Algunos políticos
Usan la política, solo, "como un ganapán lustroso".
La expresión "clase política"
muestra que el ejercicio de ciertas funciones encomendadas a los políticos los
iguala a la baja en condición y estilo moral, en intereses y comportamientos.
Sin embargo, el término no resulta más preciso que la tan socorrida de
"clase dirigente".
Muchas
de las prácticas que se imputan al ámbito de la política no son privativas de
ese mundo; cunden en cualquier esfera social donde se abusa de información y
poder. Hay quienes ciñen su ojeriza sólo a los políticos locales con ese
prurito de mirar con derrotismo a lo de dentro, a lo que se conoce y además se
tiene mayor cobertura de criterio opinable.
Para poder ejercer bien la acción
política, se requieren profesionales con brío con estímulos para atraer y retener a los
apasionados de la política y no a quienes se acercan a ella porque no han encontrado nada mejor,
que usan la política como un ganapán
lustroso que dura cuatro años y lamentablemente en Valdemorillo esta situación
lamentablemente se ha venido haciendo con verdadero descaro y falta de pudor.
Un
buen político no debe ser fanático, tener talento y una mezcla de
espíritu de justicia y estratégica. Alguien con unos cuantos principios y
contención moral para no encandilarse con ilusiones cegadoras, pero que
demuestra agudeza, sentido de la anticipación y adaptabilidad. La inteligencia
política se templa bregando con las tensiones insuperables de la política y sabiendo operar en un campo de recursos
escasos y opciones limitadas. Y debo decir que esas cualidades no se prodigan
entre los políticos al uso en Valdemorillo.
Un
partido con las futuras prospectivas para las próximas elecciones como es el
partido de Ciudadanos, está dirigido por una mujer a la que cuesta enterarse
del nivel de responsabilidad que puede adquirir después de las próximas
elecciones locales y que a pesar de su inactividad puede encontrarse ante un
papel de imposible interpretación con
los talentos que actualmente dispone y teniendo en cuenta la ignorancia
invenciblemente errónea. Esta mujer está haciendo poco a nada para poder conseguir
situarse a la verdadera altura de las circunstancias. Ya que el político necesita información
solvente.
La complejidad casa mal con la retórica simplista y empuja a asesorarse de
expertos imparciales para explorar riesgos y evitar caminos vedados por el
conocimiento. El posible cambio de algunas personas del PP a Ciudadanos,
deberia encender todas las luces precisas para no cometer errores que puedan
pasar factura a corto plazo.
De
las tres principales preocupaciones mostradas estadísticamente por los
ciudadanos, dos corresponden a la clase política y no se aprecian síntomas de disminución
a corto plazo y eso constituye un verdadero problema para el conjunto de los habitantes
de este país. En este sentido habría que establecer de una forma clara que el
buen político deberia tratar de ser eficiente y nunca se propone objetivos para los que no dispone de
medios adecuados. No debe temer innovar y saber añadir funciones que dan valor a su proyecto, por eso
jamás deberia despreciar la experiencia.
También debe saber a tiempo decir: ¡basta ya! o ¡hasta aquí he llegado!, por lo
que debe ser prudente para aplicar criterios de justicia que sirvan para
atenuar conflictos. El político necesita cautela, sagacidad y astucia, pero una
astucia que no implique faltar a la verdad, desde luego no engañar, pero no ser
engañado.
La
mentira descarada, sigue siendo un problema muy importante de la clase política.
El político que toca poder no encuentra reparo para mentir a
sabiendas que el interlocutor, el ciudadano, se percata rápidamente de la
mentira. El reciente compromiso público de la anterior alcaldesa para contar al
pueblo toda la génesis afecta a la construcción y gestión de la Plaza de Toros
del pueblo, se vio empañada cuando se percató que su compromiso había sido
tomado en serio. Espero y deseo que las circunstancias políticas actuales,
puedan hacerla rectificar para volver a ofrecer una versión cierta del caso a los ciudadanos de Valdemorillo.
Por
último, no debemos olvidarnos que los candidatos no son dueños de cómo les
perciben los ciudadanos y, en comunicación política, percepción es realidad,
por lo que los esfuerzos deben ir encaminados a transmitir una imagen de la
manera más fiel y coherente posible. Tengo la esperanza que la ética política encuentre
su acomodo en el panorama nos encontremos con políticos de los cuales nos
podamos fiar.
Es cierto que para poder ejercer bien la acción política, se requieren profesionales con estímulos para atraer y retener a los apasionados de la política y no a quienes se acercan a ella porque no han encontrado nada mejor, que usan la política como una forma de vida muy rentable. Eso de ponerse los sueldos que quieran no es admisible en ningún otro lugar del mundo. Para los que no cobran directamente por estar en el gobierno pretenden hacerlo mediante comisiones de trabajo. Nadie trabaja por vocación de servicio al pueblo y en este paquete deberíamos meter a la derecha y a la izquierda de quien esté gobernando, es una vergüenza.
ResponderEliminarEl año pasado me llamó poderosamente la atención que en un pueblo serrano de Salamanca, el alcalde era el médico y los concejales se repartían entre el maestro, el farmacéutico y algún labrador. Nadie cobraba ni un euro y el pueblo funcionaba como un reloj. El secretario municipal sí tenía que trabajar lo hacía sin pedir nada a cambio.
Mientras se utilice la política como un negocio lucrativo que además deben guardarte el puesto de trabajo, la situación del pueblo no se enderezará fácilmente.
Respecto al secreta<ario me estoy refiriendo a trabajar por la tarde si tenia que finalizar un expediente
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