La mentira = media verdad bajo sospecha

La endogamia, uno de los principales males de nuestra democracia

Si la astucia es la habilidad para engañar y lograr artificiosamente un fin, sus consecuencias son graves cuando se la practica en el terreno municipal donde todo el mundo se conoce. Algunos y algunas han convertido la política en una actividad bajo sospecha, y nos rasgamos las vestiduras con declaraciones contra la corrupción.

Me siento extraño estando presente en una candidatura, porque considero que los problemas fundamentales, de la vida política en su conjunto, no han sido resueltos y la mentira con mayúscula, constituye una constante practicada de forma generalizada por los políticos que a toda costa persiguen el poder y su erótica ¿Cómo una ex alcaldesa que se empeña en seguir y seguir a cualquier precio?, sinceramente no lo entiendo y por muchas vueltas que doy a algo que lo justifique.

Si la astucia es la habilidad para engañar y lograr artificiosamente un fin, sus consecuencias son graves cuando se la practica en el terreno municipal donde todo el mundo se conoce. De allí que los actos de quienes gobiernan o aspiran a hacerlo, deben reflejar no sólo responsabilidad sino también verdad pues repercuten en todo el pueblo.

Utilizan, los políticos, con frecuencia procedimientos engañosos que por habituales pasan inadvertidos. Y si alguien los enfrenta o señala su inconveniencia puede ser considerado, en el mejor de los casos, un ingenuo. Se palpa una desafección creciente. Además, afecta tanto a los partidos de derecha como de la izquierda. Ya no hay defensa cerrada sobre ninguna causa, y eso desgraciadamente funciona a todos los niveles. Nadie se fía de nadie.

Han convertido la política en una actividad bajo sospecha permanente. Luego nos rasgamos las vestiduras con declaraciones grandilocuentes contra la corrupción. Se ve mucha inquina Es el viejo principio de acción reacción. Vivir sin principios tiene consecuencias. Ya podemos, crear normas de transparencia, declaración de bienes, de actividades… Sin principios, no hay nada. Prescindir de un ideario político se trueca en mantener, por encima de todo, una posición política. El poder por el poder, ahí queda el testimonio de Pilar López, cuando no se la propone como candidata del PP y se busca la vida formando otro partido, como antes hicieron otros.

¿Pero existe solución para estos casos? Sin ninguna duda. Aunque suene a iluso creo que todos los responsables políticos tienen una obligación cabal: decir lo que piensan, aunque afecte a su posición, tender puentes, con los propios y contrarios, buscar formas de entendimiento y trabajar para defender la honestidad de la gran mayoría de los que se dedican a la cosa pública. Conjugar el verbo dimitir, sin esperar a momentos procesales oportunos. En esto podemos mirar hacia Europa. Nos dan lecciones de largo.

Hay que tener valentía. No ocultarse tras el tan manido “mal menor”. Reaccionar con fuerza, claridad y respeto. Continuar en la lucha. Uno de los principales males de nuestra democracia es la endogamia de los partidos tradicionales. Es una endogamia interna que cierra puertas, expulsa a los que no piensan como ellos y crean argumentos para justificar lo injustificable. Pluralidad, apertura y sinceridad. Huir de lo que me conviene y buscar el bien común y el interés general.