¿Que pueden toman sus hijos? los fines
de semana con amigos
El entramado de sustancias compuesto
por “pastillas”, alcohol y cocaína son la droga preferida por nuestros
adolescentes y jóvenes, y preocupación razonable de la mayoría de los padres,
madres, profesores y profesoras que se relacionan con ellos.
En
el esquema para clasificar las drogas se ha hablado de las estimuladoras de actividad
cerebral y entre los grandes estimulantes se ha colocado a las anfetaminas y
sus parientes son las “pastillas”. Las que consumen los adolescentes
no son todas anfetas, todas tienen un componente estimulante. Según estudios realizados en la Facultad de Medicina, dos
de cada tres jóvenes han probado el “éxtasis” y solo lo han hecho de manera
ocasional. De esos tan solo un 15% de los que seguirán tomando y es el motivo
de nuestra preocupación, lo harán de forma continua y en ocasiones
descontrolada. Las “pastillas” no suelen ser muy potentes puesto que cuanto
menor efecto tengan, más se venderán.
Entre los adolescentes entre 13 y 17 años, las pastillas
con cierta frecuencia suelen protagonizar incidentes de descontrol. La
necesidad de los adolescentes de contravenir la norma, de saltar los límites o
de probar los riesgos tiene un efecto destacado en el speed o del “éxtasis,” llevan
el principio activo: Metilenedioximetanfetamina (MDMA). Se consume de forma
oral, ingiriendo, chupando los cristales o “bombitas” envuelto
en papel de fumar. Es fácil de diluir en agua, alcohol, o con cubatas ya que
los efectos pueden agravarse o mitigarse.
El
MDMA afecta a la capacidad del organismo para regular su propia temperatura.
Cuando se produce una situación de desajuste térmico, un de golpe de calor. El
consumo de éxtasis puede llevar a un aumento brusco y sostenido de la temperatura
interna corporal. Si el joven está bailando y sudando, está gastando energía,
agua y minerales de su cuerpo por efecto de las drogas. Hay que estar atento.
Los síntomas son dolor de cabeza, cansancio, calambres, angustia y mucho sudor.
Si alguien se queda mucho tiempo en esta situación, puede sufrir taquicardia
ventricular, adormecimiento y pérdida de conciencia. Y si no se toman las
medidas oportunas, puede causar la muerte. Es
la única droga ilegal que se vende fiada en el último escalón de la
distribución. Chicos y chicas adolescentes, con una vida absolutamente
normalizada, se pagan su diversión del fin de semana ganando en cada una de las
“pastillas” que se pasan.
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