Las mentiras
Empiezan pequeñas, van rodando formando una bola enorme difícil de parar
La sociedad de la
que todos formamos parte no deja de sorprendernos con sus contradicciones. Se valoran
aspectos como la honradez, la honestidad, la sinceridad y la transparencia,
pero el éxito social, o al menos el económico, lo alcanzan con mucha frecuencia
los tramposos, los mentirosos y los egoístas.
Diseñamos un complejo entramado de leyes para
impartir justicia y luego nos las saltamos a la torera olímpicamente. Decimos,
orgullosos, que las leyes son iguales para todos y luego permitimos que el que los
pertenecientes a la "casta de poder "utilicen argucias poco éticas para mostrar su
ego, ante una sociedad expectante que termina pasando factura política irremediablemente.
En estos momentos me estoy refiriendo a nuestra Presidenta de Madrid y a
algunas manifestaciones de nuestros dirigentes políticos municipales.
Las mentiras, que empiezan pequeñitas,
van rodando y rodando formando una bola enorme cada vez más difícil de parar. Hubo
un tiempo en el que la verdad tenía valor en política; era un activo. Pero poco
a poco, la post verdad y las mentiras se han ido imponiendo, causando un daño
irrecuperable para la credibilidad e incluso para la legitimidad de los
políticos.
A muchos políticos no les importa
mentir para salir al paso de cualquier problema por mínimo que sea, con riesgo
de que las mentiras tienen un recorrido corto y hay que alimentar con nuevas falsedades
que finalmente se vuelven en contra el mentiroso, mermando su credibilidad de
manera definitiva y arruinando su carrera política. En este momento político, en
la Comunidad de Madrid, estamos viviendo un caso que terminara con la carrera política
de la Presidenta. De una manera general los malos políticos
mienten y no se ocupas después de alimentar su mentira dejando infinidad de
interrogantes que la inmensa mayoría de las veces se cobra en factura política.
La gravedad del mal que sufren las
sociedades radica en que la mentira fluye por ellas, cada vez más fácilmente,
con menos resistencia. Una mentira constituye
un salto en el vacío, una falsedad exige
otra, por lo que un salto en el vacío requiere otro y
luego otro más. Una mentira no se agota en sí misma, exige una serie sucesiva
de mentiras. Una sociedad líquida, sin valores permanentes, va multiplicando
los saltos en el vacío. La mentira se utiliza, se propaga, es normalmente
cómoda y sale barata, salvo para la conciencia. La verdad es desagradable,
incómoda. La verdad es mejor no escucharla. Casi siempre, hoy, se despacha con
la indiferencia, entra por un oído y sale por otro. Ni siquiera genera
polémica, no es ni siquiera provocativa. Pero tenemos la
obligación de entender que el necesario fortalecimiento de España pasa por
trabajar y sufrir en la búsqueda y en el fortalecimiento de la verdad. Y
después de entenderlo, hacerlo.
No es de extrañar que los españoles
sitúen en las encuestas a los políticos como uno de los problemas más
acuciantes para el país. Llevamos años escuchando relatos falsificados de la
realidad española. La única manera de que los políticos recuperen la
credibilidad y la legitimidad perdida es poner los pies en la tierra, olvidarse
de los argumentarías tendenciosos que circulan a diario y volver a ser personas
dedicadas a resolver los problemas de su pueblo. La mentira descubierta
convierte a los héroes en villanos
El Arte de la Mentira política fue un excelente libro publicado el siglo XVIII por Jonathan Swift. Era el siglo de las luces y mientras en Francia se intentaba cambiar el mundo preparando la Revolución de 1789, en Inglaterra se aplicaba la ironía pensando en su revolución, la Gloriosa de 1688, que construyó el estado moderno sin romper las viejas tradiciones y recogiendo aquellos aspectos del pasado que podían ser aprovechados.
ResponderEliminarLa mentira política se vive en todos los sistemas y en todos los países. El político miente como podemos mentir todos. Lo que ocurre es que la mentira política tiene efectos más devastadores porque se miente a toda una sociedad.
La mentira crea desconfianza, distanciamiento, desasosiego. Un mentiroso en política hace un daño gravísimo. Cuando un político niega la evidencia pierde credibilidad y pierde votos. Aunque sea a la larga.
Hay que poner un límite a la mentira política. Una forma es contrastarla con la realidad. El que mejor y con más eficacia se dedicó a combatir la mentira política fue el presidente Lincoln. No se refirió a los límites morales de la mentira sino de lo que puede ser desmentido por la realidad. Su célebre frase sobre la mentira política todavía resuena en los gobiernos y parlamentos de todo el mundo. Se podría enmarcar:
“Es posible engañar a unos pocos todo el tiempo. Es posible engañar a todos un tiempo. Pero no es posible engañar a todos todo el tiempo”. Muy de acuerdo.
La mentira no puede presidir la Comunidad de Madrid” ha dicho el secretario general del PSOE, en relación a las informaciones que revelan evidentes irregularidades en la obtención de un máster por parte de la presidenta de la Comunidad, Cristina Cifuentes.
