¡¡Hasta aquí hemos llegado!! Sr. Sánchez
USTED NO ES DECENTE
Cuando se fuerza un debate dejando
fuera del juego a la parte más importante de una sociedad emergente, el
resultado no puede ser otro que el que pudimos sufrir el lunes.
Pedro Sánchez le dice a
Mariano Rajoy "usted no es un político decente" y le contesta Rajoy,
¡¡Hasta aquí hemos llegado!! Sr. Sánchez debe usted saber, que las verdades no
se deben decir, ni aún a los mejores amigos y mucho menos afirmativamente y por
eso el pueblo español, no lo va a elegir como presidente, porque para serlo,
hay que tener engañado al ciudadano de continuo, y todos no valen para tal
menester.
Ahora
en serio. Como en anteriores debates, debería haber prevalecido la dignidad. Mucho
menos vale si se sitúa en el terreno de la Política y se dice tener el
propósito de regenerarla, que, desde luego, falta hace. Desde luego, si es
cierto lo que se afirmó en el debate y que precedió al exabrupto, es de
obligación denunciarlo ante la justicia, para que sea el juez quien dictamine,
y no ir clamar para buscar la complicidad del personal. Hay que ser más afable
y más serio, porque afortunadamente algunos ciudadanos no somos estúpidos.
Porque
el problema no es que Rajoy sea decente o no ni que Pedro Sánchez se lo diga,
la pega es que a la gente le importa poco que sea decente o no. Pedro Sánchez
le acusó y Rajoy lo entendió en un sentido de corrupción personal. Pero objetivamente
el desdoro de Rajoy ha estado en su sentido político. No ha sido decente: por contemporizar
con la corrupción y, sobre todo, abusando de su mayoría absoluta. No ha sido digno
en la desigualdad que ha causado entre los españoles, ni con los débiles,
enfermos, dependientes o desahuciados. O con con quienes han perdido sus
ahorros. Tampoco lo está siendo con los refugiados.
Por
otra parte, se mire por donde se mire, el eje del debate actual es
generacional, lo nuevo frente a lo viejo, muy por encima de la clásica
dicotomía izquierda-derecha. Al igual que con las elecciones generales de 1977
se enterraron las Cortes franquistas y se abrió un proceso constituyente que,
partiendo de los pactos de la Moncloa y concluyendo en la aprobación de la
Constitución de 1978, que vino a suponer la restauración borbónica en la persona
de Juan Carlos, las elecciones del 20D de 2015 periclitan el régimen del 78 cuya duración ha sido de 37 años, prácticamente el mismo que el del franquismo
y abre un nuevo periodo constituyente, con dos partidos nuevos con muchas
probabilidades de ser hegemónicos.
Si leemos la
realidad debidamente, tenemos que saber que ya no hay vuelta atrás y que solo
hay dos candidatos a la presidencia: Pablo Iglesias y Albert Rivera. El futuro,
a partir del 20 de diciembre de 2015, está plagado de retos apasionantes.
Es que todos han hecho de la política un circo, todos; se salva Garzón, pero los medios (es decir, el poder económico y polìtico) se han empeñado en matar a IU y es posible que, lamentablemente, lo consigan, así ya sólo tendrán "enemigos" domesticados, esos pseudoizquierdistas que defienden la OTAN, llevan en su lista de Zaragoza a un general que dirigió los bombardeos sobre Libia, no ponen en cuestión la enseñanza concertada, callan sobre el modelo de Estado y ya les va bien la monarquía...Sí, hablo de Podemos, el mejor ejemplo de cómo se crea un partido para que nada cambie, como aquel PSOE de la transición pagado por medio mundo para frenar al PCE. Nada nuevo bajo el sol, per hay que tener memoria histórica y eso es algo que Pablo Iglesias definió como pesadas mochilas cuando nos mandó a toda la gente de IU a cocernos en nuestra sopa (o salsa, no recuerdo) de estrellas rojas,
ResponderEliminarCuanta razón tienes.
EliminarToda mi pena por el hundimiento de Izquierda Unida, toda mi consideración por el pundonor de sus dirigentes, la fidelidad de sus bases y mi reconocimiento a su programa social más que avanzado. Pero hay que reconocer que no han sabido conectar con la sociedad, que sus estructuras son antiguas y que han tenido muchos años para cambiar las cosas y no lo han conseguido, lamentablemente. Ahora llega una formación nueva, con sus problemas, claro, su bisoñez pero también con muchísima fuerza e ilusión y hay que darles la bienvenida. Desde mi punto de vista, se trata de conseguir movilizar a la izquierda para que podamos poner en práctica políticas verdaderamente sociales. ¿Tenemos que seguir conformándonos con un partido casi residual? ¿Ha conseguido alguna vez IU el número de escaños que las encuestas dan a Podemos? ¿Y el capital, la derecha, mientras tanto, frotándose las manos?
ResponderEliminarPor otra parte, es la sociedad la que empuja. Podemos podría existir, igual que existen otras formaciones como UPyD, o la misma IU; no estaríamos hablando de ellos si no fuera porque la sociedad los respalda.
Yo, sinceramente, quiero que cambien las cosas y no veo que perdiendo elección tras elección IU vaya a conseguirlo. Y me encantaría que todo ese capital humano, lejos de desencantarse, se sumara a esta marea del cambio. Porque no hay nada más triste ni menos inteligente que una izquierda dividida
Estamos en un nuevo tiempo, se agotó la transición y con ella los partidos políticos que la hicieron posible. Han aparecido nuevos partidos, libres de cargas, a ambos lados del arco parlamentario con otra manera de ver es Estado y un posible nuevo pacto social. Desgraciadamente IU también entra en la transferencia y deberían haberse incorporado en un nuevo pacto de izquierdas no comunista pero firmemente comprometida con los pobres, marginados....Una izquierda nueva, diferente.
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