Sobre la conformidad

La consciencia, nos permite mantener nuestra libertad intelectual
El mundo que nos ha tocado vivir se halla repleto de innovaciones, en donde las comunicaciones han experimentado un desarrollo portentoso y por ellas somos capaces de conocer al instante los detalles de cualquier acontecimiento producido en nuestras antípodas.

Sin embargo una buena parte de la ciudadanía no es consciente que ser permanente manejada y que en esta macro estructura informativa únicamente se nos ofrece la información que interesa. Los grandes medios estan controlados por mecanismos del poder económico que nos ofrece la información que debemos tener
Los grandes acontecimientos  de masas continúan siendo utilizados como adormidera  efectiva  de control de  multitudes, como la forma más efectiva de desviar la atención de un sector poblacional muy importante.
La información  que se puede dar a un sector poblacional, puede ser manejada de igual forma que se hace en un laboratorio. El psicólogo polaco Solomon Asch, realizó un estudio sobre la conformidad. Los participantes en el ensayo se inscribieron para participar en un experimento de psicología en el que se les pedía que completaran un test de visión. La experiencia intentaba responder a esta pregunta
Los participantes adiestrados, llevados por Solomon Asch pidieron a unos estudiantes que participaran en una “prueba de visión”. En realidad todos los participantes del experimento excepto uno eran cómplices del experimentador, y el experimento consistía en ver cómo el estudiante invitado reaccionaba frente al comportamiento de los cómplices. El objetivo explícito de la investigación era estudiar las condiciones que inducen a los individuos a permanecer independientes o a someterse a las presiones de grupo contrarias a la realidad.

Tarjeta para el experimento de Asch

Sentados en un aula, se les mostró una tarjeta con un segmento de línea de una determinada longitud y se les pidió que eligieran, de entre un conjunto de 3 segmentos pintados en otra tarjeta, cuál de ellos tenía la misma longitud que la mostrada anteriormente. Asch pidió a cada participante, de forma individual, que seleccionara qué segmento de línea era el correcto. En algunas ocasiones toda la gente del grupo elegía la línea correcta, pero de vez en cuando, los demás participantes ofrecían una respuesta incorrecta. Lo que el sujeto del experimento desconocía, era que toda la gente que formaba el resto del grupo y que él creía que eran sujetos del experimento como él, La respuesta del participante en el experimento podía ser condicionada por la opinión de la mayoría a pesar de ser claramente errónea.

El 75% de los participantes en los experimentos de conformidad estuvieron de acuerdo con el resto del grupo, por lo menos una vez. Después de combinar los ensayos, los resultados indicaron que los participantes se ajustaban a la respuesta incorrecta ofrecida por la mayoría, una de cada 3 veces.

A la conclusión de los experimentos, se les pidió a los participantes por qué se habían mostrado de acuerdo con el criterio erróneo del resto del grupo. En la mayoría de los casos, los estudiantes afirmaron que, si bien sabían que el resto del grupo se equivocaba, no querían correr el riesgo de enfrentarse a críticas personales. Algunos de los participantes eran tan débiles de mente, que llegaron a afirmar que creían que los otros miembros del grupo estaban en lo cierto y que eran ellos los que se equivocaban en sus respuestas, a pesar de la evidencia que tenían ante los ojos. Estos resultados sugieren que la conformidad puede ser influenciada tanto por la necesidad de encajar en una comunidad, como por la creencia de que las demás personas son más inteligentes.

La conformidad puede resultar aún más fuerte en situaciones de la vida real, donde los estímulos son más ambiguos o difíciles de juzgar que la simple elección de unas líneas pintadas en una tarjeta.

Si uno de los miembros del grupo que colaboraban con el psicólogo daba la respuesta correcta contradiciendo a la mayoría del grupo, el grado de conformidad del sujeto descendía dramáticamente. Es decir, una sola persona diciendo la verdad dentro de un grupo de mentirosos puede ayudar a convencer a otros sobre cuál es el camino correcto. Esto muestra claramente la importancia que tienen, por ejemplo, los medios alternativos o los investigadores de todo tipo y disciplina que se enfrentan a la verdad oficial y mayoritaria y que tratan de informar de su punto de vista a tantas personas como pueden.