Vamos bajando la cuesta que arriba en mi calle se acabó la fiesta.



Los vecinos del pueblo deben ser consultados.  Los verdaderos protagonistas.

Las  verbenas, las romerías, florecen por doquier  en los pueblos de la España invertebrada, pero también algunos barrios de las grandes urbes. La “peña” se va de "charanga", esa que Machado dejo inmortalizada en la asombrosa poesía, que Serrat transformo en trova.
Aceptable animación
Hoy, cuando vivimos en un mundo, previsto, traspasado por las tendencias, la tecnología y las directrices de los ministerios y la U.E. Estas fiestas permanecen como un residuo de otro tiempo donde prima la espontaneidad, la algarabía sin complejos, lo cutre y lo popular, que desde luego siempre no es lo mismo, aparecen en primera persona.
Debo confesar que hacía muchos años que no me acercaba a  un acontecimiento así. Desde luego nadie negará que este elenco consigue la mezcolanza de personas de toda edad y condición, que dejan atrás sus prejuicios y comulgan con el gusto musical de los aficionados a la pachanga, los viejos con los niños y los no tan niños, cuando dejan el botellón y los porros en la penumbra y vuelven a ocupar el centro de la fiesta.
Los críos pululan por hasta las tantas, con padres siempre dispuestos a inundarlos de “chuches” o montarles en ridículas atracciones  (burro de cartón, colgado de cuerdas a modo de columpio). Aquí no hay alta y baja cultura: aquí lo que hay es sano cachondeo. Vibran al unísono al ritmo de una música roquera imposible de soportar por un oído tierno. Se hace realidad el sueño de un mundo mejor, de un cosmos en perfecta armonía. El lunes  “statu quo” y volverán a poner las cosas en su sitio.
Llama la atención en las fiestas lo casual de la hosteleria: una barra de tablones de madera sobre cajas vacías de bebidas, carteles pintados con rotulador y algunas faltas de ortografía; un elenco de camareros amateur que forman e la comisión de festejos.  Bocatas rudimentarios que se complementan con una hamburguesería móvil anunciada con coloridos neones. Si pudiéramos concebir el exacto opuesto de un Starbucks, sería este.
Algunos puestos de comida estan puestos al socaire de Directiva Europea, donde sus vendedores permanecen hieráticos durante horas  con  careto de aburrimiento, mientras que  moscas y el polvo dan cuenta de las  viandas.
Ridícula y cara atracción
Lo primero lo más importante es potenciar la participación vecinal, o abrir un debate sobre como el pueblo quiere que sean las fiestas del pueblo ya que la sociedad del 2016 no tiene mucho que ver con la de hace unos pocos años. Además creo firmemente que un pueblo debe tener una sola fiesta, para todos. También hay una razón económica que avala esta postura: con la que está cayendo no tiene sentido gastar cuando hay necesidades en seguridad o en limpieza de nuestro pueblo. 
Hay que compatibilizar el descanso y el ocio, los deseos de los que quieren descansar y de los que quieren divertirse. Seamos sensatos. Entendemos que haya gente que considere lo contrario, que para ellos las fiestas sean importantes, que son parte de la tradición y que potencian el comercio local (aunque muchos salen huyendo del follón) Los días festivos de carácter religioso lo seguirán siendo, haya charanga o no.
Una práctica peligrosa
Me atrevería a proponer, nuevamente con permiso de nuestra alcaldesa Dña. Gema, un modelo diferente de fiestas más participativo, que aglutine a un mayor número de personas con gustos diversos, con programación variada de eventos y predominio de la juegos infantiles, competiciones deportivas, como se ha hecho este año, con actividades organizadas por los propios vecinos y peñas, actuaciones frente a las tradicionales fiestas de atracciones, chiringuitos y ruido.
El Ayuntamiento deberia buscar el consenso popular. Entonces veremos cuánta gente tiene en su agenda de prioridades decidir entre una o dos fiestas. En pro de las tradiciones en favor del evolucionismo tenemos en nuestra mano la capacidad de decidir. Algunos pensarán que es una nimiedad y una pérdida de tiempo; otros, que nos va la vida en ello. En cualquier caso, ahí va tu momento. Opina entonces o calla para siempre. Y tú, qué prefieres, ¿una o dos fiestas?

Comentarios

  1. Siguiendo con la reseña de Machado continuaría: Esa España inferior que ora y bosteza, vieja y tahúr, zaragatera y triste; esa España inferior que ora y embiste, cuando se digna usar la cabeza,….Pues sí, yo también tengo esa sensación de España cuando veo un partido de futbol, o cuando capto conversaciones aisladas a los machos ibéricos “comiéndose a la más gorda”. D. Jesús, siga escribiendo su crónica, con la carga de profundidad necesaria que ayude a tomar consciencia de nuestra realidad cotidiana.