ResponderEliminarSánchez se ha referido al nuevo dato conocido hoy sobre la falsificación en las firmas del acta que exhibió la presidenta de Madrid, y ha señalado que “refuerza la impresión de que Cifuentes no puede decir la verdad, porque si la dijera, tendría que asumir en primera persona las responsabilidades políticas. En todo caso, si no lo hace, el Partido Socialista tiene claro que la mentira no puede presidir la Comunidad de Madrid”.
"Estamos en la champions ligue" dijo uno del PSOE, y nos dió, por su ceguera, diez años de crisis, una que no se la salta un gitano y todavía quieren dar lecciones. Tienen los cascabeles cuadrados. ¿Por qué no mira la lista de gente del PSOE que ha mentido en sus curriculos?
EliminarEsto no quita que Cristina Cifuentes haya metido la pata hasta las orejas, igual que cuando aprobó una ley LGTBI que intenta que no podamos educar a nuestros hijos en nuestros principios y valores. De todas formas está por demostrar que no hizo ese master o lo que sea.
De todas formas debieran "las izquierdas" esperar un poco más, así estarían las arcas más llenas y podrían repartir más lo que no ganaron.
Pasadlo bien. Andrés
Por esas epocas yo realice un master de 90 creditos en la Complutense y no aprecie ese pitorreo. Yo que era docente de la Politecnica, no me pasaron ni una y complete todos los creditos y el fin de master como estaba establecido.
EliminarDónde puse ligue, creo debe poner league. Perdón.
EliminarSi tuviéramos contabilizadas las mentiras acumuladas del mandato de Dña. Pilar podríamos compararlo con la antigua guía telefónica de Madrid de los ochenta. Alguna de sus mentiras han quedado patentes en el tiempo, otras irán apareciendo lentamente como suele ocurrir casi siempre.
ResponderEliminarLa verdadera pena es que una parte de la población de Valdemorillo permanece en Babia, como si los problemas existentes no nos afectaran al bolsillo y a la marcha del pueblo. Es cierto que se necesitan personas veraces que cuenten la realidad y que sean trasparentes, pero el caso de la presidenta Cifuentes demuestra que aquí nadie dimite, que todo el mundo se pega a la teta de su sueldo enrocándose e importando poco su dignidad como persona. Lo sabido de Cifuentes y López, justifica una dimisión para ayudar a dignificar la vida de los políticos.
Debo confesar que me resisto a creer que los del PP tienen el marchamo de la mentira, me consta que ocurriría igual con cualquier político amarrado por el interés al poder, pero lo que nadie me negara es que el daño que están haciendo a toda la clase política y a la ciudadanía en general justifica cualquier dimisión ejemplarizante.
Pero desde luego los militantes del PP en Valdemorillo no deben seguir sin buscar y encontrar un recambio para su presidencia alguien nuevo que nunca ocupara un puesto político y sea capaz de normalizar una situación como la vivida durante años. Nadie absolutamente nadie debe permanecer en el poder veinte años y pretender seguir.
En este caso, en este artículo yo he preferido no personalizar, si lo hice fue a nivel aclaratorio, para que cada cual se aplique el cuento en la medida de su casuística moral, si es que la tiene. LA MENTIRA NUNCA ESTÁ JUSTIFICADA, "EL JUEGO SUCIO Y LOS ENGAÑOS NO SALEN RENTABLES A LARGO PLAZO". Ofrece una respuesta que explica la crisis de la política en España y la de otros países europeos. Y la confianza es la base de la democracia, de la representatividad y del juego de mayorías y minorías. El recurso sistemático a la mentira, con una FALTA DE RESPETO ELEMENTAL HACIA LOS CIUDADANOS, junto al abandono de los principios más elementales de honradez y honestidad, de transparencia y visibilidad, de “fair play” o, también, de solidaridad con los más débiles, no augura nada bueno para nuestra democracia.
Eliminar¿Cuándo deja de mentir un político? ¿Deja de mentir cuando afirman que ahora dicen la verdad? ¿Cuándo explican la crisis que padecemos de una manera tan burocrática y alambicada que no se les entiende? Nosotros en vez de instigar, cortamos y pegamos lo que tampoco entendemos muy bien. En política, un signo de esta lógica es el recurso a la falacia en cualquiera de sus formas. Se utiliza un argumento “con el propósito de inducir a engaño”, bien por parte de quien acusa, bien por quien se defiende de la acusación. Se parte de la idea de que DECIR LA VERDAD ES COSA DE INGENUOS, QUE LA POLÍTICA ES SÓLO PODER Y QUE POR TANTO REQUIERE FICCIÓN, simulación u ocultación, un permanente baile de máscaras en el que lo importantes es no dejar de bailar.
Deberia ocurrir como acontecio a Pinocho que cuando mentia le crecia la nariz. Imaginar a la alcaldesa diciendo que no sabia lo de la irregularidad urbanistica tal y su nariz creciera hasta toparse con la de la señora Lopez.
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