Los toros, nuevamente en el debate.
Ante
la próxima Fiesta del patrono de Valdemorillo.
Me
avergüenza que la mayoría de países comunitarios, nos conozcan por los toros. No
soporto ver en los suvenires españoles a un toro y lo que realmente simboliza.
Un festejo con escaso público |
La
pregunta entonces es la siguiente: Si los habitantes de Valdemorillo han
elegido, de forma democrática, a un gobierno a favor ¿por qué razón debemos
impedirlo? Si se han seguido todos los cauces ¿embargar un evento elegido por
la mayoría sería un acto antidemocrático? Sinceramente, creo que el pueblo, en
su conjunto está a otras y que el asunto de los toros afecta a los nostálgicos del
ladrillo ahora en horas bajas. Si no queremos que se siga celebrando, la
solución es sencilla: que los partidos políticos tomen decisiones
sometidas en un plenario que palpe el pulso de la población sobre el
festejo taurino de San Blas. Deben ofrecerse alternativas más económicas e igual
de participativas, como son los conciertos en la plaza de toros. Parece mentira
que tengamos una mayestática plaza de toros en medio del pueblo y esté tan poco amortizada. Veo, en algunas fotografías,
que la plaza en un día de feria, está media llena o medio vacía que al caso
es lo mismo.
No entiendo demasiado que haya gente
que paga dinero por ir a ver perecer a un animal y alzan al vuelo pañuelos
blancos cuando el toro está en sus últimos minutos, agonizando, se arrodilla porque no
tiene fuerza para embestir al torero y la gente se levanta y pide las orejas y
el rabo...!simplemente patético!... O cuando un torero no aguanta bien la furia
del toro y es cruel mente embestido todo el mundo se pasa semanas hablando de
aquella cogida, pero ni un día se ha hablado de los espadazos que se le clavan al
toro! También existe el perdón para
ellos...cuando un torero no consigue matar al toro y este demuestra más fuerza
que el propio torero, una persona alza la mano y perdona la vida a ese toro
Considero efectivamente que la fiesta de los toros pertenece a nuestro pasado, la juventud no tiene ningún interés por ella y su precio es desorbitado para una gran mayoría del público. Los toros formaron parte de nuestra tradición como otras que el paso del tiempo ha dejado atrás.
ResponderEliminarConsidero que este gobierno debe sondear a los ciudadanos para plantear una hipótesis de eliminación paulatina. También la sociedad ira situando las cosas en el lugar que corresponde e ira haciendo desaparecer a los toros como acto festivo y las corridas de toros queden como reliquia sentimental para nostálgicos.
Por otro lado la Plaza de toros se encuentra enclavada en el centro del pueblo en un terreno del pueblo y deberia ser usada por el pueblo para eventos populares de todo tipo y todo el año. No se puede tener ese mastodonte como reliquia, para adorno del patrimonio urbano.
Lleváis un cuarto de hora en el pueblo y quereis acabar con todas nuestras tradiciones. Que asco dais
ResponderEliminarEs posible que usted cuando yo llegué no habria nacido. Usted opina y sin embargo tiene todo mi respeto.
EliminarAlgunos parecen incapaces de quitarse sus orejeras tribales a la hora de considerar el final del maltrato público de los toros. No les importa la lógica ni la ética, el sufrimiento ni la crueldad, sino sólo el origen de la costumbre. La crueldad procedente de la propia tribu sería aceptable, pero no la ajena. En cualquier caso, y contra lo que algunos suponen, ni las corridas de toros son específicamente españolas ni los correbous (o encierros) son específicamente catalanes. De hecho, ambas salvajadas se practicaban en otros países de Europa, como Inglaterra, antes de que la Ilustración condujera a su abolición a principios del siglo XIX.
