La voz que clama en el desierto



CARTA ABIERTA
A todos aquellos y aquellas que están haciendo de la política un negocio egoísta e insolidario.
¡¡Marchaos ya!! Dejarnos vivir en democracia y libertad
Señores y señoras del ámbito de la política, (ministros, diputados, senadores, alcaldes, concejales, con su correspondiente genero) De los empresarios, de las finanzas, de los mercados……un largo etcétera.
Me dirijo a ustedes, ¡sí, a ustedes!
Les invito a que den un paso adelante, con humildad, con sinceridad y con la suficiente honestidad para dejar ver, de forma clara, diáfana y absolutamente transparente, que se sitúan enfrentados a la mala praxis que abunda a este país.
Que den un paso adelante sin vacilación de ningún tipo, sin resquicios, sin grietas, con firme decisión y definitiva postura, para dejar claro que están en contra de todo esto que está pasando en España. Que dejen claramente diferenciados a aquellos/as que delinquen, que juegan con nuestros sentimientos, con nuestras esperanzas y nuestras ilusiones. Que se queden definitivamente retratados todos ellos/as en un único y exclusivo marco que los distinga del resto de las personas de este país que deseamos vivir en paz, con tranquilidad, sin sobresaltos y con motivación y orgullo de pertenecer a un país limpio, transparente, con objetivos claros y con un plan definido que descubra y desenmascare a quienes tienen por modo de vida: la corrupción, las malversación, el cohecho, el tráfico de influencias, el trapicheo con los dinero públicos. En definitiva, la mala praxis, o como mínimo aquel comportamiento que genera desconfianza, inquietud y desestabilización en las personas que intentamos salir adelante con humildad, con nuestro esfuerzo, con nuestros recursos y oportunidades, desde la decencia y el esfuerzo. Humildemente.
Les aseguro que así es difícil dar un paso fuera de casa todos los días. Salir ahí afuera a un mercado ya de por sí duro, competitivo, difícil con el único objetivo de conseguir el pan para nuestros hijos, con limpieza y honestidad. Es muy duro leer todos los días la prensa, oír la radio o ver la televisión y no dejar de percibir que el ambiente de este país es cada vez más irrespirable, de menor tolerancia y de peor digestión.
Ustedes optarán por decir que es mejor vivir al margen de todo esto que sucede y que uno se dedique única y exclusivamente a trabajar, pero mi pregunta es: ¿Y quién es capaz de abstraerse de tanta barbaridad? Es imposible evadirse de esta realidad aunque lo intentes. Con su afán por llenarse los bolsillos, aquellos y aquellas que se dedicaron a hacerlo desde que se instauró en este país un sistema de convivencia democrática, de igualdades, de derecho y libertad, de justicia y de equidad, de reparto justo de la riqueza, de todas aquellas buenas intenciones con las que construyeron la Constitución. Y lo único que han hecho es lucrarse y beneficiarse amparándose en triquiñuelas y ardides malignos, buscando la complicidad de los otros que desde puestos de influencia y conocimiento, han contribuido a facilitarles la labor y a allanarles el camino hacia la delincuencia, hacia lo ilegítimo. Es por esto, y por muchas cosas más que sería imposible de resumir en un escrito como este, pues se necesitarían tomos enteros para recopilar todas las artimañas que pergeñaron a lo largo de los últimos  años, que les sugiero, les pido y les recomiendo, en nombre propio y en el de muchos y muchas españoles y españolas, que sin duda lo suscribirán, que: depongan su actitud, aquellos que han tergiversado el orden de convivencia de este país, que lo han alterado hasta el punto de hacerlo irrespirable, invivible, o por contra, aquellos/as que desde los poderes, desde la empresa, desde la judicatura o desde cualquier otro puesto de poder e influencia, se muestren en contra de toda esta mala versación de hechos, lo denuncien y dejen aisladas a aquellas personas que están perjudicando seriamente y gravemente la salud mental y física de la mayoría de los que deseamos vivir en un país limpio, legal e íntegro, además de poner en serio peligro nuestra integridad física.
En serio les digo que es necesario hacer algo por este país, por sus gentes, con el fin de erradicar este mal que nos está haciendo tanto daño y que acabará consiguiendo que los españoles, lejos de ser personas, lejos de ser seres humanos, nos convirtamos en auténticos fieras, en monstruos y en seres sin corazón ni sentimientos porque lo que está pasando en este país no puede tener otro fruto que no sea el de la cizaña, el de la mala hierba que todo lo destruye.
Si no actuamos rápidamente, acabaremos siendo devorados unos por otros en un afán por sobrevivir como sea, porque ustedes, los corruptos y aquellos que lo han consentido con su complicidad y/o silencio, lo han logrado. Y no creo que eso sea el buen fin que perseguimos la mayoría de los ciudadanos de este país.
Queremos vivir, y además, hacerlo en paz y tranquilidad. Y por supuesto deseamos un futuro más cierto y esperanzador para nuestros hijos.

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