Ante el reciente atentado en Niza I

¿Cómo se puede justificar la exacerbación religiosa musulmana?

El terrorismo suicida no se refleja en ninguna de las fuentes de la legislación islámica. En el Coram se hace llamamiento expreso a que el Islam tiene que basarse en la sabiduría y la buena exhortación. El profeta Muhammad también llama a aborrecer el fanatismo: "Inclinaos a la facilitación y no a la complicación; albriciad y no desaniméis" (La albricia es fruto de la tolerancia y el mal presagio es del fanatismo).

El reciente atentado en Niza ha conmovido nuevamente al mundo occidental, al más desarrollado del planeta, al más poderoso. La opinión publica esta consternada por este tipo de terrorismo salvaje con un ideario teocrático totalitario de corte "antiliberal" y "antidemocrático" que, según sus críticos, “desprecia sistemáticamente la vida humana”. Sus actuaciones y métodos “no violentos”, tienen como objetivo aumentar el número de simpatizantes mediante el proselitismo, y actuando dentro del campo ideológico promoviendo partidos políticos u organizaciones para el desarrollo de carácter islámico. Una parte de las ONG islámicas pueden estar dominadas por el yihad ismo como un medio ideal para recolectar dinero y fomentar la predicación por medio de mezquitas y madrazas.

Al acabar la Primera Guerra Mundial las fronteras de una parte del mundo cambiaron. Los vencedores de la “Gran Guerra”: Gran Bretaña y Francia, inventaron fronteras y crearon países conforme a sus ventajas económicas y estratégicas. Oriente Próximo fue uno de esos lugares que se diseñaron por el británico Skykes y el francés Picot. Los dos diplomáticos dividieron el mapa de una de las más volátiles regiones del mundo en estados que no tuvieron en cuenta las peculiaridades étnicas y religiosas de sus habitantes. El Tratado Skykes-Picot fue firmado en secreto por británicos y franceses.

De igual manera se diseñó el mapa africano, realizado de acuerdo con las potencias vencedoras y Sin tener en cuenta las características propias de la región. El petróleo tan abundante y la posición estratégica eran imprescindibles para la maquinaria de guerra de las potencias imperiales que luchaban. El papel internacional de británicos y franceses comenzó a decaer después de la crisis del Canal de Suez en 1956. Desde entonces, apenas han cambiado las fronteras de los países árabes, excepto por la reunificación en 1990 de Yemen del Norte y Sur.

Oriente Medio es un nido de confusión por tanta mezcla realizada sin sentido y por tanta riqueza natural que ha llevado a la ambición por el control de la región. La historia, pasada y reciente, con ese punto de partida en el tratado de Sykes-Picot, nos muestra el peligro de la desestima de las culturas y religiones de las personas que habitan territorios sobre los que los imperios coloniales declararon su derecho por conquista militar. Posteriormente a principios del siglo XXI, cien años después del Tratado de Sykes-Picot. El mundo árabe comenzó a de nuevo a agitarse con la invasión de Iraq, la Primavera Árabe, la guerra de Siria y el surgimiento del Estado Islámico.

El nuevo terrorismo islámico o terrorismo islamista, términos utilizados en los medios de comunicación a partir de los atentados del 11 de septiembre de 2001.  Desde entonces los yihadistas y sus seguidores, sostienen que las sociedades occidentales son hostiles al islam por naturaleza. Ideológicamente, el yihad ismo como doctrina política es un ideario teocrático totalitario de corte “antiliberal» y «antidemocrático” que, según sus críticos, “desprecia” la vida humana Por esa razón está considerado por muchos como una de las amenazas más graves a las que se enfrentan las democracias liberales, particularmente en Occidente.

Ningún acontecimiento histórico aparece casualmente, siempre existe una explicación que pueda llegar a evidenciar incluso el “horror”. Cuando falta la sinrazón, todos absolutamente todos, podemos ser víctimas de la intolerancia. Tal vez por eso deberíamos practicar más frecuentemente la autocrítica y buscar para encontrar las razones de cada fenómeno sociológico surgido.