A nuestros politicos municipales, de gobierno y oposición

No hay espectáculo más aterrador que la ignorancia en acción. Goethe

La ignorancia es un elemento intrínseco de la condición humana, que con el aprendizaje y al transcurrir del tiempo se cura para dar paso al conocimiento. Pero, ¿se cumple siempre esta regla?; parece que lo verdaderamente importante radica en el conocimiento de la propia ignorancia.

Decía Baltasar Gracián que: “El primer paso de la ignorancia es presumir de saber”. 

 Otro punto de vista muy popular en España, pero opuesto a la acusación anterior, es pintar a los políticos de ignorantes. Sí, nos gobiernan personas poco formadas sin los conocimientos suficientes, quizás no tomen decisiones acertadas, provoquen problemas serios por su incompetencia y se dejen convencer fácilmente por los oportunistas.

Más allá de los argumentos, existen muy pocos datos gráficos sobre las características de los políticos. Para analizar esta cuestión, usaremos una base de datos recopilada de hace algunos años que la he obtenido en la red y es del Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas y que contiene información sobre 650.000 concejales de los Ayuntamientos.

Hay que reconocer que los políticos que nos gobiernan y la mayoría de los que se encuentran en la oposición no se hallan preparados para afrontar una problemática de gobierno con el menor costo político y económico posible para el pueblo, de tal manera que, en muchos casos, estamos gastándonos en chorradas, lo que tendríamos que gastar en asuntos de importancia. En nuestro Ayuntamiento de Valdemorillo, quizás no están presentes personas lo suficientemente capacitadas como para llevar una empresa de servicios que es lo que en definitiva es un consistorio complejo como el nuestro con un montón de urbanizaciones satélites.

En cierto modo este mal endémico viene contagiado de la poca selección partidaria para ocupar puestos en el Ayuntamiento y porque los dirigentes necesitan también los votos de sus acólitos para sobrevivir ellos. Porque si no su razón puede entrar en crisis y lo que menos les importa es el pueblo, los ciudadanos y que tengan o no salidas y oportunidades para una vida mejor como contribuyentes, tanto física como económicamente.

Por poner un ejemplo, el partido Ciudadanos de Valdemorillo, que lleva poco tiempo en la arena política, ha tenido que reclutar a cualquier vecino para intentar presentarse en las pasadas elecciones municipales. Me imagino que ocurriría algo similar en todos los ayuntamientos en los que se presentó. Se hizo desde el convencimiento que este nuevo partido iba a producir resultados positivos debido a la crisis del PP. En Ciudadanos entró de todo, alguno difícilmente se ha podido mantener en su puesto por su escasa preparación política o exigua capacidad de gestión pública. Es posible que, con esta experiencia, puedan haber aprendido para las próximas elecciones municipales y ya sepan elegir mejor. Aquí en Valdemorillo ha pasado lo mismo con algún otro grupo político con una escasísima militancia y preparación que da como resultado un solo representante.

A veces, pienso como cambiarían los pueblos y nuestras vidas si hubiera unas escuelas de formación de alcaldes y concejales y si los pueblos fueran dirigidos por gerentes cualificados a los que se les pudiera pedir responsabilidades y no estuvieran a las órdenes de este, u otro partido político. Los políticos que aparecen en los primeros números de las listan deben ser personas con una cierta experiencia en cualquier tipo de gestión o personas de perfil universitario. Porque para administrar los dineros del vecindario no basta con querer, también se debe saber y cuanto más se sepa, hay mayores posibilidades de éxito si no se trata de un corrupto o corrupta.

En los municipios grandes existe una clara sobrerrepresentación de los ciudadanos con mayor nivel educativo en los gobiernos locales (aunque hay que tener en cuenta que el nivel educativo de la población es también algo más elevado en los municipios grandes). Por el contrario, en los municipios pequeños los políticos locales tienen una composición educativa algo por encima a la media de la población en general.