La verdad…. y nada más que la verdad
Ayer por la
tarde, y después de hablar con una persona que debería a ser respetable. Me surgió
nuevamente la pregunta ¿Cuál es el límite de nuestra verdad contrastada con la objetiva,
para no llegarnos a creer nuestras mentiras?
Es
cierto que con la verdad se llega a todas a partes. Con esta frase, seguramente
hayamos recorrido parte de nuestra enseñanza más arraigada. Decía Platón que
"hay que tener el valor de decir la verdad, sobre todo cuando se habla
de la verdad". Decir la verdad enlaza
reconocer las debilidades de cada uno. Implica explorar los errores, los fracasos, los malos
momentos por los que se pasa. Involucra reconocer que no se es perfecto y que
nos faltaba algo de preparación o experiencia.
Decir la
verdad tiene sus recompensas en crecimiento personal por el valor intrínseco de
la confianza que genera en los demás. La gente se fía de lo que dices, compartes
y tu entorno sociopolítico se hace mucho más confortable, más distendido y
mucho más eficaz. La otra realidad la encuentras en todas aquellas personas que
nunca se han propuesto decir la verdad
y por extensión piensan que el mundo entero les engaña. Por esa razón, tienen
un enfrentamiento real con la verdad a la que jamás consiguen encontrar.
Las
dos verdades casi siempre coincidentes son la verdad
moral y la verdad ética.
La primera para tranquilidad de conciencia y fiabilidad entre las gentes,
con las que nos relacionamos, y la segunda para saber, con alta probabilidad,
qué es lo mejor. Porque las morales se basan en valores, principios y normas
individuales o particulares como son las costumbres, ideologías o religiones. Mientras
que la Ética se cimienta en principios universales
al margen creencias, culturas y tradiciones.
Alguno
se preguntara, ¿Pero con todo este rollo hasta donde quiero llegar?, Todo esto
me sirve para poder deducir más fácilmente el comportamiento de cualquier
interlocutor que me habla desde su visión de la vida, pero muy especialmente
cuando lo que pretende es buscar, para encontrar su razón. Alguna sea para justificar una actuación política inaceptable y socialmente reprobable,
que sin embargo, se explica. Porque la vida, la igualdad y la
libertad son valores éticos, para todos, mientras que el recato, la obediencia
o la espiritualidad y la Trascendencia, son valores morales.
Desde luego, y para terminar: cualquier
pacto político expreso o tácito contra los intereses populares, constituye
un acto execrable de difícil justificación, que mata la credibilidad de
quien lo comete. Asesina la esencia misma de
la democracia, por marginar al pueblo.
Todos los acuerdos entre personas individuales para salvar sus intereses, si estos intereses son contrarios a los del pueblo son aviesos. ¿No comprendo muy bien el sentido de su artículo profesor?, pero intuyo que tiene algo que ver con mi anterior intervención.
ResponderEliminarVamos a ver si soy un poco más concisa que usted, Las conclusiones son, según Luis
Herraz: La auditoría se ha realizado sobre la gestión realizada en la ejecución de 20 contratos. Que no es la gestión total. “si en estos 20 contratos se han encontrado irregularidades graves donde hay millones de euros que no tiene una justificación documental. Lógico es pensar que podríamos estar ante la punta del iceberg. Por otra parte No debemos olvidar que esta auditoría se ha realizado con la intervención de los señores que tienen interés en que no salga nada pues si sale les puede salpicar”.
Con este argumento de D. Luis se encuentran razones suficientes para que usted mismo tire de una manta que se lleve también a la actual alcaldesa que ahora arrastra los pies para que el fiscal se pronuncie y cuando el patio del PP Madrid se encuentra lleno de lodo.
Márchese Gema usted nos defraudo y no nos representa, quédese como simple concejala y deje a otro que si quiere ir al fiscal lo haga. Usted no tiene autoridad para evitar que Valdemorillo conozca la verdad, se entere y pueda pasar página. También a Doña Pilar le interesaría que se aclare todo y pueda resurgir como el Ave Fénix ¿Por qué tanto miedo?
