Elecciones Municipales

Hace falta mucha valentía y honestidad para ser alcalde o alcaldesa.

Al mes que viene habrá elecciones municipales en Valdemorillo, en un clima político especial y diferente al de anteriores citas electorales… Muchas ideas que podían ser buenas hace cuatro años, puede que no lo sean esta vez.

Hace falta es que la cabeza de lista sea un buen conductor o conductora de grupos para gestionar un equipo de gobierno que deberá ser de coalición. Se necesitará alguien inteligente, honesta y flexible, con capacidad de llegar a acuerdos, y de integrar un equipo de gente heterogénea con grandes egos. Se requiere es una cabeza de lista que sea amable y paciente, sabiendo escuchar a la gente.

Valdemorillo ha sufrido desgobierno últimamente y antes un mangoneo no justificado adecuadamente. Hay que escuchar mucho y hay que dedicar mucho tiempo a estar cerca de la gente, de la gente normal de la calle, de la gente que no se acerca a los políticos. En las municipales de Valdemorillo necesitamos listas electorales, con personas que sean inteligentes, negociadoras, honestas, amables y pacientes, que busquen hacer voluntariado y no entrar en el gobierno municipal de Valdemorillo solo para llevarse un buen sueldo.

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Todas las fuerzas políticas históricas, por diferentes circunstancias, han sufrido una erosión grande en los últimos años. Incluso las fuerzas políticas nuevas y emergentes tienen un problema de credibilidad que sólo puede reducir la ingenuidad personal de los integrantes de la lista. ¿Quiere decir esto que los miembros de la lista tienen que ser expertos en gobierno y gestión local? No. El pueblo no sabe juzgar eso. Este año más que nunca, los miembros de una lista electoral deberían saber muy bien interaccionar con la gente, escucharla y hablarle; y deberían tener una trayectoria avalada socialmente, responsables e implicadas en la dinámica social.

Los integrantes, del nuevo gobierno, deben estar dispuestas a trabajar muchas horas como una tarea voluntaria y menos remunerada. La lista electoral que pueda utilizar con credibilidad como argumento electoral "No vamos a ganar sueldos, vamos a trabajar para el municipio” y también resolver definitivamente el asunto de las Entidades Urbanísticas, que como opción deben aparecer en sus programas electorales. También es importante que cuanta más experiencia en gestión local haya en la lista mejor. Las personas que ya han estado en el Ayuntamiento es bueno que sigan, salvo las que no estén bien consideradas por actuaciones en una gestión anterior “marcada” por algúna bataola no aclarado satisfactoriamente.

La campaña electoral no debe ser agresiva ni crispada. No se trata de ilusionar a los convencidos, más bien persuadir a los indecisos. Los indecisos son personas de dos tipos diferentes. Por un lado, están los vacilantes estables, personas que no tienen una opción política clara y que antes de cada elección prestan atención al panorama político y deciden en función de lo que escuchan y sienten. Por otro lado, están los "nuevos indecisos", que es un fragmento que sólo existe en momentos de crisis política, como la actual. Personas que tenían una opción clara y que de repente la dejan de tener, la pierden; es como si quedaran huérfanos, porque por una u otra razón pierden un referente político y deben hacer algo que no hacían, que es prestar atención al panorama político y decidir en función de lo que escuchan y sienten. Tanto unos como otros tienen una actitud receptiva al discurso y propuestas políticas de las opciones que quedan dentro de su abanico de preferencias; pero tienden a rehuir el discurso radical y excluyente de las demás opciones.

Lo importante es que quien gane no piense que ha sido por su inmensa sabiduría política. Las elecciones no las gana el que lo sabe todo, ni siquiera el mejor, las gana el que tiene más votos y el que es capaz de ganar la alcaldía y formar gobierno. Luego viene el trabajo difícil de gobernar y el trabajo, aún más difícil, que es el de aprender a gobernar. Admitir (nunca en público, siempre en privado) que no se sabe lo suficiente en el arte de gobierno es la grandeza de los políticos serios y responsables. Aprender a gobernar cada día mejor, con auto exigencia creciente, es una de las tareas más importantes de un equipo de gobierno, y es una tarea de equipo. Y es una tarea que requiere mucha valentía.

Hace falta valentía para pelear con los problemas en lugar de rehuirlos. Hace falta valentía para cambiar cosas eliminando privilegios y regalías. Hace falta valentía para estar cerca del vecindario cuando hay problemas. Hace falta mucha valentía y honestidad para ser alcalde o alcaldesa.