EL HÁBITO DE ARROJAR CUALQUIER COSA QUE NOS ESTORBE, SIN CONCIENCIA DE QUE ESTAMOS PERJUDICANDO A NUESTRO ENTORNO.

Descontrol municipal en los recintos de basuras de las Entidades Urbanísticas.
Lo que diferencia a los españoles de los otros pueblos europeos, es la falta de conciencia cívica. Estar al corriente que formamos parte de una comunidad y que todos somos responsables si esa sociedad no funciona bien, si la convivencia no es armónica.
Un monton de elementos contaminantes tirados sobre el suelo

Para que haya armonía en un pueblo debe haber cierto orden y limpieza. Cuando la suciedad se hace la reina de las calles hay un problema no sólo de orden estético, sino también de decisión moral, ética.

Podemos gastar lo que se quiera y más en servicios de limpieza eficientes pero si no se educa en el civismo continuaremos teniendo nuestras calles llenas de latas, papeles, plásticos y demás; no sólo me refiero a aquellos que remueven los contenedores, sino a niños, adultos que no les importa tirar cáscaras de pipas u hojas de periódicos al suelo. En cuanto a los perros, yo lo tendría muy claro, una tasa a todos los dueños y con lo ingresado a pagar los servicios de limpieza, no sólo son las heces que eso cada vez más se recoge sino el orín que lo encontramos en las paredes, rellanos, postes, ruedas, etc. Un asco vamos.
Contenedores llenos. Papel y cartón depositados sobre el suelo
Presumimos de pertenecer a un mundo desarrollado, a la Europa Occidental, civilizada que ha alcanzado todos los elementos necesarios para disfrutar de una vida democrática en libertad, donde se puede decidir por sí mismo, donde el hombre es el dueño de su propia historia, donde muchos desearían residir y mueren por alcanzarlo.
No quiero hacer responsables a las autoridades, que lo son, quiero hacer un llamamiento a los ciudadanos de Valdemorillo porque sin su implicación nuestro pueblo nunca estará limpio. Tenemos el hábito de arrojar cualquier cosa que nos estorbe al suelo, sin conciencia de que estamos perjudicando a nuestro entorno y a nuestros convecinos, de que estamos dando mal ejemplo a los niños que son grandes imitadores.
Cazador cazado. Con una furgoneta cargaba su recolección
Esta mañana he ido a tirar la basura de mi casa y unas botellas de vidrio a la zona reservada a tal fin en la urbanización: Ampliación de Cerro de Alarcón y me he sorprendido desagradablemente del estado de dicha instalación a pesar de haberse concebido como una zona reservada de control municipal vigilada. He decidido adjuntar algunas fotografías con el objetivo de que tanto los ciudadanos de la urbanización como las entidades locales tomen conciencia del estado de degradación insalubre de dicha zona. Bien es verdad, que en más de una ocasión he tenido ocasión de ver a alguna persona provista de furgoneta, revolver entre la basura buscando lo que pudiera interesarles y dejando todo de la manera que le resultara más fácil o desordenado. La realidad es la que es y por ella deberíamos de tomar conciencia, simplemente cumpliendo con nuestras obligaciones cívicas. Depositando las cosas en su sitio e exigiendo a las autoridades municipales y a los policías municipales para que también cumplan parte de su cometido para esta acción actuando y sancionando al ciudadano incívico que no se comporte debidamente con el entorno.  
Quiero aclarar algo, sobre este particular que considero importante: algunas personas se ven en la necesidad de buscar entre la basura todo aquello que les pueda resultar útil para sacarse unos euros. También eso debe poderse regular para que no se organice un estropicio de todo lo que se encuentra perfectamente almacenado; y si no es así, evitar estas actuaciones controlando el acceso a la zona.

Comentarios

  1. Estoy de acuerdo en todo lo que plantea profesor. Todos debemos mirarnos al espejo y analizar las veces que hemos actuado de manera incívica. Cualquier ciudadano que viaje por la Europa del norte podrá comprobar que no se ve un solo papel sobre el suelo. Sin ir más lejos hace un par de días sorprendí a unas niñas comiendo pipas en la puerta misma del consistorio, y llame su atención para que no lo continuaran haciendo. Las niñas me miraron con descaro y después se rieron (me imagino que las cascaras de pipas continuaran allí según se sale a la izquierda de la puerta principal).

