8/01/15

Píldoras para la marcha



¿Que pueden toman sus hijos? los fines de semana  con amigos
El entramado de sustancias compuesto por “pastillas”, alcohol y cocaína son la droga preferida por nuestros adolescentes y jóvenes, y preocupación razonable de la mayoría de los padres, madres, profesores y profesoras que se relacionan con ellos.
En el esquema para clasificar las drogas se ha hablado de las estimuladoras de actividad cerebral y entre los grandes estimulantes se ha colocado a las anfetaminas y sus parientes son las “pastillas”. Las  que consumen los adolescentes no son todas anfetas, todas tienen un componente estimulante. Según estudios realizados en la Facultad de Medicina, dos de cada tres jóvenes han probado el “éxtasis” y solo lo han hecho de manera ocasional. De esos tan solo un 15% de los que seguirán tomando y es el motivo de nuestra preocupación, lo harán de forma continua y en ocasiones descontrolada. Las “pastillas” no suelen ser muy potentes puesto que cuanto menor efecto tengan, más  se venderán.
Entre los adolescentes entre 13 y 17 años, las pastillas con cierta frecuencia suelen protagonizar incidentes de descontrol. La necesidad de los adolescentes de contravenir la norma, de saltar los límites o de probar los riesgos tiene un efecto destacado en  el speed o del “éxtasis,” llevan el principio activo: Metilenedioximetanfetamina (MDMA). Se consume de forma oral, ingiriendo, chupando los cristales o  “bombitas” envuelto en papel de fumar. Es fácil de diluir en agua, alcohol, o con cubatas ya que los efectos pueden agravarse o mitigarse.
El MDMA afecta a la capacidad del organismo para regular su propia temperatura. Cuando se produce una situación de desajuste térmico, un de golpe de calor. El consumo de éxtasis puede llevar a un aumento brusco y sostenido de la temperatura interna corporal. Si el joven está bailando y sudando, está gastando energía, agua y minerales de su cuerpo por efecto de las drogas. Hay que estar atento. Los síntomas son dolor de cabeza, cansancio, calambres, angustia y mucho sudor. Si alguien se queda mucho tiempo en esta situación, puede sufrir taquicardia ventricular, adormecimiento y pérdida de conciencia. Y si no se toman las medidas oportunas, puede causar la muerte. Es la única droga ilegal que se vende fiada en el último escalón de la distribución. Chicos y chicas adolescentes, con una vida absolutamente normalizada, se pagan su diversión del fin de semana ganando en cada una de las “pastillas” que se pasan.

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