La droga está a las puertas de los colegíos 2

DETENIDOS EN VALDEMORILLO POR PRESUNTO DELITO CONTRA LA SALUD PÚBLICA.

Una intervención conjunta de la Policía Local y Guardia Civil se ha saldado con la detención de dos jóvenes, como presuntos autores de un delito contra la salud pública.  

Esto me suscita volver a retomar el problema de las drogas en los jóvenes y hacer tomar conciencia que, tanto el Ayuntamiento de Valdemorillo, como la Casa de la Juventud o el Instituto deben impulsar un debate en el pueblo para tratar este asunto donde aparezcan todos los protagonistas: jóvenes, padres, educadores, médicos, psicólogos, policía, Guardia Civil,  la CAM.  etc. Con el testimonio de los centros de acogida y jóvenes reinsertados. Todo esto se puede hacer desde el interés, el compromiso y la ayuda  No tengo ningún inconveniente en participar y colaborar, en la medida de mis posibilidades, pero partiendo de una iniciativa concreta.

El consumo de drogas tiene consecuencias en el funcionamiento normal de nuestro sistema nervioso, provoca una serie de efectos que alteran nuestras capacidades. Modifican la manera de pensar y de enfrentarse a los desafíos de la vida. En definitiva, nos hacen menos protagonistas de nuestro mundo. Todas las drogas afectan a la salud de las personas y a su desarrollo, sin embargo, este dato se potencia aún más en el caso de los jóvenes, puesto que cada vez que se recurre a las drogas como medio para disfrutar o enfrentarse al mundo y su consumo induce a comportamientos descontrolados. Producen sensación de fatiga y alteraciones del apetito o del sueño. Y un tercer grupo de sustancias, llamadas alucinógenas o perturbadoras, alteran la percepción de la realidad, el estado de conciencia y provocan alucinaciones. O producen más de un efecto, como las drogas de síntesis que causan estimulación y perturbación del sistema nervioso central, cambios en el estado de ánimo, crisis de ansiedad, de pánico, delirios, alucinaciones e incluso trastornos psicóticos y afectar a órganos como el hígado, los pulmones, los riñones, el páncreas o el corazón.

Hay muchos síntomas del uso de drogas que deberían ser reconocidas como señales claras de peligro. Debemos aclarar, sin embargo, que la presencia de alguno de ellos solamente, no siempre indica problemas con drogas, puede revelar otras causas. Se suele confundir con otros estados emocionales. Sin embargo, el listado de las siguientes situaciones puede ayudar a detectar alguna anomalía como son los cambios repentinos de carácter y mal humor sin causa, ojos enrojecidos, una bajada en el rendimiento escolar o abandono de los estudios acompañado de un cierto aislamiento y pérdida de interés en las actividades favoritas tales como deportes y hobbies. También se puede apreciar un aumento de conflictos en la familia y con los amigos. Debe tenerse en cuenta igualmente, la presencia de instrumentos necesarios los consumos de drogas: aparición de comprimidos, frascos de colirio, jarabes y envases de medicamentos, alteraciones en el apetito y despiste con incapacidad para cumplir con las responsabilidades. También, comportamientos antisociales tales como mentir, robar, faltar al colegio y cambios en los hábitos de higiene y en la alteración de la apariencia personal y el empleo de gafas de sol en cualquier momento aunque no haya exceso de luz.

En este proceso se aprecian risas extemporáneas, empleo de camisas con manga larga, aumento de fatiga, dificultad para conciliar adecuadamente el sueño y también una reacción irracional de autodefensa cuando se nombran las drogas o el alcohol. Y otra como, la alta de expresión en el rostro; monotonía en la voz, el empleo de los equipos de sonido a todo volumen y cambio del día por la noche. De la misma manera se provocan afecciones bronquiales y otros problemas de salud, como depresión emocional, tos permanente, difícil coordinación de los movimientos, aspecto soñoliento, algo atolondrado y congestiones en nariz y garganta.  A veces oye, ve o siente cosas que no existen.

Creer que todo el que prueba la droga se vuelve un drogadicto, es tan absurdo como creer que el todo el que consume alcohol está destinado a ser un alcohólico. Lo que se señala como agente causante de la adicción a las drogas, no dejan de ser más que elementos contingentes a una personalidad predispuesta para hacerlo. Se debe dejar de creer que un amigo tiene la fuerza suficiente para llevar a otro a la drogadicción; los vendedores de droga tampoco son la causa de la drogadicción; ellos y muchos otros elementos son solamente medios en los que el drogadicto encuentra la solución a una necesidad acuciante.