EMPEZAR A CAMBIAR EN VALDEMORILLO
ANTE
UNAS ELECCIONES MUNICIPALES
Ya me gustaría que ahora, teniendo en cuenta los
resultados de las anteriores elecciones europeas, se produjeran unos plebiscitos
municipales. El resultado sería demoledor para las aspiraciones de “La Casta”. Auspicio que habría suicidios
y asesinatos, principalmente entre los de “La
Casta”. Las ventanas, desde las que se celebraron diversos triunfos
electorales, servirían de trampolín para una caída libre para asegurarse del
buen fin del topetazo contra el suelo. A más de uno le daría más que un yu-yu.
En Valdemorillo alguna no le importaría cambiar de chaqueta con la intención de
continuar unida a la ubre municipal hasta el tiempo de su jubilación.
Realmente,
con perdón, algo empezaría a cambiar en Valdemorillo. Y no digo que Podemos
acapararía una mayoría, porque considero que no tiene la capacidad de llegar
como lo tienen los poderosos, pero sí obtendría unos muy dignos e importantes
resultados, posiblemente nada parecidos a los obtenidos en las europeas, sino mayores,
pero que en todo caso sería lo que bastaría para frenar muchos ímpetus desde el
Hemiciclo, muchas tentaciones que da el poder cuando se cuenta con mayorías
absolutas y muchos proyectos destinados a aprovechar el margen amplio que da
ostentar el gobierno de un país para enriquecerse y enriquecer a sus amigotes
de la “Otra Casta”. La de los
empresarios especuladores, oportunistas, chantajistas y esclavizadores.
Serviría,
igualmente, para denunciar y hacer públicas muchas de las cosas que suceden en
el Ayuntamiento de Valdemorillo, cosa que no hizo quien hasta ahora tenía la
obligación de hacerlo y por lo que ahora tienen el resultado que obtuvieron en
las europeas. Estaría bien que se celebraran unas elecciones porque a muchos y
muchas se les iban a soltar los nervios, se les iba a conocer mejor porque
mostrarían su verdadero talante cuando ya no cuentan con impunidad y se
contemplaría como más de uno/a desertaría o se escondería debajo de las
piedras. Desearían que la tierra los tragara, anhelarían despertar de esa
pesadilla. Se creerían que todo se debía a un sueño y estarían deseando sacudirse.
¿Y sabe usted qué ocurriría? Sencillo: Para que se dieran cuenta de que no era
un sueño, algún miembro de Podemos o algún seguidor le daría un buen tirón de
orejas para que se dieran cuenta de que no estaban soñando, que todo obedecía a
la realidad y que aquello estaban empezando a cambiar en contra de ellos, “La Casta”. Que se les acabó el chollo.
¿Pero
qué sucede a día de hoy? Sencillo también: Pues que uno/a de los de “La Casta” nos acaba de dar una bofetada
impresionante (o pelotazo, vaya usted a saber), para que despertemos, porque
estamos ante un partido político que hace lo que le viene en gana, un Gobierno
que dicta sus antojos y que aún nos queda un año y medio para que se celebren
las próximas elecciones en las que ellos van a poner todo lo necesario para
revertir los resultados que nosotros soñamos, usando, como no podía ser de otra
manera, todas las artes conocidas y por conocer respecto de ganarse la voluntad
de la gente prometiendo lo que no está en los escritos y utilizando la política
del miedo que tan bien se les da. Y me pareció oír que eso será si les antoja,
que para eso tienen el poder.
Y
una de las muestras de que están en el poder, los de “La Casta”, son las diferentes sentencias que se están produciendo
estos días en diferentes juzgados de España, de los que los acusados de
mangonear salen indemnes. Los casos de Caixa Penedés y lo de las multas de
Lugo, son sangrantes.
Ahí están. No son indultos, son absoluciones en diferido. Dando la nota y demostrando que siguen ahí, con su característica y peculiar insolencia. La arrogancia que permite la prepotencia del mentiroso con el poder en su mano. La chulería que presentan los delincuentes de la política y los saqueadores cómplices. Ahí van, saliendo por las puertas de los juzgados riéndose de todos los demás. ¡¡Hay que fastidiarse!!.
Ahí están. No son indultos, son absoluciones en diferido. Dando la nota y demostrando que siguen ahí, con su característica y peculiar insolencia. La arrogancia que permite la prepotencia del mentiroso con el poder en su mano. La chulería que presentan los delincuentes de la política y los saqueadores cómplices. Ahí van, saliendo por las puertas de los juzgados riéndose de todos los demás. ¡¡Hay que fastidiarse!!.
La realidad sociológica muestra el nivel de estío que una buena parte de la sociedad española tiene para con sus políticos. Durante años los políticos en general y algunos en particular se han dedicado a defender sus intereses por encima de los del pueblo. Ese es el caso de Valdemorillo. En el que ha concurrido por una parte un pasotismo estructurado del pueblo y por la otra el afán desmedido de poder por parte de la alcaldesa López, que lleva toda una generación dominando el cotarro con la aquiescencia del pueblo que no ha reaccionado al abuso de poder.
ResponderEliminar