O tira para adelante y va al fiscal con lo que tiene, aunque no sea todo, o debe irse YA
Tiene que ser con mentiras, con promesas espectaculares y con palabras que llenen el cerebro de las personas de la basura necesaria para que sirva de hilo conductor, dirigiendo así sus pensamientos.
EliminarEs patético, pero la situación no acaba en campañas electorales. La degradación alcanza niveles espectaculares y estratosféricos cuando seguimos consintiendo que aquel o aquella que nos mintió en campaña electoral, con el fin de atraer el voto hacia, lo sigan haciendo desde las poltronas del poder, desde los Plenos o desde la tribuna de oradores sita en el lugar desde el cual se dirigen los destinos de este pueblo.
Pensar que estos señores del gobierno municipal, todos en general, van a acudir a la Fiscalía, es una quimera. Tenían que hacer la auditoria por exigencias del guion y ahí se van a quedar. ¡Cuando se invoca al Tribunal de Cuentas como garante de la bondad o falsedad de las cuentas, algo está fallando Sra. Alcaldesa!
Si un concejal hace su trabajo, sin dedicarle más tiempo a venderse que a hacer, sin ser agresivo, sin mentir y sin decir lo que se quiere oír, entonces esa persona, no vale para político, no da la talla. Si además, la persona que no vale para político, porque está a su trabajo e intentando conseguir mejoras para el interés de la Comunidad, denuncia a los mentirosos, es retirada y considerada a su vez un traidor, evidentemente por los que ven amenazada su posición de bienestar, intentando así desprestigiar a los osados, y a la vez mantener a raya a los que pudiesen o pudieran por asomo rechistar. La postura inteligente se supone que es la de aguantar, y rezar para que el maná dure mucho más, y consentir y callar lo que se haga necesario, para ganar la confianza del que necesita de personas que entierren su conciencia a cambio de mantenerse en un poder que ni siquiera les dejan ejercer. No espere Profesor que se posicione nadie más. Es una cuestión de supervivencia, que refuerza a la cabeza dominante, que aprovecha su debilidad. Confío en que algún día algunas de esas conciencias, descubra por qué la vida les llevó hasta ahí, y para qué.
ResponderEliminarLa pena es que el pueblo apoya a los inconscientes y no valora a los que se atreven a denunciar, porque en el fondo a la mayoría del pueblo le interesa el mentiroso o trapichero, porque sabe que ese le puede beneficiar, y lleva siglos asumiendo como normal que el político robe o se lleve sus prebendas mientras reparta algo a los demás. Este es un país de picaros y mientras uno come cuatro uvas, el que come tres calla.
EliminarCuando las personas están más pendientes de su supervivencia que de su conciencia, ¿qué se puede esperar?. Pero, ¿estas personas han tenido conciencia política y social alguna vez? Nooooooo !!!
ResponderEliminarHan ido a por la pasta desde el momento t. Es lo que pasa cuando se elige a representates que no tienen donde caerse muertos. ¿Por cierto, dónde estaban la mayoría de los "corporativos" actuales? Unos en la oposición "muerta". Otros "en paradero desconocido". La responsabilidad última de lo que ocurre la tiene EL POBLACHO.
Exactamente, porque resulta que los gobernantes alardean de haber sido elegidos por el pueblo, y efectivamente es así. Nos invitan a ir a votar una, dos y tres veces, y votamos como borregos a lo que se presenta, que suelen ser los que les interesa a los que manejan los partidos para seguir controlando el poder. Y los demás consentimos con nuestro voto que sigan gobernado analfabetos, interesados, o prepotentes, incapaces de solucionar los verdaderos problemas de la sociedad local o estatal.
EliminarEstán ocupando un cargo democráticamente elegido pero fraudulentamente logrado de espaldas a la realidad ciudadana. Lo mismo que la anterior alcaldesa por eso también decimos ¡Váyanse ustedes Sí, váyanse ustedes! Puedo parecer grosero, mal educado, pero lo prefiero a que me llamen mentiroso. Y ustedes son eso, mentirosos. Y ahora díganme, “no incluya usted a todos, porque hay excepciones”. Y mi respuesta es: Que las excepciones me lo demuestren cuando salgan afuera a denunciar a los mentirosos. Mientras no lo hagan, de manera contundente y definitiva, notoria, seguirán estando en mi particular lista, ya que tan mentiroso es el que miente como el que consiente la mentira.
