La fiesta taurina
Algunos acontecimientos sacan a flote el
maltrato animal
La fiesta taurina ha permanecido unida a la tradición y al
folclore español formado parte del acervo cultural durante mucho tiempo, pero
el discurrir de los años, los usos y costumbres están arrinconando la esencia
misma de la fiesta. El toro de la Vega o el toro embolao están sacando a flote
el maltrato animal impropio de un país civilizado.
El toro "embolao" |
¿Desde
cuándo la apología a la violencia y la destrucción son dignas de mantenimiento
histórico? Tradiciones como la ablación
femenina o la esclavitud, que persisten hoy en día nos horrorizan...
¿por qué una tradición cruel como en la que se hace sufrir a un animal ante la
presencia de un público enfervorecido, no se elimina? Las tradiciones violentas
perpetúan éstos comportamientos como dignos de práctica y seguimiento. Las
tradiciones deben ser soporte de lo que
nos define y construye, pero también de lo que esperamos de los nobles objetivos
pacíficos en el mundo como fundamento formativo de las nuevas generaciones.
Para un animal, el dolor es el dolor y la muerte es
la muerte, ni dignas ni indignas. La muerte es el fin de su vida
como lo es para nosotros. Y mientras más rápido y de golpe suceda, mejor, al
menos, esa sería una muerte ideal. Para un toro la corrida es el sufrimiento
continuo asegurado y la muerte segura; porque se diga o no, toro que pisa la
arena termina torturado para morir de un pinchazo en el corazón ¿Es digna una
muerte lenta, dolorosa, torturante, asfixiante? Una muerte en la que un toro es
obligado a someterse a las torturas ante un público jadeante y enfervorecido.
Queda, arrancarle las orejas y el rabo |
Ya lo he dicho antes. La Fiesta me resulta indiferente, pero no soy antitaurino y su desaparición, inevitable, me produce cierta desazón por que la atribuyo a un proceso de aculturización poco deseable.
ResponderEliminarNo cabe duda de que en Valdemorillo existe cierta afición a las fiestas taurinas y nada tengo que decir. Si me molesta, sin embargo, que la defensa de su afición se haga con ciertos tintes violentos y chulescos del tipo ¡a ver que va a pasar aquí! que denotan cierta carencia de argumentos dialécticos, falta que también detecto a nivel nacional por parte de escritores redichos incapaces de redactar un texto en el que no predomine la pedantería intensiva.
Dicho esto, he de declarar que estoy frontalmente opuesto a esas otras "fiestas populares" tales como el toro de la vega, toros embolados o encierros en los que los animales pasan a ser víctimas de una banda de mozos (y no tan mozos) empapados en alcohol que celebran sus "hazañas" de forma animalesca.