Opinar con libertad
Una parte
destacada de la población no se atreve.
Sin embargo cuando lo hace desde el “anonimato”,
juzga con una dureza desproporcionada. Con denuncias, a veces sin un fundamento
sólido, y fuera del ejercicio elemental de la crítica constructiva que
caracteriza a una sociedad sana que defiende democráticamente sus intereses
ciudadanos.
El
ciudadano tiene la obligación de comprometerse con la sociedad incluso después de
depositar su voto en la urna. Participando, en la medida de sus posibilidades,
en el control constructivo de la gestión política. Tanto a los que gobiernan
como los que tienen la obligación voluntaria de ejercer la oposición democrática
y cobran por ello.
El
dinero que malversa el político, el dinero que se han metido en el bolsillos,
es el que servía para hacer la vida de todos un poco mejor, más cómoda. El
dinero que aportamos los trabajadores al colectivo a canje de unos servicios, a
cambio de vivir en una sociedad dónde ningún niño vaya a la escuela sin
desayunar. Ese dinero que sirve para el mantenimiento de las urbanizaciones
olvidadas desde hace más de 20 años, mucho más que lo que establece la Ley. Ese
dinero que han escamoteado los malos políticos, llevándoselo, o siendo
injustamente pagado por no haber cumplido con su compromiso para con todos.
No
hay día que no tengamos la desagradable noticia de que un político ha metido la
mano en la cartera de todos. Lo peor no es eso, lo verdaderamente lamentable
que nos estamos acostumbrando a este tipo de acontecimientos y los recibimos
como algo habitual. Tal vez por eso, los partidos de nuevo cuño se quieren
desmarcar del contubernio y han llegado a la determinación de no tolerar a
nadie marcado por un pasado irregular, que incluya a todo político que haya
sido señalado por algún escándalo. Por supuesto no toleran que en sus filas
aparezca nadie que esté “imputado” a causa de su mala gestión.
A
nuestra tímida democracia arribaron multitud de personas, que sin experiencia
profesional, se agregaron al mundo de la astucia para ganarse una vida opípara
en la política. Fueron recibidos por el electorado con una sonrisa de indiferencia,
sin reparar que semejante circunstancia nos saldría cara, muy cara. El
desparpajo y la oratoria sin poso profesional sirven para el fracaso en la gestión
a un costo desproporcionado. Hasta ahora el elector se había dado poca cuenta
que le estaban rascando el bolsillo, pensando que los costos de gestión política
lo pagaban otros, cuando me refiero a otros estoy pensando en la realidad inconsciente
de la mayoría de los electores poco avezados en su responsabilidad democrática.
Pues
bien, en nuestro pueblo Valdemorillo, los políticos repiten una legislatura
tras otras sin el menor pudor pese a todo y a pesar de todo, con el beneplácito
de la mayoría de los ciudadanos que opinan sin fundamento alguno, que más vale
lo malo conocido que los bueno por conocer. Y votan alegremente sabiendo que su
decisión le cuesta bastante más dinero del que percibe él o ella durante un mes
trabajando.
La
existencia de planteamientos ideológicos es importante para el juego democrático,
siempre que el fin primordial del representante, sea el beneficio de la mayor
parte de la colectividad, y que su satisfacción política se logra con la complacencia
de la inmensa mayoría de los electores con independencia de su enfoque ideológico.
Jamás, el político debe usar su privilegio representativo, para beneficiar a
aquellos poderes que le suministraron su apoyo como empresas constructoras, empresarios,
colegas políticos etc.
Político,
seas hombre o mujer, esta noche cuando te vayas a dormir mira dentro de ti y pregúntate
¿Vale la pena cargar esta experiencia a cambio de tener que disimular, aguantando
la crítica fundamentada de convecinos. Yo creo que no, pero como eres un
político, se puede esperar cualquier cosa.
Efectivamente profesor, de manera incomprensible uns buena parte del pueblo tiene miedo a expresarse dando la cara amparandose en el anonimo y desde donde escriben una sarta de tonterias que desvirtúa lo que realmente quieren expresar. No se atreven a usar su nombre y esto perjudica notablemente el contenido del mensaje.
ResponderEliminarComo "política" creo que es nuestro deber expresar todo aquello que consideremos necesario. Soy consciente de que a veces esto puede resultar complicado (sobre todo si hablamos de Valdemorillo).
ResponderEliminarNo era esta mi vocación, pero pienso que hay que empezar a decir las cosas altas y claras y a veces la única forma de hacerlo sea entrar en el juego de quienes quieren evitarlo. Si no podemos denunciar, al menos podremos servir de portavoces de todos aquellos que no se atreven a a hacerlo.
Hay un sector de la población que come todos los días, pero a quien no tiene nada se la ha acabado la paciencia y le sonará a sarcasmo oír que no hay otra solución. El descontento es creciente y cada vez hay más gente que cree que a esto hay que plantarle cara, pero todos estos procesos son lentos
EliminarHay casos en los que está archijustificado; no se ha estado a la altura de las circunstancias. Pero por medio está el sentimiento filo fascista de atacar al sistema en general, y eso es peligroso. El político que delinca debe ser penado con agravantes, pero no debe equipararse la política al horror
La suprema lección del político es el ejemplo. Debe tener el valor de decir las cosas y paciencia para explicarlas. Y ser consciente de que no tiene vida privada y ser consecuente con sus actos.
Cuando alguien vota a los corruptos los legitima, los justifica y los defiende. Es igual de responsable de la corrupción, le guste oírlo o no. Eso sí, hay que dejar algo claro: hay muchos políticos honestos. El problema es que los casos de corrupción brillan más.
Comentario que por ser "anónimo" no sé se si se publicará.