EliminarSiempre resulta sospechoso que una práctica aborrecida en casi todo el mundo sea defendida en unos pocos países con el único argumento de ser tradicional en ellos. Aparte de España, las corridas se mantienen sobre todo en México y Colombia, dos de los países más violentos del mundo. Otros países más suaves de Latinoamérica, como Chile, Argentina o Brasil, hace tiempo que las abolieron. Las normas más respetables suelen ser universales. Todo el mundo está de acuerdo en que no se debe matar al vecino, ni mutilar a la vecina, ni quemar el bosque, ni asaltar al viajero. Por desgracia, en muchos sitios hay costumbres locales crueles, sangrientas e injustificables, aunque no por ello menos tradicionales. De hecho, todas las salvajadas son tradicionales allí donde se practican.
Tengo la buena o mala suerte de pertenecer a una cultura en la que el toro es protagonista de un modo de entender la belleza. Y acepto que otros no lo entiendan así, pero lo que no acepto es que ensucie y se utilice esta fiesta para manipular sobre el maltrato a los animales. Quién no le guste ni entienda este mundo que lo respete, como nosotros respetamos aquellos que no les gusta o no lo entienden, pero que no lo utilicen para sus intereses, porque está claro que el toreo ha sido y es una manifestación artística, y no torturadora.
ResponderEliminarSin entrar en detalles de cultura y tradiciones, quien quiera la fiesta, lo menos que puede hacer es pagarsela. Como yo me pago a aquellas a las que voy. ¿Por que Valdemorillo tiene que pagar una millonada por ello? Según he podido leer en otros foros, Valdemorillo ha pagado mas de 800.000 euros por encima de lo realmente comprometido ¿Alguien puede decirme otra tradición, cultura o arte que haya consumido tanto dinero?
EliminarDa la sensacion que alrededor de los toros hay demasiado mundo oscuro.
ya he oido hablar de los 800.000 eurazos que se han perdido y yo creo que se deben buscar cuando se audite, no sea que esten despistados en alguna cuenta corriente.
EliminarLos toros han sido una justificación de gastos, unos gastos que no nos podemos permitir a menos que se realice una derrama por aquellos que les interesa. No podemos articular una celebracion de San Blas unicamente entorno a los toros.
Los toros de fuego, con la cornamenta ardiendo; toros ensogados, toros a la mar, toros maltratados, estresados, heridos o muertos se suceden en Tordesillas, Extremadura, el bajo Aragón o Valencia (3.000 festejos brutales al año). Su suplicio no es menor porque no se los mate. La tortura es peor que la muerte. Estas bestialidades tienen lugar en la región más atrasada de Cataluña y que lo seguirá siendo, vista la ayuda al subdesarrollo que ha recibido del Parlament. Es lamentable que tras su grandeza al abolir las corridas, en un proceso ejemplarmente democrático, haya caído en la contradicción en los correbous. Esta vez no ha habido comparecencias. La votación ha sido un trámite. La decisión de blindar los festejos bestiales por miedo a perder un par de votos estaba tomada, con desprecio de la lógica y la ética por los partidos. Es penoso ver una ley fijando los tiempos asignados a las formas de tortura (15 minutos al fuego en los cuernos). Prefiriendo la marrullería a la pedagogía, los políticos han prestado un flaco servicio a los habitantes del Ebro, condenándolos a seguir enfangados en la cultura de la crueldad, que lastra sus opciones de desarrollo. Si hay un alcohólico en la familia, no hay que animarlo a seguir bebiendo. El progreso empieza en las cabezas, no en las infraestructuras. Los festejos basados en el maltrato son una patología de la mente y su único destino es la abolición.
ResponderEliminarEfectivamente los toros han sido tradición histoóica, pero los tiempos han cambiado y los modos támbien ya que la juventud poco tiene que ver con esta tradición. La sociedad ha evolucionado hacia otros postulados y otras formas de divertimento. Las fiestas deben obedecer a demandas populares, tal vez por eso, los muy aficionados a los toros deben comprender como la sociedad ha cambiado hacia otros gustos distintos.
