Nuevas formas de entender las relaciones hombre-mujer
Para no generar frustración,
sufrimiento, desigualdad y violencia
La realidad social y cultural que actualmente
vivimos, requiere de un reciclaje en profundidad para alejar definitivamente
cualquier actitud discriminadora hacia las mujeres.
Teniendo
en cuenta nuestra inteligencia y el hecho de que el asunto de la violencia de
género, ha puesto el foco en los distintos encauces que tiene la violencia hacia
las mujeres. El machismo o sexismo, está en vías de extinción como ya avanzó
Engels en su libro "El origen de la familia. Sí se sigue con esta tendencia,
las hijas de las madres que ahora no son amas de casa, tampoco lo serán. Sin
embargo todavía alguna querrá ser princesa, pero sabiendo que es ficción.
Por
tal razón ahora los hombres, nos encontramos ante una encrucijada en la que podemos ser cómplices
de una nueva forma de entender las relaciones hombre-mujer para no generar frustración, sufrimiento, desigualdad
y violencia. Aliarnos definitivamente con la realidad que vive
el feminismo del siglo XXI intentando
aportar soluciones concretas desde nuestra posición que nos permita,
estar en sintonía con una situación que allanaría considerable el campo
del entendimiento
¿Qué
podemos hacer los hombres?:
Adoptar la posición cínica y decir que no va con nosotros, que ya hacemos todo
lo que está en nuestra mano, o enfrentarnos a un problema que está costando
vidas y que supone situar la altura de nuestra mente a lo que la razón ha
puesto en el ámbito de la realidad, reconociendo definitivamente que los roles
machistas carecen de argumentos que los justifiquen.
Hay
que plantear en la sociedad la exigencia de igualdad, de tratar a todos como personas,
tampoco consiste en ir
en contra de los hombres sino de combatir las actitudes, chascarrillos,
chistes, comentarios, posiciones y pensamientos que tienen un contenido machista. Por lo tanto, antes de indignarnos y
poner el grito en el cielo por las continuas generalizaciones o esgrimir “no todos los hombres….”debemos ejercer
una autocrítica seria de las veces que de manera inconsciente estamos
trasmitiendo una imagen machista o colaborando con una lista de injusticias,
que el feminismo denuncia... Si orientásemos todo ese ingenio en comprender algo
incuestionable revisáramos nuestra postura egoísta, todo resultaría algo más
sencillo.
Lo
de tratar a las mujeres como ganado, pensar que requieren conocer nuestra
opinión sobre su aspecto, concebir nuestras relaciones afectivas como nuestras,
nunca esbozar una sonrisa o un silencio cómplice ante un comentario machistas.
La
cuestión es que el feminicidio,
y por tanto la violencia machista, tiene que ver con nosotros. Y mucho.
De nada sirve echar balones fuera, apelar que es una cuestión estructural y que
por lo tanto no sirven de nada los cambios en las actitudes cotidianas. No
estamos sobrados de herramientas, pero quienes llevan tiempo trabajando y
pensando sobre esta lacra nos señalan algunos caminos.
Existen
numerosas maneras de ser aliados: los medios pueden informar sin caer en una
visión romántica o normalizadora de los asesinatos, las instituciones, a las
que han llegado opciones de cambio, pueden poner en marcha medidas que aborden
el feminicidio con la seriedad que requiere, de manera integral y no sólo
centrando las campañas en que las mujeres eviten ser asesinadas, violadas o
maltratadas e incluir una perspectiva, poco frecuente, de que los hombres no
asesinemos, no violemos o no maltratemos.
Los
hombres y muy fundamentalmente los más jóvenes debemos tomar conciencia que la relación
hombre mujer hay que abordarla desde una perspectiva de igualdad real, si
queremos mantener armonía en nuestra relación cotidiana asumiendo todos los
roles familiares desde la equidad absoluta y desde posiciones de generosidad.
El autor
de este trabajo, además de ser hombre maduro convencido de la igualdad entre
hombre y mujer, es Sociólogo y Master en igualdad de género de las Ciencias
Sociales por la Universidad Complutense de Madrid.
