Junto con mi villancico:

Feliz Navidad a todos y Paz a los hombres y mujeres de buena voluntad.

Durante estos días Navideños, nuestro espíritu se llena de un pasado que nunca volverá, un pasado interrelacionado con sensaciones experimentadas junto a personas que ya no se encuentran entre nosotros. Un pasado que parece cercano pero distanciado en el tiempo que persevera una etapa importante de nuestra niñez.

Durante estos días navideños, revivimos sensaciones distintas con otro significado, pero casi siempre inscriptas a la nostalgia y al sentido de nuestra vida. Una vida que hemos tenido y que debemos  seguir viviendo en la busca constante por conseguir felicidad.

Gracias a la vida, es una popular canción de inspiración folclórica chilena compuesta e interpretada por Violeta Parra y en una de sus estrofas dice: "Gracias a la vida que me ha dado tanto Me ha dado la risa y me ha dado el llanto …" Cuando estas en esa etapa de la vida en la que te das cuenta que tu futuro es mucho más corto que fue tu pasado, necesitas detener el tiempo para reflexionar,  tomar conciencia y preguntarte, si lo pasado y lo vivido corresponde al proyecto de la vida que quisiste o la que mereciste. También por:   de todas las cosas a las que has dedicado tu vida, ¿cuál de ellas crees que es la más valiosa?  Descartar vivir para ganar dinero o  acumular cualquier tipo de riqueza materiales. Sencillamente, no se debe dedicar la vida a algo así, sabiendo que podía ser innecesario para salvaguardar tu dignidad y la tranquilidad de tu conciencia. Sí, el dinero necesario que pudiera permitirte conseguir una parcela de felicidad en tu existencia para no tener que pensar en él. También dedicar tu vida a intentar ser feliz por encima de cualquier cosa y sin tener demasiado claro ¿que era exactamente la felicidad? y desde luego ¿cómo se podía llegar a conseguir? 
No tarde mucho en darme cuenta que una parte importante de la tranquilidad la tienes a tu alcance y en cada momento, en el instante que disfrutas de todo aquello que estás haciendo y cuando lo haces con el entusiasmo y la consciencia necesaria que te demuestre que lo estás viviendo, que estas interactuando con personas que buscan lo mismo que tú. La felicidad englobaba muchas emociones positivas, pero que unas eran muy diferentes de otras. Unas para el cuerpo y otras para el espíritu. “El placer de tomar una cerveza fría un día del calor a la orilla del mar sintiendo como el agua roza tus pies”   

Emociones como el placer o la alegría no son más que una mezcla de sustancias químicas en nuestro cerebro que nos hacen sentir bien durante una serie de momentos. Es fundamental mantener la felicidad de bajo orden en unos niveles aceptables, del mismo modo que es transcendental mantener la salud en unos niveles aceptables. Si no tenemos suficiente felicidad de bajo orden, no andaremos correctamente, y entonces dará igual cuál sea nuestro “gran objetivo vital” porque no nos sentiremos dispuestos a llevarlo a cabo.

La felicidad de alto orden es diferente, porque no se puede conseguir directamente. No puedes experimentar satisfacción, triunfo, camaradería, realización personal o paz interior a partir de estímulos externos de la misma manera que puedes experimentar placer físico. Son emociones duraderas que sentimos como resultado de vivir de acuerdo a nuestras creencias, como resultado de “hacer las cosas bien. ¡Intenta ser feliz por encima de todo! y si lo intentas seguro que lo conseguirás.