Cabreados, golfos, consentidores y dormidos
Pobres
pero no tontos
Pero,
¿cómo es posible que los cabreados con la manera de comportarse ahora una buena parte de la sociedad, no seamos capaces de cambiar nada las contradicciones y desencuentros de
nuestro entorno? ¿Somos tan pocos, tanto poder tienen quienes lo mandan? ¿Estamos
realmente tan adocenados, tan dormidos, tan …..?
Que más de tres millones de españoles
pasen hambre y un 25% del total la roce este en el límite de la indigencia, me
produce desasosiego en mi conciencia rea, angustia vital. Que cientos y miles de golfos y más golfos
se hayan llevado, legalmente, el dinero bajo el salvoconducto de que ‘aquí hay
para todos’, me produce sudores frios. ¿Es posible que nos tengamos que tragar tanta
ignominia e injusticia sin poder rebelarnos y exigir que el placebo de los
dirigentes del país sea algo importante que les obligue a restituir?
¿Qué régimen económico nos convendría
más para que sigan existiendo las diferencias entre ricos y pobres? El
capitalismo es lo mejor, pues el capitalismo, el que sea pobre que se fastidie.
Algunos dirán, “pero es que se puede ser pobre, pero no tonto”. ¿Y para qué
sirve el adoctrinamiento? Si la gente común, actúa como un rebaño de borregos
aunque entre ellos haya gente inteligente, e incluso rebelde, que se siente
como una oveja negra entre un hatajo de sumisos corderitos,
simplemente se trata de hacerles creer que los ricos irán de cabeza al infierno,
y los pobres alcanzarán el Reino de los Cielos… la resignación y la capacidad
de sufrimiento, son las principales virtudes del ser humano. ¿Qué prefieres
vivir como pobre o morir como rico? Elige. “¡Vivir, por supuesto! Perdón, ¿me
repite la pregunta?” Si la gente cree en eso, no será difícil hacerles creer en
cosas más terrenales, como el amor a la patria o el amor a cualquier cosa. Y sobre todo meterles en la cabeza, a machamartillo, lo de que “siempre
ha habido ricos y pobres, y así será por los siglos de los siglos, amén”.
Que nos enteremos, “a toro pasado”,
que una docena de directivos de la desaparecida Caja Madrid, la de los
Preferentes, cobraron 71 millones de euros en la crisis y mientras duró el
momio, y el Presidente de la entidad, Miguel Blesa, 12,4 millones. Otra, que
tres millones de españoles viven ya en la pobreza extrema, la renta familiar es
bajísima, está disparada la desigualdad entre ricos y pobres, y los recortes
condenan a aquéllos con menos recursos. A ello se puede añadir, también la
golfería de Rato, el asunto de la Gürtel en el PP de Andalucía y de media
España, el escándalo de los EREs andaluces…. y un montón de cosas más, una
exageración, una angustia,… y que todas constituyen el escarnio absoluto y
descalificador del sistema político tanto del liberalismo como socialismo. Que
reflejan que a todos nos han dado droga, para mantener en la inocuidad nuestras
protestas. Todo es mejunje en la vida española, todos estamos atontados con el futbol.
Que quienes mandan no lo hacen con
habilidad sino con mano de hierro. El orden social es injusto
y adulterado. ¿Cuánto tiempo podremos aguantar así? La televisión y la prensa se
usan para mantener la calma. Es necesario que descubramos el engaño, la
estafa. La verdad de las leyes y de esta democracia ya no nos ilusiona, estamos
encerrados en ellas contra nuestra voluntad. Es preciso tomar conciencia si de
verdad queremos sobrevivir y salir de esta cloaca. Nos han estado dando
placebo.
Las conexiones entre Gurtel y la Punica redes de corrupción y la existencia de ese chivato judicial han salido a luz gracias un pinchazo telefónico que tuvo lugar el miércoles 2 de julio del 2014. En esa llamada, Alfonso Luna García, hombre de confianza del número 2 de la trama, el empresario David Marjaliza, alertó a este último de que Ruz le tenía en su punto de mira, según le había revelado un informante, aparentemente trabajador en la Audiencia Nacional, cuyo nombre se negó a facilitar por teléfono. Este no era el único soplón de Púnica. Un guardia civil, ya detenido, José Luis Rodríguez Talamino, está imputado por dar chivatazos al grupo.
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