Efectivamente vivimos otros momentos para la mujer, pero la mayoria de los hombres han mamado el machismo de sus madres, ellas son precisamente las causantes de montones de problemas. Es necesaria una catarsis y plantear las cosas desde el principio, despues cuando aparecen los niños es muchisimo mas dificil.
ResponderEliminarPor otra parte todavia hay muchas mujeres que les gusta encontrarse con el macho iberico, sin darse cuenta que despues se puede transformar en maltratador consentido. Con la violencia hay que tener tolerancia cero, no admitir que te pongan la mano encima y si te la ponen denunciar y buscar soluciones, despues de una vez vendrá la siguiente, despues otra y así puede ocurrir cualquier cosa y los niños se educar en un ambiente insoportable.
Me parece un tema muy interesante que debe abordarse con claridad. Las mujeres debemos ser tolerantes hasta el punto que toquen nuestra dignidad como personas. Cuando perdemos la dignidad hemos entrado en un camino que ya no tiene retorno con ese hombre. La pareja no es solo el jijiji, jajaja. La pareja debe nutrirse de verdadero contenido de responsabilidad mutua de respeto reciproco y de buena voluntad.
ResponderEliminarTengo dos hijos de mi primera pareja y ya han pasado por mi vida dos hombres antes que el actual; que desde el primer momento le plantee las reglas del juego. Ahora es respetuoso con mi trabajo y amoroso con migo y con mis hijos. Pero lo tengo claro, clarísimo, que cuando este convencida de lo contrario vuelvo a quedarme sola y esta vez de manera definitiva y solo usaré de los hombres cuando yo quiera y para aquello que considere oportuno. Es mejor vivir sola que mal acompañada y la vida es corta.
Lamentablemente, yo no tengo estudios superiores, acabé el bachillerato (era mejor que el de ahora creo) y dar opinión ante una autoridad en la materia me puede dejar en evidencia. No obstante las personas deben tener roles, está claro que un hombre no puede tener hijos ni amamantarlos, pero si puede cambiar los pañales y limpiar la casa hacer la comida etc. El definir las tareas cuando ambos son trabajadores externos en la vivienda debe ser la solución y aún así las diferencias con el paso de las generaciones se van distanciando. La libertad económica de hombres y mujeres, la implicación en la dirección de empresas, el llevar el trabajo a casa hace que esos roles definidos anteriormente no se puedan llevar a cabo, lo que genera reproche, la famosa frase (parece que no quieras que esto funcione) etc. Cada vez somos menos solidarios, ya no es como antes ser mejor que el compañero del curro, ahora tenemos el rival en casa.
ResponderEliminarLas cosas han cambiado, que cada vez más las mujeres se empoderan de sus vidas, de sus emociones, del hogar y de sus relaciones de pareja. Es común observar a mujeres exigiendo ser amadas, tratadas de una manera diferente a ser solamente un objeto decorativo de la casa y eso se debe a un cúmulo de situaciones, de momentos, de sucesos que han hecho que la mujer deje de ser pasiva y se convierta en la dueña de su propio destino. Ya no quiere ser princesa y quiere ser compañera en el estricto sentido del término.
EliminarEs por eso, que los roles en las relaciones de pareja cada vez cambian más, fluyen según cada persona y estos cambios, que se han generado poco a poco, pero que para algunos pasa de la noche a la mañana, han hecho que muchos hombres se sientan intimidados, que muchas familias cambien y que algunas mujeres se sientan mal porque aún no han podido salir del yugo masculino. Este poder femenino es como una droga, después de que lo experimentas es difícil volver a la vida que llevabas antes.
Los cambios no son nada sencillos de asimilar, por unos y otros, por el contrario son un proceso lento y dispendioso y aunque lo cierto es que el cambio de estos roles ha sido positivo en muchos aspectos, para unos cuantos sigue siendo un dolor de cabeza, un sinsentido de la “modernidad”. Sin embargo, pienso que es maravilloso ver que las mujeres están despertando que ya no tienen el rol pasivo en las relaciones y que cada vez van escalando posiciones de igualdad con los hombres.
