Con una Europa insolidaria.




Diáspora de la guerra y el hambre del siglo XXI
Las cercas en Europa no son suficientes para frenar el drama migratorio de cientos de miles de hombres, mujeres y niños que pretenden huir de la guerra y de la miseria.
Huyen de una muerte segura.¿Qué harias tú?
Los controles fronterizos y los centros de detención de extranjeros, se han convertido en algo insoportable que mueve dinero y promueve la xenofobia institucional como negocio. Se multiplican las inspecciones fronterizas, y aumentan las declaraciones políticas y policiales que ligan migración irregular con crimen organizado o tráfico de seres humanos, que nos sitúa ante una realidad  difícil de digerir.
Cuando se superan las barreras exteriores hay que colocar barreras interiores de cristal:  una legislación para cazar y expulsar a los migrantes. Así, se genera una  seguridad jurídica y policial organizada con el firme proposito de expulsar al emigrante y eliminar el derecho a tener derechos. Lo que conduce a producir una mano de obra  explotable desde el punto de vista económico. Igualmente las leyes de extranjería han tratado de modificar la imagen pública de los migrantes, presentándola como una “molestia”. Estas normativas  desempeñan un papel fundamental en la difusión de un estereotipo negativo del emigrante sobre el que se han colocado todo tipo de prejuicios de marcado carácter racista.
Durante años Europa se apropió de sus recursos.
En la periferia de las grandes ciudades de Europa, se construyen alambradas invisibles que separan a los migrantes formando “guetos”. Pero las vallas también se convierten en Centros de Internamiento de Extranjeros. Son auténticos lugares al margen del derecho. Solo hay ver sus instalaciones para asistir al horror, y donde personas que no han cometido ningún delito son privadas de su libertad a la espera de conseguir una regulación “in extremis” de sus papeles de residencia.
Los migrantes son, en definitiva, las víctimas de una política degradante basada en construir vallas cada vez más altas, una xenofobia institucional, un racismo de guante blanco poco visible pero constante. En este sentido, es difícil separar racismo y políticas de inmigración ya que, aunque no son exactamente lo mismo, aparecen entrelazadas y como coartadas necesarias. Los arquitectos de la Europa fortaleza cada vez que se enfrentan a una crisis humanitaria migratoria que grita con más fuerza: ¡Necesitamos barreras más altas!.... Alguien desde las "Alturas" de nuestras convicciones nos mira con sorpresa  ante la tamaña insolidaridad. 

Comentarios

  1. Está claro que el tema propuesto no produce ni frio ni calor al respetable. O bien es que les da la risa a la hora de pronunciarse.
    Es un tema muy complejo cuya solución no se encuentra solo, ni mucho menos, en las políticas de acogida de la Unión Europea.
    Los conflictos que han originado ese aluvión de inmigrantes fueron, en su día saludados por algunos sectores europeos (vease Henry Levy) como "liberaciones populares" de autócratas sanguinarios que, como era de esperar, han desembocado en guerras civiles interminables y de fondo religioso y/o en estados fallidos dominados por un número indeterminado de "señores de la guerra" que controlan la ayuda humanitaria que les llega.
    Lo más eficaz sería, a mi entender, que la inmigración fuese controlada y canalizada desde los paises de origen por comisiones internacionales (en vez de por mafias), pero ¿cómo llevar esto a la práctica?
    Por otro lado, es evidente que la capacidad de absorción de inmigrantes por los paises europeos es desigual y, en cualquier caso, limitada. Y esto es incuestionable.
    Todo esto sin hablar de los bufetes de abogados (al parecer británicos) que hacen su agosto sirviendo de intermediarios en cualquier tema relacionado con esos conflictos como pudo verse claramente con la piratería somalí.
    ¿Qué hacer?
    ¿Intervenir militarmente para acabar con los conflictos saltándose a la torera el principio de no ingerencia?
    ¿Apoyar a una de las facciones del conflicto con la casi certeza de que al final se descubrirá que tal apoyo era equivocado?
    ¿Volcar de forma masiva ayuda humanitaria cerrando los ojos para no enterarnos en que manos cae?
    Por otro lado, que desde las "alturas" nos observen o no es algo que me deja indiferente. No soy creyente. Y esto es una postura personal que en nada invalida a la de los que si lo son.

    ResponderEliminar
  2. Gracias Juan, comenzaba a estar preocupado por el silencio de mis lectores, debo confesar que presiento que estos temas suscitan menor interés del respetable hay una tendencia natural a escapar de todas las situaciones que plantean problemas de conciencia.
    Efectivamente la solución está en los países de origen, pero unos están en guerra y otros han sido saqueados durante siglos por los europeos. Efectivamente si el primer mundo no toma conciencia de esta realidad seremos invadidas por el hambre la guerra y la pobreza.
    Históricamente las guerras a gran escale servían para depurar la sociedad y establecer un control sobre el crecimiento.
    El libro de Tamames, La Polémica sobre los Límites del Crecimiento, nos habla de todos los problemas en los que repercute el crecimiento geométrico de la población: la falta de alimentos para gran parte de la población (ya que la población crece de manera geométrica y los alimentos de manera aritmética), el aumento de la alfabetización (debido al aumento e la población, sobre todo se daría en el tercer Mundo) la disminución de los grandes bosque tropicales (pulmones de la Tierra), la disminución de la biodiversidad (debido a la muerte de muchas especies), el aumento de la temperatura (efecto estufa o invernadero, por los gases que se generan de la industrialización de la sociedad), la disminución de la capa de ozono, disminución de la calidad de los recursos hídricos (debido a su descenso, a la contaminación y la salinización de las aguas, etc.
    Todo eso se está dando ahora y prometo tratar este tema próximamente.



    ResponderEliminar
  3. Ha llovido mucho desde que Tamames escribió el libro que citas.
    La casuística sigue vigente pero los actores han cambiado mucho.
    ¿Quién podía imaginar que China se iba a convertir en el mayor peligro medioambiental de la actualidad o que la economía mundial dependiese del buen funcionamiento de su despiadada economía (alguien puede imaginar un país con 500 millones de parados?).
    En cualquier caso, el Tamames que conocimos hace ya mucho tiempo que murió.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

La verdad, " toda la verdad y nada mas que la verdad", sobre la plaza de toros

La situación actual con las EUCC en Valdemorillo

Sr. Alcalde, informe con detalle al pueblo sobre el agua y otros temas