ResponderEliminarSoy partidario tambien de amortizar la plaza de toros con otras actividades procurando que el pueblo obtenga con su uso un beneficio. Tal vez habria que pensar en conciertos que trajeran a ciudadanos de la comunidad que tambien ayudara a la hosteleria a sacar su beneficio
Las críticas a los eventos violentos con animales se remontan a la antigüedad romana, con las diatribas de Cicerón contra los espectáculos de circo con fieras. A ellas siguieron las críticas de los primeros escritores cristianos y canonistas a las llamadas venationes, como Prudencio, Casiodoro, San Agustín o San Juan Crisóstomo, que censuraban los espectáculos públicos con fieras (incluidos los toros bravos)
ResponderEliminarAsí que ser antitaurino es posiblemente no sólo es lo más razonables, sino que todo se reduce a una cuestión de pura y dura lógica.
Para empezar, todos los animales (humanos o no) somos iguales ante el hecho objetivo del dolor. No existe una tortura de los perros, otra de los toros, otra de los niños ni otra de los gatos, sino que tan sólo existe la tortura en sí. Encontrar la diversión en el dolor de un ser vivo es sencillamente inaceptable.
Muchas gracias por su aclaración
EliminarNo he podido ir a la charla, tertulia o como quiera llamarse, que el ayuntamiento habia programado en sus actividades culturales en la tarde de ayer, ¿alguien que haya estado presente puede hacer alguna referencia de lo hablado, charlado, discutido o como quiera titularse?
ResponderEliminarNo hay manera.
ResponderEliminarSe saca el tema taurino y el respetable, con escasas aunque honrosas excepciones, se apresura a tirar de tópicos.
Según parece, los aficionados taurinos no pueden evitar tener su juicio entorpecido por unas orejeras tribales, debido a la particular patología de su mente.
No se dan cuenta de que alrededor de dicha afición hay demasiado mundo oscuro y solo es propia de paises atrasados y violentos, incapaces de suprimirla mediante un proceso ejemplarmente democrático.
Y los escépticos solo necesitarían leer a Prudencio, Casiodoro, San Agustín o San Juan Crisóstomo para poder convencerse de su error.
¿Qué tal?
La mayoría de los opinantes, haciendo una cabriola mental de la que solo son responsables ellos, y aprovechando que es lunes y no llueve, terminan disparando por elevación contra las corridas de toros. Hay un interés malsano en juntarlo todo, quizá porque piensan que es mejor atacar por un flanco que se muestra más débil. Lo de meter todo lo que tenga que ver con el toro bravo en la misma caja para poder patearla a gusto es maniobra antigua.
ResponderEliminarMe explicaré. La actual corrida de toros es un espectáculo en el que todo está reglamentado y casi previsto, a veces hasta quizá demasiado. No cabrían ahora festejos como los de Majadahonda en los años 10 del pasado siglo, plaza en la por las fiestas se lidiaba un toro por los aficionados en la plaza pública y ellos mismos en el ruedo se repartían la carne de la res tras abatida y despedazada. Hay actualmente en los festejos una organización y reglamentación oficial y miles de personas trabajando como profesionales en toda España, gran parte de Sudamérica y todo el sur de Francia. Supera por tanto fronteras, idiomas, regímenes políticos…
Verdad es que el toreo ha concitado odios, prohibiciones, pragmáticas reales, bulas papales y todo tipo de opiniones en contra a lo largo de su historia, en la que se ha ido suavizando y adaptando a la sensibilidad vigente. Recordemos aquí para situarnos en el medio, que no ha mucho tiempo se negaba sepulcro en tierra sacra a los componentes de las compañías de teatro ambulantes. Pero no es menos cierto que nuestra querida fiesta también ha atraído hacia sí muchas manifestaciones artísticas de genios de la poesía, pintura, escultura y todo tipo de medios de expresión plástica y musical, ajenos a cualquier sospecha de “garrulismo” , salvajismo o sadismo.