ResponderEliminarEl mayor pecado de un político, (los concejales lo son), es mentir, engañar. Este equipo de gobierno nos miente con la intención clara de engañarnos. Quien miente no nos sirve. Nos sobra.
ResponderEliminarCualquiera no se puede dedicar a la política, son necesarios conocimientos mínimos para poder hacer las cosas aceptablemente bien.
ResponderEliminarConsidero que un concejal o la misma alcaldesa este obrando un sueldo por no hacer nada verdaderamente productivo, es un hándicap para el puesto. El trabajo de las concejalías lo deberían hacer los funcionarios solamente, y los elegidos que voluntariamente se dedicaron a ello deberían seguir con sus ocupaciones como cuando estaban en la oposición. No se puede hacer un ganapán de algo innecesario. ¿Qué pinta todo el día la concejala de cultura en su despacho cuando el trabajo lo están haciendo Pamela y Cía. Que sabe Luis de urbanismo?...podíamos analizar uno a uno. Lo mismo que ocurría con los anteriores miembros del gobierno.
Jean Cocteau decía que “a partir de cierta edad, todos tenemos el rostro que nos merecemos”, o lo que es lo mismo, somos el resultado de lo que hemos sembrado y de lo que queremos ser, incluyendo ahí nuestros errores y nuestros aciertos.
ResponderEliminarValdemorillo empieza a tomar conciencia que la mejor manera de ser ciudadano es participar en la gestión de su pueblo. Tal vez por eso las personas que voluntariamente aceptaron representarnos, deberían estar más a la altura de las circunstancias y deben trabajar por representar a la parte de la población que los votó y no sus intereses.
Que hay que cumplir lo que se promete y no buscar para encontrar disculpas que después no se creen ni ellos mismos.
El carácter y la manera de ser de los españoles tienen muchos aspectos buenos, incluso envidiados por los habitantes de otros países. Somos personas sociables, solidarias, optimistas, pero las palabras sacrificio, esfuerzo, ahínco nos hacen cierto daño al oído y, a no ser que nos veamos con el agua al cuello, preferimos no recurrir a ellas. No nos olvidemos que somos el país en el que la figura del pícaro ha sido elevada a obra maestra de la literatura. Pero, por lo general, el ciudadano debe sentirse gobernado sin engaños, debe considerarse satisfecho de sus representantes y notar que valen para algo. También convendremos poner de nuestra parte para que el gobierno resulte más fácil. No estoy de acuerdo meter en el mismo saco a todos los políticos ya que los políticos son el reflejo de la sociedad electa. Pongo un ejemplo: no podemos pedir un pueblo limpio, si cuando paseamos a nuestro perro no recogemos los excrementos o arrojamos papeles al suelo. Honestidad, si no pagamos los impuestos que nos corresponde. Tenemos que tomar conciencia que todo aquello que hacemos mal terminamos pagándolo nosotros. Tenemos que educar nuestra conciencia cívica lo mismo que nuestra conciencia crítica no siendo exigentes de aquello que no cumplimos.
Cotinua:
EliminarDecirle a los concejales y a la alcaldesa que no estasis en el poder para serviros si no para servir al pueblo. Si no lo sabéis hacer debéis tener la honestidad de marcharos. No debemos dejar tras nosotros una estela negativa que se mantenga en el tiempo, comprometerse dejar un testimonio de vida que pueda servir a los demás a ser mejores personas, porque al final todos vamos a terminar de la misma manera.
Llevamos meses, años, décadas, quejándonos de nuestra clase política a la que achacamos casi todos nuestros males. Es cierto que la calidad profesional y moral de un gran número de nuestros dirigentes deja bastante que desear pero, quizás, haya llegado el momento de hacer un poco de examen de conciencia y asumir nuestra cuota de responsabilidad en la construcción del camino que nos ha llevado a la situación que ahora vivimos o, mejor dicho, padecemos. Ahí entramos en el eterno dilema de si los gobernantes son el reflejo del pueblo o si, por el contrario, el pueblo es el reflejo de sus gobernantes. Yo estoy convencida de que es lo primero: ellos están en las Instituciones porque nosotros les votamos, y ahí no hay excusas que valgan.