La violencia doméstica se desenrolla en un contexto de cultura machista.
En los últimos 15 años, 885
mujeres han muerto a manos de sus parejas y exparejas.
El 65% continuaban conviviendo
con el agresor en el momento de la muerte. Un 60% aún era su pareja. Solo el 21% de las víctimas había
denunciado. En la última década se han presentado más de un millón de
denuncias.
Aunque
en año 2016 descendieron un 16% respecto al anterior. En relación al origen de
las denuncias, un 69% fueron presentadas por la víctima tanto directamente como
a través de un atestado policial posterior a una agresión.
La violencia doméstica se
desarrolla dentro de un contexto de cultura machista. El sometimiento de la
mujer en las relaciones de pareja, ha sido tradicionalmente tolerado y que, a
pesar de las actuaciones y reformas legales llevadas a cabo, sigue apareciendo
en nuestra sociedad.
Hasta hace pocos años, la restricción en el desarrollo personal y
social de las mujeres, la exigencia de su dedicación exclusiva a la familia, su
deber de acatar la autoridad masculina, eran consideradas como algo normal,
validado por las costumbres y la ley. En
ese contexto se toleraba socialmente que los hombres utilizasen la violencia
para afianzar la autoridad.
Pero ahora existe
una menor tolerancia social hacia la violencia. Sin embargo, demasiadas mujeres
todavía soportan un alto grado de violencia, tanto en sus relaciones de pareja
como fuera de ellas. Esto sucede en todas las clases sociales, religiones y
niveles educativos. En definitiva, el factor
principal de riesgo para la violencia contra las mujeres es, precisamente, el
hecho de ser mujer.
El rechazo de
algunos hombres al actual papel de la mujer podría ser motivo de no haberse producido
un descenso en este tipo de conductas violentas. La violencia machista se
produce como patrones de conducta aprendidos y transmitido de generación a
generación. La transmisión se hace
fundamentalmente en los ambientes habituales de relación machista.
La violencia contra
las mujeres, no se debe a rasgos
singulares y patológicos de una serie de individuos, sino que tiene rasgos
estructurales de una forma de definir las identidades y las relaciones entre
los hombres y las mujeres. Este tipo de violencia se produce en una sociedad
que mantiene un contexto de relaciones de género que perpetúa la superioridad
de los hombres sobre las mujeres y asigna diferentes funciones en función del
sexo.
El poder de los hombres y la subordinación de las mujeres, requiere
de algún mecanismo de sometimiento. En este sentido, la violencia contra las
mujeres es el modo de afianzar ese dominio. La violencia de género es un
instrumento de dominación y control social. Y en este caso se utiliza como
mecanismo de mantenimiento del poder masculino y de reproducción del
sometimiento femenino. Los hombres maltratadores han aprendido a través del
proceso de socialización, que es diferente para mujeres y hombres, que la
violencia es la mejor forma de conseguir el control y dominar a la mujer.
Se ha argumentado que el consumo de
alcohol y otras drogas es la causa de las conductas violentas. Hay hombres que
abusan del alcohol sin que por ello manifiesten un comportamiento violento y
muchas agresiones contra las mujeres se ejercen en ausencia de alcohol.
En la actualidad existe suficiente conocimiento documentado que
demuestra que no existen características psíquicas diferentes antes del inicio
del maltrato entre las mujeres que lo sufren y las que no, sino que los
trastornos y problemas psicológicos de las mujeres que sufren maltrato son una
consecuencia del maltrato y no la causa.
La violencia es violencia la ejerza el que la ejerza. Aquellos que la ejercen lo hacen en la idea de que con ella consiguen lo que quieren. El legislador, en su sabiduría, hace leyes por hacerlas, en cantidad de casos no se cumplen, sobran la mitad de las leyes que se hacen y, naturalmente, la mitad de los legisladores.