    Se trata de un problema serio que deberia comenzar a corregirse en la escuela y por supuesto en la casa y ser todos conscientes de nuestro entorno saludable y limpio libre de orines y cacas de perros, puntas de cigarro y un largo etcétera. Me gusta que lo denuncie D. Jesús

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  2. Bienaventurados los que recogen las heces de sus perros, porque a ellos no van dirigidas mis palabras. Y aunque me confieso firme defensora de los derechos de los animales, eso no incluye el amor hacia algunos de sus dueños.
    Hasta hace bien poco era la primera en abanderar la entrada a las playas de estos seres vivos juguetones, pero ya no. La última vez que extendí mi toalla en el suelo, una diosa mierda rodó bajo mis pies a la vez que una arcada y una carambola de maldiciones acabaron con mis risas de golpe, únicamente las mías, porque al que me acompañaba le delataban los lagrimones.
    Valdemorillo está llena de flamantes mierdas de todos los colores gracias a guarros y guarras que con aire distraído evitan recoger y precintar las cagarrutas en una bolsita higiénica, sin intención de llevar a cabo el levantamiento de ese cadáver apestoso, lleno de bacterias y quizás portador de enfermedades, que constituye un obstáculo en mitad de muchas direcciones.
    Como alcaldesa, no dudaría en endurecer las sanciones por no recoger los excrementos de las mascotas en la vía pública. Sinceramente, no sé a qué esperáis para endosarme vuestro voto. Tan desagradable como encontrar tostones en el puré, pisar mierdas no da suerte al que patina con la suela por el asfalto que otros se encargarán de extender como un trazo de acuarela -por solidaridad y mala pata-, hasta convertir aquello en una sombra.
    Los perros son maravillosos, pero gracias a algunos dueños caminar empieza a dar mucho asco, y comer por la calle, un ejercicio de superación para muchos escrupulosos

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    1. Deberiamos ejercer la autocritica de manera sincera, para darnos cuenta de nuestra realidad tercermundista, empezando por dar testimonio a nuestros hijos sobre la necesidad de contribuir a un mundo sostenible. Educar en el respeto a nuestro medio naturar y enterernos de una vez por todas de que lo que no es bueno para nosotros tampoco lo es para nuestro entorno. Se necesita:cultura,cultura, cultura y mas cultura

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  3. Encarni, la concejalia de cultura deberia organizar charlas en los colegios y en la Casa de Cultura para mentalizar a los niños y jovenes en la necesidad de respetar nuestro medio naturar y plantear el asunto del Cbio Climatico.

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  4. Estoy de acuerdo con Pilar Laso. Los países escandinavos ofrecen un modelo a seguir en este tema de la limpieza urbana. La excusa de que esta educación de ha de recibir en la escuela es penosa.
    A los colegios se acude, fundamentalmente, a aprender. La educación se recibe en los hogares y si esta educación brilla por su ausencia en dichos hogares, será imposible que los alumnos la aprendan en las escuelas.
    Y soy bastante pesimista en este tema.

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  5. Salvo reafirmar que hay demasiados guarros sueltos, con perdón de los "guarros", hay poco que comentar. Pero os contaré dos hechos vividos:
    El primero, fue a primeros de los 80, paseaba un mañana de sábado, en Fankfurt (Perdonad, no sé si está bien escrito) por uno de esos grandes almacenes, parecidos al Corte Inglés, mientras llegaba la hora de tomar el avión de regreso a casa, después de una semana de trabajo en Alemania. Delante de mí, dos Señoras charlaban de sus cosas y a una de ellas se le calló un papel, sin pensarlo, lo cogí. En el instante de cogerlo me di cuenta de que no se le había caído, que lo había tirado, pero, una vez cogido... se lo di. Se puso cómo un tomate y no dijo nada.
    Más o menos por esas fechas, en una de las puertas de la muralla de Ávila, a eso de las doce del medio día, un grupo de extranjeros, se dispuso a comer sus viandas a la sombra de un árbol. Después de tomar nuestro vino del domingo, al volver a casa, vimos como habían dejado el lugar. Nuestro comentario fue "Esto, en su país no lo hacen, les hubieran abrasado con una buena multa". Lo estamos viendo con los extranjeros "chungos" que nos visitan en sus vacaciones. En sus países ni se les ocurre hacer ninguna de esas cosas.
    En Mojadillas, siendo yo Presidente, hicimos un camino cortafuegos, para que los bomberos pudieran acceder rápidamente a cualquier punto del perímetro de la urbanización en caso de incendio. No quedó mal. Con el tiempo los perros de los dueños que llevan a sus perros a pasear y, de paso, a que sembrar el camino con sus sobras digestivas, han convertido, en más de una ocasión, en algo difícil de transitar. A veces, algo como un paseo agradable a orillas del arroyo de Fuentevieja, se convierte en una carrera de obstáculos de lo más desagradable.
    Cómo dice Juan, esto no se enseña en el colegio, se aprende en casa.
    Antes se estudiaba una asignatura que se llamaba "Urbanidad", o algo parecido, que no urbanismo. Se enseñaba cómo debíamos comportarnos en cualquier sitio, a cualquier hora y, sobre todo, con los mayores en edad, dignidad y gobierno, igualito que ahora. Dicho sea de paso se daba en los centros escolares. Después vino lo del Espíritu Nacional y ahora llega lo de Educación para la Ciudadanía y el comportamiento LGTBI, curiosamente le falta la H de heterosexual.
    Pasadlo bien. Andrés.

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