Ante un nuevo tema de debate

La cruzada del miedo.

Sres. del PP, ¿no os dais cuenta que ya no produce ningún efecto en la ciudadanía?

La subversión mediática y política han estado lanzando soflamas desde todos los medios de comunicación afines al poder económico contra al electorado griego y de paso contra los nuevos grupos políticos emergentes europeos que ven con entusiasmo la reacción griega. Toda esta cruzada del miedo ha fracasado estrepitosamente y los votantes griegos han dado una lección de dignidad, de carácter y han expresado de manera contundente la esperanza de que pueda ser posible otra Europa.

El pueblo griego no quiere continuar con la austeridad 

 

 

El pueblo griego se ha pronunciado votando que, no quiere continuar con una austeridad que tiene empobrecida a la población griega, la política que ha llevado a contraer su economía a una cuarta parte en apenas cinco años y motivado el desprestigio por la pérdida de autoridad de las instituciones comunitarias en relación con sus políticas económicas. Fundamentalmente por la incidencia sobre los pensionistas, los jóvenes y su falta de respeto a los principios democráticos impuestos por la Troika.

Los griegos primero, y todos los europeos del sur después, nos hemos quedado atónitos por la ignorancia arrogante de los líderes de Europa, que a estas alturas no se han querido enterar de que, o se avanza por el camino de los Estados Unidos de Europa orientándose hacia la Unidad Política, que la solución de una UE solamente monetarista no tiene futuro.

Otra política en Europa, no sólo debe ser posible, sino necesaria para salir de la crisis y para renacer con crecimiento económico, creación de empleo, y cohesión social. Sin entrar, por el momento, en la necesidad de reforma del diseño de la Unión Monetaria actual, esta nueva política debería apoyarse en la reestructuración de la deuda, un plan de crecimiento y un programa de reformas para la economía griega. Estrategias, que no pueden obviar una premisa previa: evitar por todos los medios el colapso del sistema financiero griego.

El Banco Central Europeo, debe actuar de inmediato como prestamista de último recurso de los bancos griegos. Su responsabilidad es mantener a flote la economía griega, todo lo que necesite para seguir funcionando y manteniendo con firmeza la llamada “asistencia de liquidez de emergencia”.

El Banco Central Europeo debe asumir sus responsabilidades ahora, por no haberlo hecho en el momento adecuado. Se hubiese mirado de frente a los problemas, refinanciando la deuda griega, hubiera evitado llegar a un nivel de deuda insostenible. Echar a Grecia fuera del euro sería otra temeridad, además el Banco Europeo no tiene el poder para expulsar a nadie. El informe del FMI, conocido en estos últimos días, puede servir de punto de partida para la reestructuración de la deuda. El Fondo Monetario, recomienda, recursos a Grecia a tipos de interés asumibles, vencimientos a largo plazo, periodos de carencia sin olvidar quita con modificaciones más favorables en las condiciones de amortización para los préstamos existentes. Por otro lado, es urgente un plan de crecimiento para Europa, con un programa de inversiones y la dinamización de la inversión en infraestructuras de transportes y energéticas, interconexión de redes eléctricas y proyectos transnacionales.