Tanto antes como ahora
Los funcionarios y políticos disponen de facilidades para
bordear la legalidad.
Los jóvenes de los primeros años de la democracia, éramos
europeístas porque identificábamos Europa con la libertad, también con trabajo
bien hecho y un cierto nivel de formalidad ante la vida en su conjunto.
Entramos en Europa en 1985 pero Europa
no termino ingresando en nosotros. Nos empezó a llegar el dinero y con él:
carreteras, trenes y programas inversores, que en buena parte alimentaron las
redes clientelares de los que habían permanecido próximos al poder en la
dictadura y participaban de una cierta corrupción.
Pero la cultura del trabajo que viene
del calvinismo, el estímulo a los buenos trabajadores, la racionalidad en la
toma de decisiones y la eficacia de la cadena productiva continuo permaneciendo
en idéntico lugar. El calvinismo obligaba a la restitución para redimir culpas,
nosotros, los españoles, con el arrepentimiento arreglábamos nuestras cuitas.
El “pelotazo” y defraudar a hacienda era una práctica consentida en la sociedad
de entonces, sin reparar que no pagar impuestos incidía en nuestros propios
intereses. A los sinvergüenzas se les llamaba listos, espabilados y en cierto
modo se les admiraba.
Una vez que han comenzado a conocerse
la realidad sociológica de España, porque los medios de información alcanzaron
límites extraordinarios, nos damos cuenta que vivimos sumergidos en una
sociedad, cada vez más laica, menos comprometida con los principios elementales
de nuestras creencias y más trastornada de lo que ocurre en el entorno que
hemos llamado “poder económico o casta”.
Todo aquello que ocurre en nuestro
entorno está marcado por un conflicto de intereses, alberga en su interior las
secuelas de nuestro verdadero mal descuidadamente imbricado en el entramado
social que resulta difícil de derogar sin una verdadera catarsis por parte de
los más jóvenes que no se formaron en la transición.
Cualquier ciudadano generoso que se
acercaba a la Administración ofreciendo un trueque que interesaba al
funcionario o político de turno disponía de todas las facilidades que le
permitía bordear la legalidad vigente: pasarse de volumen edificable, consentir
hacer obras en donde la ordenación urbanista no la reconocía…. etc. El
ciudadano que sabía esas triquiñuelas se acercaba al “corruptible” con la
intención velada de ofrecer “carnaza”
a cambio de algo. En Valdemorillo hay pruebas suficientes para escribir un
libro.
Tal vez por eso algún ciudadano de mi
generación aparece frecuentemente rasgándose las vestiduras por un hecho,
conocido que viene denunciando constantemente en relación con unos terrenos
públicos en Mojadillas y que por motivo inaceptable pasaron a manos privadas.
El ayuntamiento viene desoyéndolo la reclamación del Sr. Matas desde hace años
por un hecho que nunca podría considerarse consolidado. Algo parecido paso con
lo de Fuentevieja y que tendré ocasión de tratar nuevamente cuando disponga de
los datos necesarios para hacerlo.
Debo lamentar que pese a todo España
se hizo demócrata sin demócratas e ingresó en UE sin entrar en Europa, como los
malos estudiantes que pasan por la Universidad sin que la Universidad pase por
ellos u obteniendo
títulos de Master sin esfuerzo. Por eso el país sigue en manos de políticos
prevaricadores,
caciques decimonónicos avalados por la democracia y toda una red, inmensa y
asfixiante, de empresas e instituciones parasitas donde se accede a dedo y no
se exige más que fidelidad al benefactor. Mala administración, donde se imponen la
dedocracia con continuas sentencias judiciales que lo condenan, sin que
nadie asuma responsabilidades ni tampoco se censuren prácticas aberrantes.
Sr concejal de urbanismo, usted que ha
vivido siempre de su empresa y conoce el pueblo, dedique una parte de su tiempo
a analizar los expedientes del pasado que nos siguen escandalizando a una parte
de los ciudadanos de este pueblo. Compare las obras realizadas con los
proyectos redactados y vea usted quien era su proyectista y la figura política
que lo permitió. Posiblemente a partir de entonces entenderá algunas
cosas que ahora o no halla o no quiere opinar.
Sr. Matas tiene usted razón…, siga
insistiendo, lo mismo digo a los ecologistas y a los jóvenes que han aparecido
en la escena política de Valdemorillo a los que deseo toda la suerte y el
entusiasmo para cambiar las cosas. Con el ruego que no se repita la experiencia
de los socialistas que arrasaron en las urnas en 1982 y se les brindó la
irrepetible oportunidad histórica de modernizar el país y enterrar sus vicios,
pero en las ventanillas públicas nunca se olvidó el “vuelva usted mañana”. Y a
los jefes nunca se les exigieron más méritos que la obediencia debida y la
incompetencia manifiesta, los bolsillos estaban llenos y en eso creía el
personal que consistía la modernidad. Lo que pasa es que no hay ni pasta y a
nadie se le ocurre otra chapuza para salir de la que está cayendo.
Buenas noches, otro asunto peliagudo que corresponde con la que está cayendo en nuestro entorno. Profesor, efectivamente todos y todas debemos mirar en nuestro ombligo para cooperar que un país avanzado como España debe tener un nuevo concepto de dignidad. Tenemos que darnos cuenta que todo no puede valer y quien la hace lo debe pagar.
ResponderEliminarTambién parece claro que todos los chanchullos terminan apareciendo antes o después, con los medios de comunicación la información llega a todas las partes y nadie debe estar seguro dentro de la vida política si tiene mentiras cumuladas que en algún momento alguien se va de la lengua y lo cuenta.
Lo ocurrido con la plaza de toros, el Zola, Fuentevieja, Mercadona o el asunto del Sr. Matas….. deben saltar en cualquier momento, nadie ahora está libre de nada o que se lo pregunten a Cristina Cifuentes.
El asunto del Señor Matas... Este concepto, "el asunto del señor Matas", también conocido como "las vallas de Mojadillas" o "tus vallas", no es del Señor Matas o de Andrés, que prefiero, aunque solo sea por eso de que todos hemos nacido por un sitio muy parecido, una de las razones que justifican el dicho de que "todos somos iguales". Luego viene la vida y resulta que unos son más iguales que otros. A lo que iba, este asunto no es de Andrés, es de seis vecinos con mucho atrevimiento, con más cara que educación, y de una Corporación Municipal que no quiere complicarse la vida y de la EUCC Mojadillas a la que le molesta que se le recuerde, una asamblea detrás de otra, que se le recuerde que tiene que exigir al Ayuntamiento, un día detrás de otro, que tiene que reponer la legalidad urbanística vigente en la calle Flor de los Almendros. Cómo les molesta, se dedican a poner mala cara cuando sale el tema en la Asamblea. Por eso he decidido enviarles el recordatorio mensual que envío al Ayuntamiento con el sello del Registro de Entrada. Los vecinos no se enterarán, pero la Junta Directiva no podrá olvidar que, en esto, no cumple con su obligación.
ResponderEliminarGracias por vuestro apoyo.
Pasadlo bien. Andrés
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