Cierre de la Gran Vía al tráfico privado

Ruiz-Gallardón ya la cerró en 2003. 

Lo hizo igualmente pensando en la Navidad y en el colapso que provocan esas fechas en una de las arterias más céntricas y concurridas de la capital. Gallardón buscaba convertir el centro en un gran "bulevar comercial". Los cierres se programaron para los domingos en los que los comercios abrían sus puertas durante el mes de diciembre.
El conjunto de la idea era prácticamente idéntico al de Manuela Carmena: dos carriles centrales para el paso de transporte público y vehículos autorizados. El resto del espacio, para los peatones. Disminuir la presencia de los coches es una estrategia cada vez más generalizada en las urbes europeas. Los altos índices de contaminación y una convicción por hacer que las ciudades sean cada vez más para las personas, llevan a los ayuntamientos a restringir, por razones saludables, la circulación de vehículos motorizados y dar prioridad al peatón. Por tal razón, este corte de tráfico, al parecer, será permanente.
La medida, pone de relieve la importancia de esta avenida emblemática del centro de la Villa de Madrid y ganar espacio para los peatones, especialmente en época de encumbrada actividad comercial y la de mayor ocupación en esta calle y sus aledañas. A calle Gran Vía, desde la Plaza de España hasta su confluencia con la calle Alcalá; Atocha, desde la Glorieta de Carlos V hasta la Plaza de las Provincias, y la calle Mayor en ambos sentidos desde Bailen hasta la Puerta del Sol.
Los coches ocupan mucho espacio. En La Gran Vía más del 80% de la sección es calzada. Un reparto muy injusto con los peatones que, especialmente en las fechas navideñas constituyen el uso mayoritario de esta calle. La ampliación de aceras permitirá repartir el espacio de forma más eficiente. Con la sección actual, por dos carriles pueden pasar hasta 1.200 vehículos/hora, en condiciones ideales y sin atascos. Con el grado de ocupación actual equivale a 1.500 viajeros. Si este espacio de lo dedicamos al peatón, por él circularían hasta 13.000 peatones/hora. Este flujo peatonal podría alcanzar los 25.000 peatones/hora en caso de más acumulación antes de llegar al colapso. Y sólo contando con los dos carriles recuperados, sin contar la acera actual.
En estas condiciones: los peatones podrán ocupar una parte de la calzada de la Gran Vía, que será redistribuida entre Plaza de España y la confluencia con Alcalá de modo que las aceras se ensancharían con parte de la vía dedicada a los vehículos y en el centro de la calzada habrá delimitados dos carriles centrales, uno en cada dirección, de 3,2 metros de ancho cada uno, destinados a los autobuses de la EMT y a los demás vehículos autorizados, que deberán circular a una velocidad máxima de 30 kilómetros por hora. Igualmente, en el espacio comprendido entre San Bernardo y la Plaza de España se habilitaría un carril en sentido San Bernardo y dos carriles en sentido Plaza de España por los que podrán circular los autobuses de la EMT y los vehículos autorizados. Del mismo modo en la calle Segovia, entre la Ronda de Segovia y Puerta Cerrada, se podrían efectuar restricciones o cortes puntuales en función de la congestión del tráfico. Con esta iniciativa se, pone a prueba el nuevo concepto de Gran Vía con la idea de otorgar importancia a las vías peatonales y disminuir la contaminación por el centro de la Capital.
Para completar este proyecto, se realizará la entrada o la salida de los aparcamientos a través de calles no incluidas en las de restricción de accesos y sin perjuicio de que la Policía Municipal puedan establecer recorridos concretos en cada caso singular de ser necesario, y todo ello sin perjuicio de la normativa general de accesos a las APR Áreas de Prioridad Residencial. La Gran Vía podrá ser atravesada en vehículo a motor en sentido transversal pero no se podrá circular por ella, salvo transporte público y otras excepciones. De igual modo se podrá acceder a las paradas de autobús a lo largo de la vía modificada habrá espacios reservados para las paradas, con acceso y salida a ellas para los vehículos.
Tampoco las motocicletas y ciclomotores podrán aparcar en las aceras ni en los carriles habilitados para peatones en toda la Gran Vía, en la Red de San Luis y en la Plaza del Callao, tanto en zonas de acera como en los carriles de circulación habilitados para uso peatonal. Como alternativa, serán habilitadas zonas concretas para el estacionamiento de motos en las calles Reyes, Virgen de los Peligros, García Molina, Barquillo, Silva y Desengaño. Se podrá circular libremente, pero no hacia las calles interiores del perímetro viario, por Ronda de Atocha/ Ronda de Valencia, desde Carlos V y hasta Embajadores, Ronda de Toledo hasta Puerta de Toledo, y Gran Vía de San Francisco hasta Calle Bailen y Plaza de España. Habrá limitaciones ordinarias del APR de Embajadores y, si las condiciones de saturación lo aconsejan, se podrán efectuar restricciones o cortes puntuales de todos estos viales perimetrales.
Los agentes de Movilidad establecerán controles de acceso en Plaza de España, Plaza de Cibeles, Plaza de la Independencia, Plaza de Cánovas del Castillo (Neptuno), Glorieta del Emperador Carlos V, Glorieta Puerta de Toledo, Plaza de San Francisco el Grande, Calle Mayor, Calle Bailén. Pudiendo acceder al área de limitación los vehículos de residentes y titulares de plazas de aparcamiento en las calles de la zona, los taxis, motos y ciclomotores, bicicletas, los autobuses turísticos Madrid City Tour, las unidades móviles de producción y retransmisión audiovisual, los turismos con conductor (VTC), aquellos que luzcan el distintivo “cero emisiones” de la DGT, los que accedan a hoteles y porten maletas o bultos pesados, los de transporte de detenidos, las grúas para el remolque de vehículos, los de transporte funerario y aquellos que a criterio de los agentes deban acceder por razones de interés general o urgencia inaplazable. EL ACCESO PARA LA REALIZACIÓN DE CARGA Y DESCARGA DEBERÁ HACERSE EXCLUSIVAMENTE ENTRE LAS 23:00 Y LAS 11:00 HORAS.
El cierre de la calle Montera y la Puerta del Sol impulsado por Alberto Ruiz Gallardón también suscitó las quejas de los comerciantes. Diferente fue el caso de la calle Fuencarral, que Gallardón planteó en 2008 tras finalizar las obras de los espacios anteriormente mencionados. Entonces, teniendo en cuenta la experiencia de Preciados y Montera, los comerciantes recibieron con optimismo este cierre de la vía al tráfico.

No cabe duda que, para realizar este proyecto evitando la mayor parte de los problemas derivados del mismo, habría que habilitar medios disuasorios necesarios previos a la entrada a la ciudad, habilitando plazas de aparcamientos y medios eficaces de trasporte colectivo hacia la zona
 

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