!No al trabajo precario!
Propietarios, hipotecados y precarios.
Precariedad es la condición de precario. La precariedad laboral es uno de los grandes
problemas y está vinculada a la falta de
seguridad y garantía para el empleado.
En una sociedad desarrollada,
el salario está destinado a cubrir más necesidades que la simple supervivencia
y deberia permitir el acceso a
una vida con oportunidades.
DEBERÍA SER EL EMPLEO SIEMPRE UN
TRABAJO ESTABLE, indefinido, que permita programar en el
tiempo la vida y poder estar asociado a ciertos derechos con capacidad de consumo.
Pero sin embargo, es otra cosa y más cuando los contratos de un solo día han aumentado
por encima de un 100% y muchos trabajadores en paro se encuentran en riesgo de
exclusión social. La sociedad articulada en base al empleo, se resiente y sitúa
a España en el penúltimo lugar de OCDE. Según indica el Índice de calidad en el
empleo, habiendo descendido últimamente 10 puestos.
Con las
reformas laborales de Rajoy, el empleo indefinido se resintió. Se abarataron los
despidos y se redujeron los sueldos. Hay 123.000 personas ocupadas menos. Las
salidas que nos ofrecen pasan o por dedicar tu vida y alma a conseguir sacar un
proyecto adelante, endeudarte, sacrificarte, “trabajar cada vez más, disfrutar
menos”, o si no eres capaz de perseguir
tus sueños con tenacidad, hipotecarse más, ganar menos y asumir la
precariedad y el paro crónico como norma.
NO ES UNA SOCIEDAD DE
PROPIETARIOS, ES UNA SOCIEDAD DE HIPOTECADOS Y DE PRECARIOS, una
fábrica de personas endeudadas que ven laminada su libertad y sus esperanzas. El
señuelo según el cual la salida del proletariado era hacerse propietario, ha
servido para convertir a la vivienda, la educación, o la sanidad, en un acceso
privado, en una deuda permanente. Hace falta más sociedad, más tejido, más
encuentro, más instituciones que frenen la tormenta desatada por las finanzas
contra la libertad.
La OCDE indica
que entre 1990 y 2012, los países donde más han descendido las horas de trabajo
resultaron ser más productivos. Eso no implica una causalidad total, influyen
también la formación, la inversión en capital fijo y el tipo de tejido
productivo, pero marca una tendencia. Se trata de prioridades. En España se
sube la edad de jubilación al tiempo que se impide entrar en el mercado laboral
a la juventud, y para cuando entra lo hace en condiciones muy precarias.
¿NO
SERÍA MÁS ADECUADO, SUBIR LA CALIDAD DE VIDA EN LUGAR DE LA EDAD DE JUBILACIÓN? Vivir
mejor con más natalidad y trabajar menos. La calidad de vida debe venir por el
ingreso garantizado y no solo por el empleo remunerado, dicho de otro modo,
para asegurar la calidad de vida hay que garantizar ingresos y derechos al
margen de tener un empleo.
LAS PERSONAS CON PRECARIEDAD LABORAL
ESTÁN PROPENSAS A SUFRIR ENFERMEDADES MENTALES,
del mismo modo que tienden a padecer problemas de salud a nivel físico, todo
ello a causa de la falta de estabilidad ya que los humanos llegamos a hermanamos con nuestro puesto
laboral dada la asiduidad con la que suele llevarse a cabo el trabajo
fijo y la importancia que posee para nosotros. Si existe la amenaza constante y
silenciosa de que el puesto de trabajo desaparecerá, esto repercute
negativamente en la percepción de nuestra propia identidad; la incertidumbre conlleva una falta de autoestima y de
deseos de seguir adelante.
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