por los políticos. Como en las épocas tranquilas no se ha invertido demasiado en educación y cultura, cuando llegan épocas de crisis como la actual es más difícil defenderse de las mentiras, las manipulaciones y los discursos fascistas, nacionalistas o populistas. El espectáculo de estos debates me ha descolocado anímicamente y lo siento profundamente.

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    2. Pedro R. González10 de enero de 2020, 11:05

      Totalmente de acuerdo profesor. Yo también tengo la sensación que ahora en la política vale todo y por eso la representante de Esquerra dijo que le importaba un comino el Estado. ¿ Entonces porqué no dimite ya, y no sigue chupando nos la sangre a todos.

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  2. “La política es el arte de servirse de los hombres haciéndoles creer que se les sirve a ellos” o “los artistas mienten para decir la verdad, mientras los políticos mienten para ocultarla”.

    Al mentir los políticos no siempre buscan engañar, a veces también lo hacen en público para que quede registrado en medios de comunicación o en cuentas sociales y así no se comprometen con ciertos asuntos. “Es decir, son mentiras para el registro. Para que después esas declaraciones sirvan como pruebas de que el político no sabían de algún tema”. Las mentiras son distintas a las falsas promesas, pues estas últimas se refieren a acciones futuras que el político sabe que no va a poder cumplir Otra diferencia entre mentira común y política radica en que esta no solo busca timar al electorado, sino también generar adhesiones o consensos o separaciones o disensos.

    Las dos clases de mentiras también son diferentes por el daño que producen. Las comunes generan creencias falsas en la persona engañada y esta puede actuar a partir de esas falsas ideas. Las mentiras políticas, por su parte, no solo crean falsedades, sino que dada su sistematicidad generan desconfianza en el político, su partido e incluso en todo el aparato municipal.
    Y si el electorado tiene claridad de que los políticos mienten, ¿por qué votan por ellos? La gente no vota por las propuestas de los candidatos sino por alianzas políticas, de clase. En otras palabras, no los impactan las mentiras porque lo que hacen es elegir al que piensa parecido a ellos. El engaño político no solo se usa para elegir gobernantes, sino también para buscar el apoyo o el rechazo a decisiones

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  3. Fernando Rodriguez9 de enero de 2020, 23:45

    El Arte de la Mentira política fue un libro publicado el siglo XVIII por Jonathan Swift. Era el siglo de las luces preparando la Revolución de 1789. La mentira y la política suelen caminar juntas. Hay que mentir bien y conseguir que haya siempre un punto de verdad que esconda la mentira, como en el pasado Pleno Municipal hizo P. López Partida hablando sin mesura, a pesar que lo que dijo en el Pleno quedo gravado. La política es como el periodismo, lo que se dice hoy se puede corregir mañana. Y si la mentira o falsedad no se puede disimular se publica una fe de erratas y aquí no ha pasado nada.
    La mentira política se vive en todos los sistemas y en todos los países, pero España gana a todos. El político miente como podemos mentir todos. Lo que ocurre es que la mentira política tiene efectos más devastadores porque se miente a toda una sociedad. Además., la mentira crea desconfianza, distanciamiento, desasosiego. Un mentiroso en política hace un daño gravísimo. Cuando un político niega la evidencia pierde credibilidad y pierde votos. Aunque sea a la larga.
    Hay que poner un límite a la mentira política. Una forma es contrastarla con la realidad. El que mejor y con más eficacia se dedicó a combatir la mentira política fue el presidente Lincoln. No se refirió a los límites morales de la mentira sino de lo que puede ser desmentido por la realidad. Su célebre frase sobre la mentira política todavía resuena en los gobiernos y parlamentos de todo el mundo. Se podría enmarcar:
    “Es posible engañar a unos pocos todo el tiempo. Es posible engañar a todos unos tiempos. Pero no es posible engañar a todos todo el tiempo”. Muy de acuerdo.

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  4. Estoy totalmente de acuerdo en lo que dices. En mi vida he sentido tanta vergüenza ajena, tanta desazón, tanta rabia contenida, como en el debate de investidura del Dr. NO. Parece que es sabido que todos los estados tienen sus cloacas, tan mal cuerpo se me puso, el otro día, que me pareció que nuestras cloacas habían atascado las alcantarillas y habían rebosado en el Parlamento.
    Con toda seguridad que los llamados "constitucionalistas" podrían haber criticado con algo más de elegancia, todo se puede mejorar. Yo eché en falta que, cuando alguno de ellos les daba en los morros, porque les daban en los morros a más de uno, eché en falta que no se pusieran todos de pie y aplaudieran a rabiar, como uno solo, independientemente de que cada grupo tenga su propia filosofía política. Allí se trataba de frenar un disparate y de no tragarse ninguna miseria regurgitada por más de uno.
    Para esto le ha valido sacar a Franco de su tumba. Pues, en mi opinión, vamos camino de otro treintaiseis y como todo se repite, vendrá otro "artistiña do NODO".
    Desde el día que Felipe González aprobó su Ley educativa, muchas veces me he preguntado ¿Cuánto tienen que haberle dado, a esta gente, para que quieran hacer de España una fábrica de mano de obra barata para otros? A esto nos han llevado las diferentes leyes educativas de la izquierda, que se han tragado, como si fueran caramelos, todos mis Jefes de Génova, de la misma manera que se han tragado todas sus leyes ideológicas.
    Luego quieren hacernos creer que viene la "ultraderecha", pero si no hay ni derecha ¿Cómo puede haber "ultraderecha"?
    MALDITA SEA MI ESTAMPA.
    Esto solo tiene arreglo con una ley electoral que dé a cada hombre un voto, sí, hombre, sí, cada mujer también con su voto y todos con el mismo peso, solo faltaba.
    Pasadlo bien, si podéis. Andrés

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