Sorprende comprobar como este tema genera reacciones violentas en muchos hombres. Analizando el tema se sostiene que la pareja debe partir desde la IGUALDAD. Pesan sobre nuestras espaldas interpretaciones parciales, una historia machista y la propia historia personal. No por nada, el tema de los roles es uno de los principales en los conflictos de pareja. Además cuando hablamos en sexología de «Identidad de género», estamos refiriéndonos a la sensación que tenemos de ser hombre o mujer. Cuando hablamos de «Rol de género» nos referimos a todo aquello que hacemos o pensamos que debemos hacer para ser varón o mujer. El rol de género depende de cada cultura. Según algunos estudiosos, el rol de género tiene que ver ampliamente con nuestra cultura y con las normas sociales vigentes.
ResponderEliminarYo soy machista.
ResponderEliminarY lo soy porque desde mi infancia interioricé las normas que regían esta sociedad que, digan lo que digan, sigue siendo machista.
Tuve la suerte de que, a lo largo de mi existencia, tuve contacto con mujeres inteligentes (creo firmemente que la mayoría de las mujeres son más inteligentes que los hombres) que decidieron invertir en mi su tiempo para hacerme ver que, a pesar de mi progresía, seguía siendo machista y me enfrentaron con mis contradicciones.
Y, aunque en la actualidad tengo normas de conducta más racionales en mi trato con las mujeres, sigo siendo machista. Y no lo puedo evitar. Moriré siendo machista aunque abomine de esa condición.
Quizás por ello, temas como el de la discriminación positiva no lo termine de ver claro.
Pues allá tú y tu compañía, si te lo permite, los de tu edad todavía pueden enorgullecerse de ser machistas, pero debes reconocer que en las nuevas generaciones eso ya tiene connotaciones cavernarias. Efectivamente como dices, generalmente las mujeres somos más inteligentes que los hombres, y tenemos un sexto sentido que nos permite intuir que lo tuyo va de farol y que eres un calzonazos.
EliminarDentro del mundo de las ideas, ser machista demuestra corta inteligencia y menos argumentos. Cuando la sociedad desarrollada sigue unos caminos de igualdad los machistas ya no tienen cabida. Tenías que haber dado con una mujer como yo para que pudieras plantearme a la cara una actitud así de chulesca
Lo siento, pero para descalificaciones, faroleos e insultos sólo abrimos los domingos de 6 a 7 de la mañana.
EliminarMe declaro machista reaccionario. Siempre he creído en la igualdad de todos los seres humanos, sin distinción de raza, genero, religión, opción sexual, etc. Pero cuando se vive en un Estado en el que se vulnera el principio de presunción de inocencia cuando un hombre es acusado de violencia de genero ... lo siento, me tengo que hacer machista. Hemos pasado de una sociedad machista a una sociedad donde se presume que un "genero mascullino" es violento por "nacimiento", donde hay "genero femenino" que se definen "feminazis" en una toma de posesión de cargo electo y ¡No pasa nada! ¿Si un hombre se declara "machonazi"? No lo quiero ni pensar. Por mi parte lo tengo claro, he pasado de creer en la igualdad a sentirme perseguido por el simple hecho de ser "genero masculino". Por último, Ana Mari Barroso .. bajate del guindo ... El día que podamos fecundar hijos sin vuestra intervención creo que a una gran mayoría de "genero femenino" les pasará como a los dinosaurios.
EliminarLo tienes claro machista. Me gustaria ver al machista por un agujero. Sin la mujer no sois nadie, soy unos autenticos calzonazos que apena sabeis hacer la o con un canuto y os alardeais de machos.
EliminarEsperar y ver como viene la nueva generacion de mujeres que ahora estan estudiando en el instituto. No aguantaran facilmente a un barrigudo pesado que es como os volveis a los cuarenta y tantos
Para esa época ... quizá haya llegado la extinción. Por mi parte no tengo problema de "calzonazos". El ratito y punto ... no he llegado a necesitar la compañía de una pareja, esposa, compañera y/o similar. A los sesenta me pilla mayor ese rollo de la necesidad ... SOLITO, que los machos hispánicos sabemos vivir SOLITOS ....
