En el debate de Ayer lunes
Les pido que dejen un poco de tiempo para hablar de la violencia de género.
La periodista Ana Blanco, solicitó de los candidatos que dedicaran un tiempo para
hablar de la violencia de género, teniendo en cuenta haber matado a 846 mujeres
desde 2003…. Tras insistir de nuevo la moderadora: Pablo Iglesias empleó 9
segundos y Pedro Sánchez 13, los demás candidatos “cero pelotero”
Se
olvidaron de que cada año mueren en España 60 mujeres, y
van 20 asesinatos en lo que va de 2016, que el pasado 7 de noviembre se
celebró una marcha multitudinaria e histórica para poner fin a un problema
que ha matado a 846 mujeres desde 2003.
El machismo
es una forma de fascismo que ha logrado formar parte de la negra cotidianidad,
normalizando en tantas ocasiones el horror. Es la primacía de unos sobre otras. Es una cultura que esculpe los
cánones estéticos teniendo como referencia un compulsivo apetito de dominio. Hay
víctimas porque hay verdugos, mujeres asesinadas porque hay asesinos que matan
a sus víctimas y generan un efecto de intimidación sobre otras mujeres. Son
mensajeros de un sistema que dice a cada mujer: cuidado con sacar los pies del
tiesto.
Hacemos
frente a una violencia de dominación, a la que podría denominarse terrorismo.
Sin olvidar que el principio de presunción de inocencia exige esperar a las
decisiones judiciales para fijar culpabilidades, esta sección, centrada en un
fragmento de la violencia machista, recoge información aparecida en medios de
comunicación relativa a la violencia contra las mujeres ejercida presuntamente
por hombres que han tenido con ellas algún tipo de vínculo personal, resaltando
que donde hay víctima hay victimario, para agitar las conciencias de todos
nosotros e incitarnos a asumir nuestra responsabilidad en la lucha contra la
violencia de género, que comienza por cosas "pequeñas", pero
importantes, como no reír ni aceptar en silencio los comentarios y chistes
machistas y agresivos contra las mujeres que se emitan en nuestra presencia.
LAS
MUJERES SOLAMENTE PERTENECEN A ELLAS MISMAS, que no tienen por
qué soportar agresión machista y sexista en las calles. También, es igualmente
fascismo, asumir que en el modo de operar habitual del patriarcado deba seguir
prevaleciendo en la gestión del poder y la toma de decisiones sin permitir empoderarse
a quienes llevan siglos gestionando la resistencia contra el machismo.
Transformando su género en la conciencia esperanzada de toda nuestra especie de
mujeres que han aprendido a defender sus derechos desde una óptica llena
de razones.
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