A mis amigos de Valdemorillo. Cap.1.

“EL PODER CORROMPE”…. ¿SIEMPRE?

La corrupción afecta a nuestra clase política se cobija en el perdón SIN RESTITUCIÓN. También se retroalimenta, de un escaso CONTROL que la sociedad ejerce sobre el poder.

También hay que suponer que, un alto porcentaje de la población no ha tomado conciencia de que el gasto generado por los poderes públicos y afecta a nuestra economía privada.

Los sociólogos Sayed y Bruce definen la corrupción como: el mal uso o el abuso del poder público para beneficio personal y privado, concibiendo que este fenómeno no se limita únicamente a los funcionarios públicos. O el conjunto de actitudes y actividades mediante las cuales una persona transgrede COMPROMISOS ADQUIRIDOS, utilizando los privilegios otorgados, esos acuerdos tomados, con el objetivo de obtener un beneficio ajeno al bien común". Por lo general se encamina a los gobernantes o funcionarios elegidos o nombrados, que se dedican a aprovechar los recursos del pueblo para de una u otra forma enriquecerse o beneficiar a parientes o amigos.

La corrupción constituye un acuerdo inmoral entre corruptor y corrupto, que beneficia a ambos en sus propósitos particulares, por encima de la ley en el plano político. La corrupción consiste en el uso y el poder público para el logro de beneficios particulares, que no se identifican con el bien común.

Hay que tener en cuenta:

·         Que su descontrol puede rascarnos el bolsillo, en forma de tasas y otros impuestos pada poder acometer con las DEUDAS pendientes, que son de todos los ciudadanos.

·         Que nuestro dinero puede ser mal empleado, usado de forma poco clara y alejada de los verdaderos intereses del pueblo en su conjunto.

·         Que los ciudadanos, estamos costeando el tren de vida y los ahorros de todos los “infectos” conocidos y de los que iremos descubriendo lentamente con nombres y apellidos.

Nosotros elegimos a nuestros representantes en los foros políticos correspondientes. Pero para muchos ciudadanos, entre los que me encuentro, no desertamos totalmente de esta responsabilidad. El conocimiento y el control nos debe permitir: no solamente una mejor gobernabilidad del pueblo sino que además contribuye a la regeneración del gasto público.

No debe permitirse, bajo ningún concepto, que los políticos electos campen a sus anchas sin un elemental control de los ciudadanos, El pueblo debe conocer con claridad, cómo y porque se generan los gastos y de qué modo se van a pagar. Del igual manera, el ciudadano debe estar al tanto de la deuda generada por el consistorio y como se acomete su devolución.

No hay que olvidar que los políticos ejercen su trabajo de manera voluntaria  y por designación ciudadana; y los vecinos no entregamos un papel en blanco firmado que posibilite, a nuestros representantes.

No se debe olvidar que, un político jamás debe utilizar el poder, para desarrollar sus intereses personales olvidándose del verdadero compromiso con sus electores. Y menos aun cuando estos intereses resultan contrarios a la voluntad del electorado y dejan al votante únicamente con el recurso al pataleo. El político no debe prometer algo y hacer lo contrario, colocando sus intereses personales por encima de la concierna del pueblo.

Tampoco el político de turno, debe intentar justificar actuaciones deplorables, cuando sean contrarias a los intereses ciudadanos, usadas para favorecer a entidades particulares a cambio prebendas, que no se traducen en beneficios colectivos para la ciudadanía en su conjunto. El ciudadano termina conociendo, en los mentideros del pueblo, estas prácticas y, sin disponer de las pertinentes pruebas, trasmite a la opinión pública opiniones contrarias no fundamentadas, argumentando supuestos y no realidades, tangiblemente documentadas como sería preciso dentro de una convivencia pacífica.

Todos estos acontecimientos, están dañando profundamente la credibilidad ciudadana hacia los políticos y hacia algunos funcionarios municipales, que conociéndolas no las denuncian. Entre unos y otros estamos hiriendo a la institución democrática y escandalizando al elector, que se siente impotente ante la corrupción y receloso de la justicia.

También todas las normativas locales deben ser consensuadas en el Plenario, al objeto de evitar la presencia de otros intereses diferentes a los del pueblo e imputables a otra concierna ajena.

Todas las razones anteriores analizadas previamente, iban encaminadas a servir como preámbulo a los acontecimientos que propiciaron un pacto de intereses, aceptado únicamente por los protagonistas centrales del evento

El PP de Valdemorillo, personalizado en su alcaldesa, debía sacar adelante un Plan General, discutible, discutido y repleto de interrogantes. Un Plan que precisaba para su asunción de una mayoría absoluta en la Comisión de Plenos. La alcaldesa, Pilar López, en el poder desde hace cuatro lustros, necesitaba pactos para conseguir la mayoría, y los busco entre los concejales que considera vulnerables. Finalmente, para conseguirlo, acordó un pacto con la opción PIVALDE, que había ejercido públicamente una crítica despiadada sobre la gestión de la Alcaldesa López. El partido independiente, no dudo en dar la espalda a sus electores y coaligarse con el poder, a cambio de tener un sueldo igual que la alcaldesa y “controlar” un Plan General que fue finalmente aprobado con la oposición de la oposición.

Para finalizar este escrito debo usar una frase, que no es mía, pero que respalda este trabajo: El Poder corrompe, y el continuado puede llegar a corromper absolutamente. Los ciudadanos de Valdemorillo hablan sobre este asunto, en tertulias, encuentros, conversaciones y otros mentideros. Despotrican contra gestión de la alcaldesa, para después dejan de asistir a los Plenos Municipales que es el lugar adecuado para reparar de una realidad cotidiana, que contribuya, para que el contribuyente, saque sus propias conclusiones. Resulta imprescindible para conocer, de primera mano, una realidad que no debe resultar ajena a la ciudadanía en su conjunto y construir una opinión fundamentada al pagar sus impuestos.

El ciudadano, tiene el derecho a estar informado y la obligación de contribuir al sostenimiento de todo gasto municipal que sea necesario. Lo que nunca debe hacer un vecino es opinar sin conocer la realidad objetiva, o sacando la conclusión de que todos los políticos son igual de golfos cuando es rotundamente falso. Hay políticos honestos que no deben enfundarse este sambenito injusto y escasamente constructivo.