Falta algo más de un año para las elecciones municipales

¿Qué pensarán los políticos que repiten listas, con idea de tocar poder municipal?

Una noticia en la prensa de hoy  dice así: “La dirección del PP estudia prevenir la aparición de nuevos casos de corrupción en el partido fiscalizando la información patrimonial, financiera y fiscal de sus cargos, que revisaría cada dos años”. Esta reseña deberia haber aparecido hace años y ser afecta a todos los grupos políticos

Falta algo más de un año para que se celebren nuevamente las elecciones municipales. Como en años previos volveremos a tener como candidatos las mismas personas que fueron en las anteriores elecciones y las antepuestas. Las mismas caras por un tiempo casi indefinido, como si a otros ciudadanos no les interesara el compromiso municipal.

¿Qué pensarán todos aquellos políticos que repiten un año tras otro en unas listas electorales con la idea de tocar poder municipal? ¿Qué extraño magnetismo representa ser alcaldesa o concejal, para que lleven  tantos años esperando tocar poder? ¿Sera cierta la frase que se conoce como “dictum de Acton”, acuñada por el historiador católico británico John Emerich Edward Dalkberg Acton, más conocido como Lord Acton en 1887 y que en su redacción original decía: Power tends to corrupt, and absolute power corrupts absolutely? La frase ha sido traducida de diversas formas: El poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente. O, más literalmente: El poder tiende a corromper y el poder absoluto corrompe absolutamente.

¿Cómo se puede concebir una vocación política, únicamente, en el entorno de un pueblo? También para conservar la posibilidad de gobierno: ¿por qué algunos políticos cambian de bando? ¿Cuál es la razón fundamental de que estas conductas se repitan una y otra vez?

Seguro que no lo hace solo con un altruismo inconsciente de servicio a los intereses del pueblo. ¿Están en la política por un sueldo y otras prebendas aparejadas? Aquí es donde se descubre la verdadera naturaleza de estos “sujetos”, se enojan y se van, inclusive indignados porque el dinero no corre a su favor por no tocar poder, porque prefieren vivir muy bien a costa de los actos de desvergüenza de algunos grupos políticos; que al  igual que ellos, gozan la buena vida del político y de mercantilizar su voto a cambio de dinero, se creen grandes estadistas poniendo precio a sus ambiciones. Pocos políticos han permanecido en el poder, en el tiempo, de manera digna y con una verdadera congruencia de no compartir el lodazal con otros, que tienen el valor de no tener precio.

Gracias a este tipo de sujetos se dan grandes escalos, aunque muchos de ellos solo sirven a los intereses inmediatos de quien los utiliza para después volver al cubo de la basura; hombres y mujeres sin convicciones, sin compromiso social, sin dignidad, que solo buscan seguir cobrando y haciendo negocios para acrecentar su patrimonio, que, cuando toman decisiones no están pensando en la gente que creyó en ellos. No van sufrir por la falta de recursos para seguir alimentando su enferma manera de hacer política. ¡Cuántos abundan hoy en día!, todos se caracterizan principalmente, porque solo a ellos les va bien, no representan a nadie e inclusive muchos acusan rasgos de algún desequilibrio mental.

Este comportamiento reciente en nuestra democracia, obedece a la falta de principios e ideología de quienes buscan un cargo para beneficio personal, es ahí donde esta clase de personajes ponen su mayor esfuerzo, no es desconocida la manera en que muchos de ellos han hecho dinero vendiendo al mejor postor la confianza de todos aquellos que creyeron en su proyecto, cambian de proyecto, principios e ideologías por su futuro personal.

De esta lamentable situación, derivan, junto con la corrupción y la impunidad, la gran tragedia de  la España de los últimos años, la falta de políticos realmente comprometidos con las causas de la gente, del pueblo, de los más necesitados de atención.

En ocasiones puntuales, siempre coincidiendo con una situación fragante de injusticia, algunos dirigentes políticos, parecen sonrojarse, pero en realidad siguen su estrategia, su plan, que nada tiene que ver con impulsar una verdadera justicia social, la incongruencia de los que solo miran por su propio beneficio, es tal que no les avergüenza el cambiar de color, de ideología y de proyecto solo por una razón, su futuro, que nunca tiene que ver con el impulso que vayan en beneficio de los ciudadanos, tomar una decisión, solo mirando su propio beneficio.

Estas son la clase de cosas que deben cambiar, no podemos permitir que esta gente que se supone trabaja por generar mejores condiciones de vida, solo ocupe espacios de privilegio y sobre todo, de toma de decisiones para llenarse los bolsillos y prolongar su actividad laboral a costa de los ciudadanos que creyeron en ellos, la historia debe cambiar, los ciudadanos harían sin lugar a dudas un gran papel, debemos exigir también a los partidos políticos que no impulsen a sinvergüenzas que solo tienen como mérito ser el compadre, el amigo, el pariente, o que llegarán y únicamente velará por sus propios intereses. ¡Hoy es el momento de cambiar de rumbo!