9/06/15

A los jóvenes




Hay que buscar, para encontrar, la verdad
La gente joven debe busca la verdad, su verdad, como una obligación ineludible para posicionarse en el lugar adecuado.
No se puede construir un jardín en un desierto, por muchos oasis que haya en él, tarde o temprano llegará el día en que a las cosas se les llame por su nombre.
El problema está ahí, está en eso, en llamar gris a lo negro o a lo blanco, dependiendo de los intereses que tenga cada cual, o peor aún decir que lo negro es blanco o viceversa, y no ruborizarse. Nunca, nunca se podrá salir de ese círculo vicioso, mientras nos dejemos engañar, o lo que es peor nos auto-engañemos.
Esta sociedad en la que ahora nos ha tocado vivir, está basada fundamentalmente en una mentira de intereses. Creo que sería conveniente desenmascarar la mentira de una vez por todas y hacerla salir definitivamente de sus catacumbas. Al igual que la libertad es, simplemente, la ausencia de opresión, sin acudir a circunloquios y filosofías baratas, la verdad es, podríamos decir, la carencia de mentiras. Es absurdo buscar la verdad, porque si la deseas la vas a encontrar, lo más inteligente es intentar descubrir las mentiras que desactiven una “verdad aparente”.
Busquemos la mentira en cada asunto que nos interese, así la “verdad” caerá por el propio peso de la mentira. Muchas cosas están fundamentadas sobre una mentira que no queremos ver y en la que algunos se sienten muy bien y retozan con gusto acompañando a los gorrones que la sostienen, mientras la gran mayoría del pueblo que vive en el anonimato buscado o querido la sufre. Por eso, deberia ser la obligación primordial de cada joven, intentar poner al descubierto todas las mentiras y falacias de su entorno inmediato, ya que resulta imposible construir una sociedad justa y libre basada en una mentira, no hay otra manera de hacer una renovación que empezar por poner de manifiesto toda la falsedad que nos han introducido, haciéndonos creer que son verdades incontestables.
La mentira vuelve tontos a los más listos y malditos a las mejores personas. Tal vez por eso, todos los ciudadanos que nos consideramos de bien, debemos desenmascarar a los mentirosos y ponerlos a merced de la opinión pública. Debemos fijarnos como obligación intentar redescubrirnos en la verdad desnuda, sin aristas y donde todos y todas nos encontremos como en nuestra propia casa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario