Sí, Hacienda somos todos...
Más impuestos para quien más tiene…y menos para……….
La sociedad española, en su conjunto, debe contribuir, al tesoro público
de una manera más justa.
La
forma que tiene el Estado o cualquier ayuntamiento para dar recursos a
sus políticas administrativas se realiza mediante recaudación tributaria que
resulta ser un mecanismo que en lugar de descentralizar la renta, la centraliza
aún más. Generando una estructura tributaria injusta que aleja más la brecha
entre pobres y ricos. Esta situación se produce cuando el ciudadano que tiene más
ingresos contribuye menos, y el que el que gana menos, proporcionalmente aporta
más si tenemos en cuenta que una parte importante de los impuestos son
indirectos, y están aplicados a un sinfín de productos de uso cotidiano en la economía
de cualquier ciudadano. La entrada para el cine tiene el mismo precio para
todos, sin embargo su repercusión porcentual favorece al rico, lo mismo ocurre
con el precio de la leche, el aceite….. cualquier bien imprescindible que el pobre
y el rico pagan idéntico impuesto.
De
esta manera la presión fiscal directa e indirecta para un importante número
personas, con escaso poder económico representa bastante más de la mitad de sus
ingresos y las posibilidades de ahorro resultan imposible, al tener que
realizar auténticos malabarismos para poder llegar a fin de mes. Además, las
grandes empresas gozan de subsidios y exenciones tributarias que por mecanismos
de dudosa legalidad burlan algunos los impuestos para envían su dinero a
paraísos fiscales. Cada vez que un nuevo gobierno intenta poner orden y
corregir esas deformaciones, se enfrenta a una feroz campaña mediática llevada a
cabo por los medios de comunicación que se encuentran en manos de la oligarquía
dominante. Los intentos de aprobar reformas tributarias, socialmente justas, suelen
frustrarse debido al poder de determinados lobbies
vinculados a empresas no muy partidarias de la justicia tributaria. Es decir,
sectores que serían beneficiados directamente por una reforma tributaria
socialmente justos, terminan siendo dirigidos por los grupos que tendrían que
pagar más impuestos, para oponerse a una iniciativa, acorde con sus intereses.
Si
no se aporta una fiscalidad más equitativa, el Estado seguirá actuando de forma
indigna contra las personas, contra los individuos. Como si no fuera
responsable de toda la estructura pública de educación y bienestar de toda la
población. Como si el Estado no fuera el encargado de atender a los sectores
más desfavorecidos por medio de políticas sociales que benefician a los
sectores más marginales y frágiles.
Los
partidos de la derecha tradicional y los monopolios privados de los medios de
comunicación, consiguen, de esta manera, arrastrar a sectores de clase media y
también a sectores populares mal informados, para oponerse a todas aquellas
reformas tributarias que tengan en cuenta la verdadera distribución de la
riqueza.
En
una democracia como la nuestra el que gana más, debe pagar más. El que gana
menos, debe pagar menos o nada si ya ha tenido la ocasión de contribuir
suficientemente con su aportación sobre todos los impuestos indirectos.
Efectivamente, me doy cuenta que cobrando un poco más me puedo permitir menos cosas para poder llegar a fin de mes- El pasado año tuve que pedir un préstamo para poder pagar a Hacienda. Vivo austeramente, como una buena parte de la población, y en el momento que hago algo extraordinario un mes tengo que privarme de cosas cuando estoy terminando el mes.
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