¿Si una mentira se repite, acaba por convertirse en verdad?
Los políticos en España son profesionales de la mentira
El
Artículo 6 de nuestro Texto Constitucional
dice que: Los partidos
políticos expresan el pluralismo político, concurren a la formación y
manifestación de la voluntad popular y son instrumento fundamental para la
participación política...…Su estructura interna y funcionamiento deberán ser
democráticos.
Este texto anula
todo ejercicio de democracia participativa cuando canaliza el ejercicio de la
política a través de los partidos políticos por lo tanto resulta sencillo conocer
y desmontar una mentira que figura en el propio texto que se nos da como guía
de convivencia. La Constitución establece el deber de los partidos de funcionar
de forma democrática, pero basta analizar los reglamentos de los partidos y su
funcionamiento en la práctica para ver que no resulta sencillo desmontarlo.
En España, desgraciadamente, estamos acostumbrados
a esconder, ocultar y utilizar la mentira: Cuando no hay presupuesto ni dinero,
no importa, creamos empleos públicos a dedo y colocamos a los nuestros a costa
del contribuyente. P.e: Rajoy, pensando en su campaña electoral de final de año
nos viene vendiendo humo, engañándonos hablando de una recuperación de España y
de nuestro crecimiento cuando la Comisión Europea ve serios riesgos de
incumplir las metas de déficit y, sobre el papel, reclama una actualización del
proyecto una vez se celebren las elecciones y se forme el nuevo Gobierno. La
Comisión Europea cree que España crecerá menos de lo previsto por el gobierno y
deberíamos seguir apretándonos el cinturón un poco más. Asegura que la balanza
exterior de España da signos de cierta fatiga.
Numerosos políticos han batido ya varias
veces sus propios récords de imposturas, engaños, invenciones, calumnias…
mentiras puras y duras, con las que siguen creyendo que ganarán votos de
ciudadanos crédulos. Parecen ignorar que la misma tecnología que hoy les
permite multiplicar ese bombardeo de embustes, como el que tantas veces usaron
para embaucar a los votantes, es la que ahora capacita hasta al más sencillo de
los electores para descubrir enseguida la falsedad de esos tahúres.
Según el principio de Goebbels “Si una
mentira se repite lo suficiente, acaba por convertirse en verdad”. Pero el
manual maquiavélico del ministro nazi no contaba con las redes sociales, y ese
nuevo universo interinatico está cambiando el mundo de la falsificación
política en la que se han asentado hasta ahora las victorias de nuestros
gobernantes en las urnas. Los medios de comunicación importantes que se encuentran
al servicio del legislativo, no se sonrojan cuando se demuestra una y otra vez
que muchos titulares son falsos: al parecer continúan dispuestos a seguir
aplicando el principio de
Goebbels mientras sus amos se lo ordenen.
Se está aplicando otro principio de Goebbels, el 5º o de la vulgarización: “Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar”
ResponderEliminarNaturalmente, la verdad no importa a nuestros políticos –mejor dicho, les asusta, pues como dijo Gramsci “decir la verdad es siempre revolucionario”–, así que ahora en las tertulias, los medios de comunicación, los foros de debate, los bares, los taxis… sólo se habla de que Tsipras pretende robar a España el dinero que le hemos prestado a Grecia. Una tergiversación malintencionada con la que además se busca convertir a su amigo Pablo Iglesias en traidor.
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