La última encuesta del CIS
¿Por qué
ahora se valora la felicidad?
Cuando un sociólogo
frustrado, como yo, coge y analiza los resultados de
un trabajo del CIS, rápidamente comienza
a maquinar y preguntarse, ¿qué se esconde detrás? para encontrar finalmente un objetivo político
concreto.
Me ha sorprendido poderosamente el resultado de la última encuesta del CIS, en la que el 84 por ciento
de los españoles se considera feliz. Pero no solo eso, sino que un alto
porcentaje de estos, más del 51, dicen ser casi “completamente” felices. Y digo
yo: ¿comparado con qué? Parece que Hoy,
el solo hecho de tener trabajo nos hace felices. Y es que al final uno piensa: Me han bajado el sueldo, pero al amigo le han echado, así que no me puedo quejar’.
Vivimos en el país de apariencia, de quijotes, donde cuesta admitir la infelicidad y no nos gusta
dar pena. Así que este retrato del españolito contento que pinta el CIS
hay que creérselo sólo a medias. Solo
hay un 5,1% de encuestados que reconocen ser «infelices. Un 26,1% de los
ciudadanos ve en la corrupción «el primer problema que tiene España», solo
superado por el 45,7% que apunta al paro, cuando en 2004 los corruptos pasaban desapercibidos.
La crisis nos ha empobrecido, también nos ha alejado
de las creencias religiosas, el porcentaje de católicos ha descendido del 80%
al 71%. Solo un 13,4% de los españoles asiste a misa los domingos, se ha doblado
el número de ateos. Emergiendo la religión a la carta, se cogen cosas del
budismo, del cristianismo... La sociedad tiende a un individualismo conectado a
la red y al WhatsApp. El 90% de adultos tienen móvil y solo un 1,4% no sabe lo
que es el correo. Son los llamados «analfabetos digitales». «En el siglo XIX el
que sabía leer y escribir se podía ganar la vida, en el siglo XXI no saber usar
internet va a ser un lastre. Y el móvil no es ya un capricho, es una necesidad.
La consulta con el médico de la Seguridad Social se efectuará en la red. Podremos
pasar consulta por WhatsApp.
Veamos,
¿de verdad los españoles somos tan felices que nos salimos?.. Nos rebanan todos
los derechos laborales, quitan el paro a la mitad de los inscritos, continúan
desahuciando a mano armada, los juzgados tienen overbooking de cargos públicos
acudiendo a diario a sus dependencias, crece la cifra de niños malnutridos… y
nosotros ¿qué?..... ¿dando palmas con las orejas? Porque eso parece. ¿Cómo es
posible que apenas un cinco por ciento de compatriotas valoren con suspenso su
nivel de felicidad? ¿Significa eso que nos va la marcha? ¿Que la crisis nos
pone en forma? sí no es así, no entiendo nada. Una de dos: o esos datos son
mentira o tenemos que hacérnoslo mirar muy seriamente: nosotros, de los
indignados, del millón de jóvenes universitarios en el exilio, el país de los
recortes sanguinarios en sanidad, educación y dependencia. Sinceramente yo no
entiendo nada, porque sabiendo cómo sé que los trabajos del Centro de
Investigaciones Sociológicas es una entidad seria, como ha obtenido estos
resultados tan alejados de la percepción a puerta de calle. ¿Por qué no
esperamos un poco a ver cómo resulta todo esto ¿Por qué no esperamos a las
elecciones que aún quedan este año y cuando conozcamos los resultados, entonces
lanzamos, o no, las campanas al vuelo?
Que
quede meridianamente claro prefiero que seamos felices que lo contrario, pero
lo siento, esta vez me cuesta mucho aceptar y mucho menos creer los datos del
CIS. A menos que entendamos por felicidad la resignación cristiana.
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