Conciencia ciudadana
RAZÓN DEL VOTO
Ser ciudadano es bastante más que tener un documento de
identidad o pertenecer a una sociedad. Los seres humanos no estamos solos.
Conformamos familias, grupos y vivimos en ciudades o pueblos y aspiramos a
tener una buena justicia distributiva
Algunos ciudadanos, entre los que me incluyo, tenemos la convicción de tener criterio para establecer una crítica
constructiva que cuenta con el reconocimiento de una parte de la
colectividad, se denomina CONCIENCIA CIUDADANA y se expresa en prácticas
concretas con el único objetivo de colaborar en la información para un
colectivo desinformado o mal informado. Esta conciencia ciudadana se hace fundamenta
para que el ciudadano deba conocer las formas legitimas de plantear sus
demandas.
Cuando se logra el sentido de
ciudadanía, se comprende que no solo somos sujetos de derechos sino también de obligaciones.
La experiencia nos enseña que la suma de libertades individuales e intereses
personales no conforman una democracia. Es necesaria la cohesión social para
alcanzar los proyectos y aspiraciones de interés común, que se construye a
través de la participación consciente y responsable de los ciudadanos.
En el análisis de la cultura de
corrupción imperante en nuestro país y la deshonestidad de los politiqueros y
dirigentes, es necesario cuestionar la participación ciudadana como deber,
particularmente en las elecciones. Conocemos que uno de los focos de mayor
corrupción es nuestro sistema electoral. ¿Por qué nos quejamos de los
dirigentes si no votamos en las elecciones o lo hacemos sin habernos informado
debidamente? ¿Por qué exigimos, protestamos y reclamamos si no participamos?
¿Por qué nos creemos con derechos si no cumplimos con nuestros deberes o damos
nuestro voto a un político que consideramos corrupto?
En la lucha frontal contra la
corrupción, se requiere pensar de nuevo en la conciencia del voto. Si
existiera, a los deshonestos y negociantes de la política les quedaría
imposible comprar todas las conciencias. Algunos dirán que se atentaría contra
la libertad, pero si somos buenos ciudadanos, entenderemos que la bien común
prima sobre el particular, y en todo caso, es nuestro deber tomar partido y
fijar posiciones.
La
ausencia de participación conduce a la falta de popularidad de las decisiones
que se tomen, lo que conlleva, que las personas sean manipuladas en sus
convicciones, siendo orientadas como autómatas hacia los intereses de unos
pocos. Urge instruir democráticamente a las nuevas generaciones, para que sus
decisiones sean tomadas no con improvisación, sino con la decisión que resulta
de un largo análisis, para que partidos y personajes con intereses no logren
engañar al pueblo, usando algún dato en su favor y haciendo interpretaciones
subjetivas; para que las decisiones sean tomadas conscientemente, pues de ellas
dependen el futuro de Valdemorillo.
Tratando
este asunto, no puedo por menos de tener en cuenta el resumen comentado de los
Plenos Municipales que sistemáticamente viene realizando Andrés Matas con
acierto ya que, a falta del “pan” del secretario municipal buenas son las “tortas”
de D. Andrés. Cualquiera que se asome a
su blog se da cuenta del trabajo mensual de Matas.
A mi me gustaba la Formación del Espíritu Nacional, no me enseñaron nada de lo que tenga que arrepentirme. Desde luego mucho más que eso que algunos llaman Ley de Memoria Histórica. ¡Que a gusto se va a quedar Franco el día que le lleven a otro sitio! No se lo va a creer. ¿Con qué se meterán luego los de esta movida? Seguramente se quedarán como tres con dos ojos, igual que yo el día que pueda aparcar enfrente de mi casa.
ResponderEliminarPerdona la broma Jesús, pero es que te pones tan serio, hay que relajarse un poco.
Pasadlo bien. Andrés
Cualquiera que se pase por un pais del norte de Europa se da cuenta de la limpieza y el orden de las calles y el civilizado comportamiento de la gente. Nosotros tenemos que darnos cuenta que cualquier cosa que rompamos en lo publico, lo estamos pagando con nuestros impuestos. Que un politico sea corrupto tambien nos cuesta el dinero y ademas daña nuestra imagen en el exterior.
ResponderEliminarPedro: he de decirte que en todos sitios cuecen habas. Yo no visto más basura acumulada que la de un sábado por la mañana en la plaza equivalente a nuestra Puerta del Sol de Estocolmo.
EliminarCuando el desmadre impera no importa ni religión, ni raza, ni lugar, ni latitud, ni nacionalidad, ni, ni,.. Todos somos muy parecidos.
Jesús, para participar y opinar es necesario tener un criterio, sea éste bueno o malo, y para tener ese criterio es necesario esforzarse, molestarse. En una palabra, trabajar. En el último pleno se puso de manifiesto que no los concejales se habían molestado en contrastar la información que tenían en la mesa. No habían trabajado, al menos, un expediente.
ResponderEliminarLos ciudadanos tenemos múltiples momentos en los que podemos participar en los asuntos municipales, no lo hacemos, o mejor,NO LO HACEIS, repito, ni siquiera los concejales.
En mi opinión, para llegar a ser un ciudadano pleno, hace falta bastante más que el vigilar y/o evaluar las acciones de los responsables políticos que se encargan de nuestros asuntos públicos.
ResponderEliminarUn ciudadano cumple siempre con las leyes, colabora en el mantenimiento y limpieza del entorno que le rodea, respeta a sus vecinos y, en general, ayuda a que la convivencia sea lo más amable y civilizada que sea posible
Y, naturalmente, me estoy refiriendo a un ciudadano que viva en un estado democrático de derecho, como el nuestro.
Cualquier otra persona que no cumpla con estos requisitos, pierde su derecho a ejercer esa capacidad de denuncia a la que Jesús hace referencia.
En cuanto a las excelencias de la "formación de espíritu nacional" y a las bondades del "vigilante de Occidente" y la "lucecita de el Pardo" .... En fin, prefiero tomarlo con el humor que da el saber que son cosas del pasado que nunca volverán.