ResponderEliminarPero, leyendo el titular y el comentario de Francisca Ruiz, deduzco que «El lazarillo de Tormes» nadie debe leerlo porque, al ser ANÓNIMO, queda "perjudicado el contenido del mensaje (el libro)".
Como siempre, usted señor González Martín, y otros muchos como usted, confunden al mensaje con el mensajero.
Este es su espacio señor González Martín. Si considera que el mensaje es bueno, publíquelo sin importar quién es el autor. Y si es malo e insultante, rechácelo. Pero vamos, que ya sabemos todos los que leemos sus artículos que para usted y muchos lo importante es «quien» dice las cosas, no «lo que se dice». Así nos va.
Sr anónimo, publico su mensaje porque no aporta nada y sin embargo no quiero dejar de dar cabida a una opinión.
EliminarNo tengo la seguridad que un artículo con un nombre necesariamente sea un artículo realmente firmado, pero estéticamente yo lo prefiero. Tal vez porque deseo la libre participación en el debate democrático: algunos de mis artículos son mucho más importante por las intervenciones que por el contenido y eso lo puede comprobar cualquiera.
Algunos articulas han tenido más de 1000 entradas, me imagino que no todas de Valdemorillo, o sí. Lo verdaderamente cierto es que el objetivo de este trabajo es llamar a la conciencia ciudadana y despertarla de su pasotismo político, si eso lo consigo me doy por satisfecho.
Animo anónimo la próxima ocasión ponga su nombre para que sea publicado. Muchas gracias.
Pues bien ante tanta mentira, debemos considerar de una vez por todas que nos estamos jugando nuestros dineros y nuestro futuro. Lo primero, en forma de impuestos y lo segundo por tener que pagar unas deudas de millones de euros que el ayuntamiento viene acumulando. Sin embargo cuando ha existido razón para repartir beneficios, no contaron con las arcas municipales comunes a todos. Sí, cuando se precisa dinero, entonces se recurre a impuestos complementarios, COMO EL DE PODA que ya está lamentablemente consolidado. Es precisamente entonces, cuando nos rascan el bolsillo, nos acordamos de exigir nuestros derechos, sin saber que nos están reclamando dinero en forma de impuestos todo el año.
ResponderEliminarUna buena parte de la población de Valdemorillo, comienza a mostrar su diferencia con los políticos municipales que utilizan del poder como mecanismo de enriquecimiento personal. Durante el tiempo que permanecen en la política, el mayor posible, consiguen hacer del pueblo un cortijo. Usando de las Normas Reguladoras como mecanismo en beneficio y participando de una manera u otra en el PLAN LUCRATIVO DE ACCIÓN CONJUNTA.
Cuando alguien vota a los corruptos los legitima, los justifica y los defiende. Es igual de responsable de la corrupción, le guste oírlo o no. Eso sí, hay que dejar algo claro: hay políticos honestos que quedan aparcados por la corrupción. Hay que denunciar con claridad meridiana, hay que interpelar a los corruptos sin miedo ya que defendemos nuestros intereses.
EliminarComo usted sabe profesor González, acabar con la dictadura no fue tarea fácil pero era el primer paso. Posteriormente llegaron unos gobiernos y durante los siguientes 30 años no cambió la esencia de España pero si la de los Españoles. Sigue siendo un país caciquil, donde quien manda manda, donde todo está para favorecer a los amigos del cacique de turno, pero...... algo ha cambiado en nuestras cabezas. Creo que hoy en día los españoles no eran los de finales de los 70, no somos nórdicos pero tampoco somos cateto dictatorial aunque algunos queden.
ResponderEliminarAhora debería llegar el tercer jalón, aquel que permita acabar con la mentalidad corrupta endémica de España, esa mentalidad que asume que el pueblo está al servicio del cacique expoliador de unos intereses concretos. Y también será el jalón que debería consolidar un estado social real y completo. Ahora bien, ese tercer jalón es nuestra responsabilidad. ¿Un partido político vinculado a constructores puede ser honrado? ¿Puede acabar con la corrupción? Yo creo que no, a las pruebas me remito. Por eso el cambio implica el riesgo de votar algo nuevo y eso es responsabilidad de los ciudadanos. Si seguimos igual nunca arrancará el tercer jalón no hay que votar a partidos salpicados por algo corrupto, bajo sospecha de corrupción. Descubrir la corrupción es obligación del ciudadano que moralmente está obligado a no venderse nuevamente.
¿Y cuál sería el cuarto? Pues es más complicado, hay trabajo de sobra con el tercero. Estoy convencido que será el desafío de la siguiente generación, pero haberlo ahiló
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ResponderEliminarEspaña es una granja cerrada propiedad de los sinvergüenzas. Vallas de la vergüenza, de la obscenidad y la indecencia. Muros protectores de bandidos, de ladrones, de corruptos y de saqueadores. España es la vena de la ciudadanía a la que le extraen sangre a cada instante hasta dejarla seca y moribunda. Aparte de los mareos, las náuseas y los vómitos, no escatiman esfuerzos en desangrar más y más a los ciudadanos de este país. No se cortan a la hora de exprimir los esfuerzos del pueblo, exigiéndole cada vez más esfuerzo mientras ellos se lo llevan calentito a otros lados de menor esfuerzo fiscal para sus felonías y fechorías. No se ruborizan al legislar en contra del pueblo para que las personas tengan que sacrificar más sus vidas a cambio de darles a ellos más y más beneficios. Defienden sus espurios intereses con total contundencia e identidad justificando lo injustificable y argumentando zafiedades, mentiras e indecencias. Se quedan tan anchos haciendo creer que defienden al país, que son demócratas y que proporcionan al pueblo un Estado de Bienestar inexistente, unos derechos usurpados y una libertad violada y vejada.
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