Camaleones
MENTIRAS, ENGAÑOS Y PATRAÑAS
Los
políticos que se cambian de partido, de chaqueta política. Cumpliendo lo que más
les interesa en lugar de lo que prometieron durante su campaña electoral, los llamamos camaleones,
aplicándoles la definición académica, según la cual, el camaleón es un reptil
que cambia de color, tomando el de la planta o lugar donde se posa para
ocultarse de las culebras y ciertas aves; posee una lengua larga y pegajosa y
tan ágil, que apenas se ve cuando se lanza para cazar los insectos de que se
alimenta.
Perfecta
definición aplicable ni más ni menos que a ciertos de políticos que sin ninguna ética o principios, cambian de
opinión política como lo hacen de cualquier vestido, procediendo de manera
similar a los camaleones para adaptarse al medio. La diferencia es que estos no
son animales, son políticos de carne y hueso, personas supuestamente estructuradas,
comprometidas con los electores, de convicciones ideológicas de las que todo se
espera menos que renuncien a las enseñas mediante las cuales han conseguido el
respaldo popular.
Es
una vergüenza. Pero ahí tenemos gobernando Valdemorillo a un partido que fue
elegido por un electorado concreto que no comulgaba con las ideas desarrolladas
por la Alcaldesa que sigue en el poder por casi cuatro lustros.
Pivalde
(partido independiente de Valdemorillo) públicamente y por medio de documentos,
denunciaba la forma, tiempo y modos de la Sra. Alcaldesa; pero estos argumentos
se desmontan cuando esa misma Alcaldesa, la de los casi cuatro lustros, les
ofrece buen sueldo y una buena cota de poder. Lo que precipitó el principio camaleónico
más intolerable para sus votantes.
Hay
otro término aplicable a políticos de tal calaña: veleta, palabra que, para
seguir con la academia, define a una persona que es inconstante, cambiadiza,
veleidosa. Así resultó ser la Carmen Villanueva, que súbitamente ascendió al
segundo puesto más importante del consistorio y responsable del Plan General de
Urbanismo, y que pretendía transformar el pueblo de Valdemorillo, con ese PGU
en otro Móstoles.
Con
esta decisión ha ganado ella y aquellos que sin pudor le acompañaban pero han
quemado totalmente un partido que se definía como independiente y a muchos
ciudadanos que ofrecieron su voto.
Lo
que uno en su inocencia política se pregunta es: ¿se puede confiar en semejantes
camaleones y escogerlos para que nos gobiernen? ¿Qué les parece?
Flaco
favor se está haciendo con estas experiencias a la consolidación democrática de
los españoles, demasiado hartos de mentiras, engaños y patrañas de políticos con
prácticas poco claras que salpican a la ciudadanía y a todas las instituciones.
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