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  2. Las fiestas de los pueblos, son un agujero negro festivo en el que se despeñan todas tus buenas intenciones veraniegas. La dieta que te costó lágrimas como pelotas de golf, ahogada en panceta. Las bebidas Premium que tanto caché te dieron en el chiringuito del cementerio, anegadas a calimochazos. El estilismo de estampados vaporosos a lo Sofia Coppola del que no te despegaste secuestrado por un mono de taller y un pañuelo morado Tu amor de verano bronceado sólo de atardeceres con filtro Amaro suplantado por el mozo con renegrido de era que agarra a la vaca por la cola.
    Un indicativo infalible de que la fiesta está saliendo bien es que haya más gente encima del escenario que debajo. Si cualquier persona del público duplica la edad de todos los componentes de la orquesta quiere decir que hay poco presupuesto y mucha emigración. Si las edades de todos los que están bailando no alcanzan a la del que canta ni sumadas, indica recortes, mala cosecha y pasodobles en bucle. Si el concejal de festejos se sube al escenario y se baja los pantalones, todo va bien y en el pueblo aún se están recalificando solares

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  3. Los avances tecnológicos han dejado obsoletas cualquiera de las manifestaciones populares que tuvieron su razón de ser a principios del siglo XX. Las verbenas y los quermes constituían referencia a la hora de relacionarse en un entorno poblacional, formando parte del acervo cultural de un pueblo. Se inmortalizaban en zarzuelas y sainetes como parte de la realidad social de un pueblo. Ahora todo aquello pasó, solamente nostálgicos y estudiosos intentan mantener viva una tradición cultural rancia por anclada en el pasado.

    El acceso a cualquier tipo de información, a cualquier tipo de música de cine…, la tenemos a nuestro alcance tan solo apretando un botón o requerirla verbalmente. Nuestra canción favorita, las actividades para la tarde…todo ello está a nuestra entera maña.

    Si deseamos comprarnos cualquier cosa, disponemos de catálogos interminables para satisfacer cualquier necesidad. Todo está previsto, todo a nuestra disposición sin apenas esfuerzos. La juventud está plenamente inmersa en otra manera de entender las relaciones interpersonales, de comunicarse y de compartir experiencias. La realidad y los acontecimientos sociales discurren a velocidad de vértigo y todo se encuentra a nuestro alcance.

    Los grupos políticos, que manejan los resortes de poder a todas las escalas, deben adoptar los medios de divertimento social a las necesidades de una nueva colectividad post moderna. De tal manera que los usuarios se organicen como protagonistas de su diversión del manejo de su ocio. Desde luego hay cosas que ya no se consumen por estar obsoletas, caducas.

    Las compras de comidas antes se realizaban en mercados y ferias, las gentes se vestían con lo que compraban en ferias y mercadillos. Ahora, Mercadona, Carrefour, el Corte Inglés han conseguido secar este antiguo tipo de comercio.

    El comerciante de la feria que vendía embutidos y quesos no hizo negocio en Valdemorillo en esta ocasión.

    Este tema suscita el interés popular: 450 entradas, aconsejo al Concejal de Festejos que vaya tomando notas.

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  4. En el término de Valdemorillo vive un número apreciable de personas que son o han sido figuras importantes (e incluso muy importantes) en el mundo (que no mundillo) de la cultura, la ciencia y la comunicación y hay edificios como la casa de la cultura, la propia iglesia parroquial o la ermita de San Juan, que pueden ser un buen entorno para todo tipo de actividades.
    Con estos mimbres, resulta inexplicable que la vida cultural en Valdemorillo sea tan ramplona y pobre de contenido y calidad.
    Dicho esto, se puede explicar que el contenido de las fiestas patronales (sean una o dos) resulte, en buena medida, igual de ramplón y pobre de contenido.

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    Respuestas
    1. Conforme Juan, pero es preciso articularlo desde otra visión pedagógica del pueblo. Incluso instrumentalizar procedimientos, para que la CALLADA CULTURA de Valdemorillo aflore y participe en Debates tan importantes para hacer cómplice a la gente del pueblo.
      La experiencia de la Tertulia Literaria la Fuente demuestra otras posibilidades abiertas y mucho más participativas e incorporadas en los intereses cotidianos.
      Muchas gracias. Insisto nuevamente en una entrevista con Juan Porras, en vivo y en directo.

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