EliminarEn el mundo de la publicidad, estamos hartas de encender la televisión y ver anuncios de cocina y limpieza representados únicamente por mujeres. Por otra parte, los anuncios de deporte y automóviles parecen estar reservados para los hombres. Con respecto al mundo laboral, siento también una gran impotencia ante la discriminación de la mujer en casos de embarazo, las cuales ven reducidos sus sueldos o son, simplemente, despedidas; privándonos así de disfrutar del derecho de criar a nuestros hijos. En cuestión de seguridad, todas las mujeres tenemos miedo de ir solas por la calle de noche. Y, en el caso de una violación, ya es hora de que la culpa recaiga totalmente en el violador; de que ni "una falda corta" o "una blusa escotada" deben ser nombradas como justificación de la agresión sexual sufrida por la víctima. Por la igualdad de derechos y contra la violencia de género: No necesitamos que nos compadezcan, sino que respeten de una vez nuestra dignidad como personas.
ResponderEliminarBuen artículo Jesús. Efectivamente los hombres tienen que trabajar por la igualdad, sin embargo, el camino es difícil más cuando se supone perder privilegios. Me asusta el neomachismo presente en las contestaciones, esa gente que da la vuelta a la violencia de género y la convierte en una amenaza para los hombres, cuando las que son asesinadas son las mujeres. Por cierto que esa persona que dice que no se quien accedió a un cargo proclamándose "feminazi", lo dudo mucho porque ese término fue inventado por un ultraconservador estadounidense para cuestionar a las feministas y no al revés. Por otro lado, coincido y a la vez cuestiono el comentario de un hombre que reconoce ser machista, desde un punto de vista crítico, cosa que le honra porque en verdad hombres y mujeres somos machistas, incluidxs aquellxs que nos definimos como feministas porque hemos sido educadxs en el machismo y de una forma u otra lo reproducimos. Sin embargo, le digo a esta persona que no diga que morirá machista, todo está en proponerse el cambiar y si denuncia el machismo y está a favor de la igualdad, entonces es feminista. La idea es darse cuenta de las conductas machistas, tal y como dice Jesús en el artículo y cambiar actitudes, de esa manera seremos menos machistas y viviremos en una sociedad mejor. Porque el feminismo es positivo para hombres y mujeres, os dejo unas palabras presentes en el libro de Nuria Varela en su "feminismo para principiantes":
ResponderEliminarPor cada mujer fuerte cansada de tener que aparentar debilidad,
hay un hombre débil cansado de tener que parecer fuerte.
Por cada mujer cansada de tener que actuar como una tonta,
hay un hombre agobiado por tener que aparentar saberlo todo.
Por cada mujer cansada de ser calificada como «hembra emocional»,
hay un hombre a quien se le ha negado el derecho a llorar y a ser delicado.
Por cada mujer catalogada como poco femenina cuando compite,
hay un hombre que se ve obligado a competir para que no se dude de su masculinidad.
Por cada mujer cansada de ser un objeto sexual,
hay un hombre preocupado por su potencia sexual.
Por cada mujer que se siente atada por sus hijos,
hay un hombre a quien le ha sido negado el placer de la paternidad.
Por cada mujer que no ha tenido acceso a un trabajo o a un salario satisfactorio,
hay un hombre que debe asumir la responsabilidad económica de otro ser humano.
Por cada mujer que desconoce los mecanismos de un automóvil,
hay un hombre que no ha aprendido los secretos del arte de cocinar.
Por cada mujer que da un paso hacia su propia liberación,
hay un hombre que redescubre el camino a la libertad.
Concejal de cultura del Ayuntamiento de Madrid. Se define como feminazi, esta grabado y colgado en youtube. Sin pelos en la lengua, infórmese antes de poner en duda las contestaciones. El año pasado 18 hombre fueron asesinados por sus "mujeres". Este año han sido varios los hombres asesinados por sus "mujeres". No se considera violencia de género ni terrorismo doméstico. Menos hipocresía. No al machismo, no al feminismo. En España se ha instaurado un feminismo que atenta contra el "género masculino", así de simple.
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