¡”Dios mío”, que espanto!

Ante la fotografía de un niño ahogado 

Forma parte del álbum migratorio de la infamia: un niño varado en la playa como si fuera un pez en pantalones cortos. Si querían una imagen que de verdad nos salpicara como el ácido, si queríamos una imagen evocadora del horror, aquí tienen una que nos ahoga y nos muestra una realidad demasiado dura para poder ser digerida por las personas de bien.

Estos días pasado hemos visto a montones de infantes jugando en la arena de las payas pero esta foto muestra una realidad desnuda que debe hacernos a todos reflexionar de donde estamos y hacia donde nos dirigimos.

Todos sabemos cuál es el problema, el verdadero problema pero nuestra sociedad hipócrita, descaradamente hipócrita, aún no se ha puesto las pilas. De estas muertes todos somos responsables unos porque no hemos salido suficientemente a las calles para protestar por esta inmundicia que tiene en su fondo intereses espurios de una sociedad que ha perdido el norte. Hace falta que un cataclismo nos posicione nuevamente en el camino. 

Históricamente el primer mundo se fue encargando de apropiarse de las riquezas de África, fuimos los colonizadores que hundimos a esta gente en la miseria y ahora no hemos sido capaces de ofrecer alternativas para que sean idóneas de buscarse la vida con la colaboración de nuestra tecnología. La cultura o su esencia cultural los ha posicionado en un fanatismo religioso que también nosotros hemos propiciado con las invasiones injustas.

Volviendo a la fotografía, ¿Cuántos niños sin nombre se han tragado ya el océano? ¿Llevaban una camiseta azul o una verde cuando se ahogaron? ¿Hicieron alguna vez un castillo de arena? Sinceramente creo que no 

"Si imágenes tan potentes como la de un niño sirio muerto arrastrado por las olas no cambian la actitud de Europa frente a los refugiados. ¿Qué podría hacerlo?". Desde principios de año han llegado a Grecia 160.000 personas, del total de cerca de 350.000 que se estima que han cruzado el Mediterráneo, una ruta en la que han muerto unos 2.000 migrantes.

En tanto en Hungría, uno de los países de entrada de los migrantes que quieren llegar a Alemania, la tensión sigue creciendo y 2.000 personas seguían acampando delante de la estación de Keleti de Budapest o en una zona de tránsito del edificio, luego que la policía les impidiera abordar los trenes.

El intento de los migrantes de llegar a Alemania se explica por la decisión del gobierno de Berlín de no devolver a los sirios al país por el que entraron a la Unión Europea, en este caso Hungría, y de examinar sus demandas de asilo.

Europa y USA deben hacer algo rápido para que esta sangría no siga cayendo sobre nuestra conciencia de seres civilizados. Algunos incluso creyendo en nuestra Transcendencia.