Vivir el presente y disfrutar de las cosas pequeñas.

ENFRENTARSE A LOS MIEDOS, CON LA REALIDAD. (Para todos los amigos que sufren)

Todos pasamos por períodos difíciles, pero cuando tomamos la decisión de defender nuestro agrado ante circunstancias adversas que nos provocan, miedo o ansiedad, se debe hacer presente un estado de paz interior en nuestras vidas.

Es necesario enfrentarse a los miedos, con la realidad.

Cuando atravesamos estados de tristeza, desánimo o incluso depresiones, el tiempo impele con especial lentitud y a medida que nos hacemos mayores, tenemos la sensación de que pasa demasiado deprisa, que se nos escapa de las manos y posicionarse en un estado en que a nuestras espaldas, se extiende ya la parte de un camino ya ampliamente recorrido.

Sin embargo, cuando nos acostumbramos a buscar motivos de satisfacción o alegría, los momentos difíciles tienden a alejarse. Es necesario enfrentarse a los miedos, con la realidad. Al hacerlo eso nos ayuda a definir cuál será la respuesta que demos antes la situación. Tenemos sobrada capacidad para ser fuertes, reponernos y decidir ser felices a pesar de todo, porque nadie te puede quitar la libertad de tus pensamientos, sentimientos o tu manera de pensar, de ver las cosas. Tú puedes elegir como dar respuesta a tus miedos, todo depende de cómo plantar cara a las situaciones difíciles desde una perspectiva constructiva y valiente.

La búsqueda de mayores satisfacciones, deberia facilitarnos el acercamiento hacia la alegría. Por eso debemos procurar vivir con intensidad el presente, aprendiendo a disfrutar de las cosas pequeñas. Olvidando de todas las quejas inútiles que sólo nos conducirán a la angustia existencial y nos  harán perder el tiempo. Debemos aprender a aceptar lo irremediable desde nuestra propia toma de conciencia, ya que una actitud de protesta por algo que no tiene solución, sólo te privará de la alegría. Busca en tu tarea diaria fuentes de satisfacción.

En la actividad cotidiana se ve reflejada nuestra vitalidad, capacidad y creatividad. Procurando disfrutar de lo que haces, entrégate, transformando las obligaciones en oportunidades de expresión y búsqueda de motivos para estar alegre y descubrir la faceta positiva de las cosas y lo positivo que nos presenta cada acontecimiento. Deja de lamentarte por lo que no tienes y comienza a valorar aquello que sí posees, o puedes alcanzar. Ser una persona alegre es una elección que va a expresarse en cada ámbito de tu vida y en cada parte de tu cuerpo. Haciendo que el júbilo que sientes dentro, aflore al exterior y contagie a quienes te rodean. Recuerda que ser alegre fortalece tu autoestima.

Una vida guiada por el entusiasmo de potenciar la alegría de vivir es la clave para sentirse bien con uno mismo. Vivir en alegría quiere decir que te encuentras en una constante búsqueda de aquellas cosas que te producen esa sensación.