¿SALIR DE CLASE Y PONERSE A HACER DEBERES?



Datos para un nuevo debate
La comunidad educativa tiene visiones contradictorias. Padres y profesores a favor y padres y docentes en contra. Los deberes pueden  aumentar las diferencias entre los niños procedentes de familias con un nivel sociocultural alto y los niños criados en familias con nivel sociocultural menor.
Cada uno tiene su criterio, pero según (OCDE), España es el quinto país en el que los estudiantes dedican más horas (6,9 frente a la media de 4,9) a seguir trabajando los contenidos que se dan en los colegios, a pesar de que este esfuerzo no está acorde con los resultados de informes Pisa. Pero una cosa debe quedar clara A LOS MÁS PEQUEÑOS NO SE LES DEBE CARGAR DE TAREAS PARA CASA, y los padres deben asumir que tampoco el tiempo de ocio del niño o niña debe ocuparse viendo tele o jugando con las “maquinitas”.
Algunos niños que salen a las 14.00 horas de su colegio y sobre las 15 vuelven a abrir sus libros. Como tienen actividades extraescolares, su jornada de tarde está organizada para que puedan llegar a todo y cumplir con el horario para, a las 21.00 horas, estar en la cama y poder leer un poco antes de dormir. Los deberes determinan la vida familiar y muy complicada para aquellos padres que trabajan por la tarde, retrasando la hora a la que los niños se ponen a hacer sus tareas. Algunos pequeños que por las tardes acuden a actividades extraescolares, a medianoche están haciendo los deberes.
Los trabajos para casa, deben plantearse con moderación para no transmitir al niño la sensación de ansiedad, ya que a algunos pequeños les genera preocupación y pueden caer incluso en una depresión. Son muchos los padres que piensan que haciendo deberes sus hijos aprenderán más. Clases por la mañana, actividades extraescolares por la tarde, leer, los deberes y… Todo ello produce un exceso de activación del cerebro y el niño necesita también descansar como nos ocurre a los adultos.
La discusión sobre los deberes está y ha estado presente en nuestro país a lo largo de los años. Existe legislación al respecto desde el año 1957, vigente aún en nuestros días, salvo en Galicia y en Cataluña, que prohíbe tajantemente los deberes: Queda prohibido encomendar a los alumnos trabajos para ejecutar fuera del centro. (Decreto de 31 de mayo de 1957. Artículo 5º, apartado d). Con este decreto se prohibieron los deberes en secundaria.
Avanzando unos años más, en el año 1973, encontramos en el BOE una Resolución de la Dirección General de Ordenación Educativa dirigida a los Sres. Delegados provinciales del Ministerio de Educación y Ciencia e Inspectores-Jefes de Enseñanza Primaria. El contenido de esta Resolución: los programas de los centros serán elaborados de forma que eviten como norma general el recargo de actividad de los alumnos con tareas suplementarias fuera de la jornada escolar. Graduándose este tipo de actividades de forma tal que su intensidad sea inversamente proporcional a las edades respectivas. Cualitativamente, las tareas que se realicen fuera de la clase se ajustarán también a las edades y niveles alcanzados, evitándose el encargo de trabajos mecánicos, pasivos o repetitivos.
Sobre este asunto de los deberes en casa hay gustos para todos pero hay una realidad incuestionable que resulta necesario destacar: los deberes no son más que una manera adicional de aumentar las diferencias entre los niños procedentes de familias con un nivel sociocultural alto y los niños criados en familias con niveles socioculturales menos favorecidos. Aquellas familias que no pueden ayudar a sus hijos con las tareas sufren la discriminación de manera irremediable, al no poder permitirse pagar un profesor particular que ayude a los niños ni tener la formación necesaria para hacerlo ellos mismos.
Quede claro que con este trabajo no pretendo enmendar la plana a ningún docente, simplemente expreso un punto de vista tan acertado o no como cualquier otro.

Comentarios

  1. Nuevamente puso el dedo en la llaga profesor, la carga de deberes a los niños evita poder realizar otras cosas que tambien son fundamentales como el jugar. Da penita vera mis nietos despues de una larga jornada de cole llegar a su casa y ponerse a trabajar nuevamente. Las tareas sí pero dentro de un orden, ademas quien les aconseja en ingles ¿si nadie de la familia sabe nada de esta lengua?

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  2. Fernando Rodriguez de Rivera30 de octubre de 2015, 13:27

    Pocas personas encontraremos en España que consideren que sus hijos hacen pocos deberes. Más bien, al contrario: muchos padres consideran que el trabajo en el hogar debería ser mucho más exigente, ya que aún se piensa que la cantidad equivale a calidad. Pero no es así, y no hay más que echar un vistazo al informe PISA para entenderlo. Como ponía de manifiesto el documento llamado ¿Los deberes perpetúan la desigualdad?, los niños españoles estudian en sus casas dos horas más que la media de la OCDE, y a pesar de ello, no obtienen buenos resultados. Por el contrario, Finlandia, la niña bonita de la educación europea, es el país donde menos tiempo se pasa haciendo deberes.

