Para evitar la asfixia presupuestaria de algunos ayuntamientos
Hay que reformar
los estatutos de autonomía con pactos.
Clarificar los
presupuestos del ayuntamiento y la reordenación competencial son argumentos de
organización territorial que permanecen abiertos después de haber transcurrido
más de treinta años desde la aprobación del texto constitucional. Las
comunidades autónomas han absorbido el protagonismo y recursos dejando a ayuntamientos
como el de Valdemorillo un segundo plano.
Son muchas las voces desde otros
ayuntamientos que han venido reclamando, sin éxito, la necesidad de una reforma
estructural de los entes locales. La exigencia de reforma local han resurgido
con fuerza con soluciones para contener el déficit municipal, de manera que gastos
como, la policía municipal de y la redacción de los planes urbanísticos, entre
otros, sean de entera competencia de la CAM.
Hay necesidad de clarificar el modelo de
competencias partiendo de que una parte importante de los presupuestos del ayuntamiento
se dedican a financiar capacidades que no han sido asignados específicamente
por las leyes, con responsabilidades impropias de los entes locales. Los
municipios tienen gastos, como los enumeraos anteriormente. en los que se ve el
consistorio obligado a prestar unos servicios no asignados competencialmente, simplemente
por ser la administración más próximas al ciudadano recayendo directamente la carga
por dichos servicios.
El Tribunal de Cuentas, cuando recomendó
replantearse el mapa municipal defendió la necesidad de establecer un nuevo
sistema de asignación de competencias municipales. Por su parte, el Gobierno y el
Tribunal de Cuentas, apuesta por mejorar la competitividad y la eficiencia de
las administraciones públicas y por la eliminación de duplicidades ya que la
Ley 7/1985, reguladora de las bases de Régimen Local, diseñó un modelo
competencial que ha dado lugar a disfuncionalidades, de que los Ayuntamientos
presten servicios sin competencia y sin recursos adecuados.
El modelo de competencias locales es
insuficiente para satisfacer un mínimo razonable de expectativas: el sector
local sigue anclado en la gestión de apenas el 15 por 100 del gasto público indicativo
de que el gasto público no ha sido objeto de descentralización. Para conseguir el
objetivo de descentralización se inició un proceso de elaboración de pactos locales
en las comunidades autónomas con el objeto de estudiar las competencias
susceptibles de asignación y los consiguientes problemas económicos de la gestión
que pueden derivarse del mismo.
Todas estas circunstancias y principios
son los que llevaron a los entes locales a reivindicar ante el Estado y las
comunidades autónomas la realización de un proceso descentralizador que hiciese
realidad la autonomía proclamada y garantizada por la Constitución donde los
pactos locales autonómicos debería descentralizar con su asignación económica a
favor de los entes locales.
Parece que el elemento más relevante
para la determinación de la capacidad de gestión de los Municipios viene determinado
por su dimensión poblacional. En definitiva, es plenamente viable el
establecimiento de diferentes regímenes competenciales de los municipios, según
su mayor o menor complejidad organizativa o volumen de población. Sabiendo que las comunidades autónomas,
podían haber resuelto el problema reformando los estatutos de autonomía a
través de pactos con los Ayuntamientos.
Se imaginan el mismo conflicto de la policía sí dependiera directamente de la Comunidad Autónoma de Madrid y que fuera el encargado de seguridad el responsable de trajinar con los policías municipales y nombrar a los jefes.
ResponderEliminarLo mismo ocurriría con la redacción del Plan General de Valdemorillo si se hubiese realizado independencias de la Comunidad Autónoma de Madrid con la información necesaria del Ayuntamiento de Valdemorillo ahora y ya tendríamos Plan General para Valdemorillo y no empezar de nuevo con otras controversias si pudieran ir surgiendo en el futuro con la AFAL 4.
Resulta claro, el Ayuntamiento se financia con los impuestos de los vecinos casi exclusivamente, cuándo en realidad una parte importante de los gastos municipales deberían venir de la Comunidad Autónoma de Madrid