A mis amigos de Valdemorillo. Cap 3



EL URBANISMO. NÚCLEO PRINCIPAL DE CORRUPCIÓN EN MADRID
El núcleo principal de la trama de corrupción de la CAM dada a conocer hoy por el juez Pedreira revela que los ayuntamientos del PP presuntamente implicados en tramas corruptas han ocultado deliberadamente información al Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM), lo que ha dificultado las investigaciones judiciales.

El incremento de delitos urbanísticos recoge la siembra del volumen de procesos judiciales que actualmente instruyen los tribunales madrileños en esta materia. Los delitos más comunes en estas tramas de corrupción son la prevaricación urbanística, la prevaricación genérica, la omisión del deber de perseguir delitos o la falsedad en documento oficial. La Fiscalía especializada destaca la complejidad de perseguir estos tipos delictivos habida cuenta de su singularidad: los órganos que deberían controlar estos excesos son los propios ayuntamientos, que tienen la obligación de hacer las veces de «policía urbanística», como ente que gestiona la recalificación de su propio suelo urbano.
Un informe de la Intervención General del Estado incorporado al sumario pone de manifiesto que varios los ayuntamientos regidos por el PP, todos ellos en la Comunidad de Madrid, han ocultado "de forma expresa e intencionada" los expedientes sobre adjudicaciones de obras y servicios.
En varios ayuntamientos importantes, tras los registros practicados por la (Unidad de Delincuencia Económica y Financiera de la policía, que no debe haber terminado de finalizar sus trabajos, y a través de los interventores generales del Estado adscritos a la Fiscalía Anticorrupción comprobaron que la documentación intervenida sobre adjudicaciones presuntamente irregulares estaban, en la mayoría de los casos, incompletos. Los municipios fueron entonces requeridos judicialmente a remitir los expedientes completos, pero la Intervención General del Estado -dependiente de Hacienda- volvió a constatar la absoluta falta de colaboración de esos ayuntamientos.
Las corrupciones urbanísticas casi siempre se derivaron desde Planes Parciales, Planes Generales y Normas Subsidiarias organizadas desde el poder municipal y auspiciado por empresas constructoras importantes en la zona. Estas empresas influían de manera determinante en la elaboración de las normas urbanísticas favoreciendo sus intereses especulativos frente a la concierna de muchos ciudadanos del pueblo.
Por otra parte en un reciente estudio realizado por l Comisión Europea sobre Corrupción en España, lo más preocupante en el caso de España no es que un 95% de los españoles crea que la corrupción es una práctica ampliamente extendida, frente a un 59% de los alemanes. Lo más importante es que un 8% de los interrogados asegura que ha experimentado o ha sido testigo de un caso de corrupción. Un 8% es mucho, frente al 2% de Alemania o el 1% de los países nórdicos. Aun así, ese 8% quiere decir que la corrupción está muy localizada o lo que es lo mismo, poco extendida en la sociedad española. La Comisión identifica perfectamente cómo y dónde se pro
duce: en la mezcla del desarrollo urbanístico dejado en manos de los ayuntamientos esta gestión. Ese es el auténtico foco de infección. Cuando yo era estudiante de arquitectura, esa gestión la asumía COPLACO que pertenecía a toda la provincia de Madrid en su conjunto, y estaba por entonces dirigida por el Arquitecto Eduardo Mangada como Gerente de Urbanismo.
Lo increíble es que, a estas alturas, después de todo lo ocurrido, después de 5.144 casos de corrupción denunciados en más de 600 ayuntamientos, el Congreso de los Diputados de este país no haya elaborado aun ningún informe con esas mismas conclusiones. No, silencio. Ni un miserable debate público sobre la evidencia de lo ocurrido. No ha habido debate, ni está previsto que lo haya. Así, realmente, no se podrá nunca luchar de verdad contra la corrupción, porque lo que falta, a todas luces, es la voluntad política para reconocer esa verdad.

Comentarios

  1. Javier González Flores20 de julio de 2014, 19:28

    Querido profesor y antiguo compañero. Soy militante del PP y debo confesar que tanbienme siento consternado ya que vivimos momentos en que la transparencia, la honestidad y capacidad de entrega de los dirigentes debe ser una referencia clara que sea capaz de permitir olvidar toda la inmundicia acumulada durante años. Los administradores de lo público y de quien la práctica debe ser cristalina mayoría de las personas que de forma altruista y no retributiva la ejercen deben salir reforzados como verdaderos servidores de los demás, por su vocación social e ideológica.
    No podemos ni debemos generalizar ante el panorama que estamos vislumbrando que, desde luego, es de todo menos alentador: Operación Pokemon, Operación Campeón, caso Gürtel, caso Palau de la música, ITV, Nóos, Palma Arena, los ERE en Andalucía y así un largo etc. “En política no vale todo”. Existe la necesidad de renovar la política y el partido y, por supuesto, con su rotunda afirmación en los partidos no debe haber cabida para actuaciones “irregulares, ilegales o fraudulentas”, por lo que quienes se intenten aprovechar del partido, tienen que estar fuera de él, fuera de la política y en manos de la Justicia.
    Y así tiene que ser y la auditoría interna y externa solicitada para tal fin tiene y debe ser profunda, exhaustiva y definitoria, a la vez que la investigación judicial en curso y todos los casos se deben investigar hasta el final para garantizar la tranquilidad, transparencia y confianza que cualquier afiliado o simpatizante debe tener en su organización y por supuesto la de los millones de hombres y mujeres que apoyan con su voto a estos partidos. Todo partido tiene la obligación de colaborar en este propósito y que dichos resultados se hagan públicos, como no puede ser de otra forma. Los Ayuntamientos deben abrir sus ventanas y permitir cualquier tipo de auditoria externa y los funcionarios al servicio de la administración local permitir tales investigaciones.
    Pero dicho esto, debe quedar clara la imperiosa necesidad de dar prioridad absoluta a un pacto nacional contra la corrupción entre todos los partidos del país. Que debe plantearse para dar tranquilidad al conjunto de los ciudadanos que componemos este gran país. De la misma forma tampoco debemos pensar que todo aquel que tiene una responsabilidad orgánica y pública en un partido político es un presunto delincuente en potencia.

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