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  3. Jesús, a casi cualquier maestro que le preguntes por la conveniencia de mandar deberes a los niños te contestará, igual que se recita un mantra, que los deberes cumplen tres funciones: REFUERZAN LO APRENDIDO, ENSEÑAN RESPONSABILIDAD Y CREAN UN HÁBITO DE TRABAJO. Y de ahí no los vas a sacar.

    Eso es lo que hicieron con ellos sus maestros, eso es lo que les han enseñado en la escuela de magisterio y eso es lo que harán hasta que se jubilen. No importa que nuestro país, año tras año, esté a la cola de los países avanzados, en cuanto al rendimiento escolar se refiere, a pesar de que nuestros alumnos sean los que más días de clase tiene al año y más horas dedican a los deberes en casa.
    Da igual que todos los estudios internacionales demuestren que los países en los que menos deberes se mandan (o en los que directamente están prohibidos por ley) sean los que mejores resultados obtienen; da igual que todas las investigaciones serias hayan demostrado que los deberes no sólo no sirven para nada, sino que pueden ser perjudiciales.

    Para muchos de mis compañeros de profesión tales estudios son una patraña de pedagogos progres que no quieren que a los niños se les transmita la cultura del esfuerzo.

    Muchas gracias, nuevamente, por permitir abrir este debate. Parece que el gusanillo docente no ha desaparecido.

    Dr. Luis Garrido. Psicopedagogo

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  4. ¿Que alternativa propones para sustituir los deberes?

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    Respuestas
    1. Juan: Los padres de hoy también los maestros de hoy vivieron en su propia escolaridad. Por las voces de expertos que nos hablan de las bondades de los trabajos obligatorios para casa. Porque muchos miembros de la comunidad educativa creen que es algo obligatorio que viene en el paquete de la educación escolar.
      En realidad, no es el sistema educativo el que marca los deberes sino las creencias y costumbres, porque la ley educativa española no nombra los deberes en ningún lugar, como tampoco lo hace con los exámenes o las notas. Increíblemente muy pocos docentes, directivos y padres conocen esta realidad y la posibilidad que tienen de cambiar el estilo de sus centros.
      La ausencia de deberes no es un problema, el exceso de deberes sí. Quizá tenemos miedo de que los niños no sepan qué hacer con su tiempo libre si no tienen la tarde ocupada. Olvidamos lo que toda la psicología del desarrollo infantil ha revelado a lo largo del siglo XX: los niños tienen unas necesidades de juego y exploración que no solo son vitales para su crecimiento personal equilibrado, sino también para su aprendizaje. Y con la cantidad de deberes que muchos llevan a casa a diario no tienen tiempo para ello. ¿Cuál es el coste? El futuro nos lo dirá. Pero la depresión infantil y el elevado fracaso escolar son indicadores a tener en cuenta.
      Muchos niños necesitan ayuda para terminar sus deberes con éxito y sin errores y los padres acuden con buena voluntad. En ocasiones a confundirlos ya que el estilo del maestro es diferente. También ocurre que en determinadas etapas no es posible echar una mano dada la dificultad de las materias, y eso es motivo de desigualdad para familias cuyos adultos tienen niveles básicos de formación. Por no hablar de los conflictos que se producen en millones de hogares cada tarde entre padres e hijos por causa de los deberes, enturbiando las relaciones y haciendo crecer muros entre ellos. Habría que preguntar a los maestros que los ponen y probablemente cada uno aporte su propia visión.
      Está muy extendida la idea de que es necesario que los niños vayan adquiriendo la rutina de hacer algunas tareas en casa para que aprendan a organizarse de cara al futuro, cuando la enseñanza es más compleja y exigente en niveles superiores. En nombre de ese futuro cada vez niños más pequeños se ven sometidos a horas diarias de ejercicios y lecturas obligatorias para las que no están preparados. Las exigencias van en aumento a muy temprana edad, reproduciendo nuestro estilo de vida adulto. Paradójicamente eso no se traduce en mayores capacidades para responsabilizarse de dichas tareas al final de la Primaria o en la Secundaria, ni en un menor nivel de fracaso escolar. Y sí se convierte en uno de los acicates para el abandono de los estudios y el hastío de muchos niños y adolescentes. Es terrible que muchos de nuestros escolares estén contando los días que quedan hasta las siguientes vacaciones, y que vayan aguantando lo que les toca hacer cada día con resignación en lugar de disfrutar de los miles de aprendizajes que les están esperando.

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  5. Creo que no se está distinguiendo bien la cantidad de deberes como recuerdo de lo aprendido según las diferentes edades. No es lo mismo un niño de 8 años que uno de 16 que debe hacerse responsable de su propio aprendizaje.

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    1. Mercedes. Creo que en la redacción el asunto queda claro. Desde luego apañado está un alumno universitario si no estudia y trabaja en casa. Nos estamos refiriendo al colegio no al instituto, por supuesto. Los niños deben ir acostumbrándose poco a poco a hacer tareas, pero no cuando tienen 7 años.

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