ResponderEliminarSiempre criticaré que una vez pronunciada una sentencia el mismo tribunal no la haga cumplir en el acto. De la misma manera critico que si se ha interpuesto una denuncia, esta debe llevarse hasta el final, aunque el denunciante la retire. Si metió la pata al denunciar, que lo hubiera pensado antes y si lo hizo porque es lo que tenía que hacer que se siga hasta el final, si es víctima puede estar siendo coaccionada y eso hay que evitarlo a toda costa.
Muchos casos de esta violencia "machista" o de "genero" se hubieran evitado si a la primera denuncia, al culpable le desterraran a mil kilómetros de su víctima, ni uno menos.
De la misma forma que si a un Juez que dicta una sentencia, que luego una instancia superior se la tumba, se lo tuvieran en cuenta en su sueldo, con toda seguridad que no sentenciarían tan a la ligera.
Lamento no creer en la justicia, en mi opinión la justicia se ha apoderado de la Justicia.
Pasadlo bien. Andrés
La víctima de violencia machista no denuncia a su agresor por miedo, también tiene la esperanza de que su pareja se corrija, pero esa corrección no llegara nunca. Tiene miedo al agresor y sus represalias, miedo al proceso judicial, miedo a no ser creídas, miedo a perder a sus hijos, miedo a no tener medios económicos para subsistir, miedo a ser tratadas de modo prejuicioso por no haber cortado esa relación tóxica... Miedo.
EliminarLa no identificación del problema como una violencia machista aparece como un factor clave. la víctimas que no denuncia lo hace porque "no concede la suficiente importancia a la violencia de género sufrida". La cultura patriarcal construye un estado social que dificulta a la mujer el reconocimiento de una actitud violenta como tal. Es decir, miles de mujeres que no reciben como agresiones machistas cosas que sí lo son.
Muchas gracias Profesor González, por ser usted antena de esta realidad social que afecta a muchas mujeres en el mundo. Es muy importante que los hombres tomen conciencia de esta lacra que todos los años afecta a miles de mujeres en nuestro país.
ResponderEliminarMucha gente sigue creyendo que se le llama así a cualquier agresión dentro de la pareja. Otros saben que solo se consideran como Violencia de Género las agresiones hacia las mujeres dentro de una relación, pero no saben por qué y les parece discriminatorio hacia los hombres.
Pero es fácil entender por qué solo las mujeres pueden ser víctimas de violencia de género si se tiene toda la información, las cifras oficiales que no dejan nunca ninguna duda sobre quiénes son las víctimas y quiénes los verdugos.
Nuestra sociedad es patriarcal: esto no significa otra cosa que vivimos en país donde el hombre tiene poder sobre la mujer en todos los ámbitos posibles. El hombre es el que muchas veces sustenta a la familia por los roles establecidos, aún hoy tristemente actuales, donde él provee y ella cuida de los hijos y la casa. Esto establece una relación de dependencia económica de la mujer hacia el hombre, imposibilitándole la toma de decisiones que atañen a su propia vida. En el ámbito laboral, el hombre cobra más por ser hombre, además de tener absoluta libertad de horarios mientras que la mujer, en la actualidad, ocupa muchos más puestos en trabajos de tiempo parcial, debido a que tiene otras labores que atender, "propias de su sexo", como se les llamaba hasta hace relativamente poco y además ponía en el DNI, profesión: sus labores
Hace 40 años (ayer como quien dice) las mujeres casadas tenían que pedir permiso al esposo para abrir una cuenta bancaria.
ResponderEliminarEste simple ejemplo sirve para ilustrar el hecho de que España es un país en el que el machismo ha importado y sigue coleando y goza de robusta salud (yo mismo soy machista a mi pesar).
Y está forma de pensar no es privativa de mi generación. Entre los jóvenes no es difícil detectar opiniones y actitudes que creía olvidadas para siempre jamás.
Hasta que cambiaron las leyes, la situación de cualqúier mujer dependía de la buena voluntad de algún hombre (padre, tutor, hermano mayor, marido...) Y por ello parece que las leyes de discriminación positiva seguirán siendo necesarias durante bastante tiempo.