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Todos los votos valen igual

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Pero no han sido decididos de la misma manera. Estamos a las puertas de elegir alcaldía y al máximo representante de nuestra comunidad autónoma, en definitiva con nuestro voto vamos a decidir el futuro local durante los próximos cuatro años. Cada ciudadano o ciudadana concluirá la persona u opción política que voluntariamente haya decidido. Estamos en momentos históricos, convulsos, en donde muchos de nuestros principios del pasado se van destruyendo como castillos de naipes, las referencias que nos servían en el pasado han dejado paso a otras marcadas por unos intereses a veces espurios. El liberalismo económico está propiciando una enorme brecha de desigualdades, en donde la ambición campa a sus anchas; tal vez, ante este panorama, se necesite una mayor dosis de sentido común a la hora de votar, de forma que la razón, nuestra razón y el nivel de conocimiento de la opción votada se pongan en sintonía y nos permitan elegir poniendo por delante nuestra consciencia. Por el

Ante el voto municipal

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La razón y las otras circunstancias Hace unos días a través de Facebook la concejala Sra. Becerra, henchida de razón, solicitaba respeto para su partido el PP. Desde luego debiera ser imprescindible en el juego democrático. El respeto a las ideas y por supuesto a sus representantes. Pero nuestra realidad es diferente, tal vez porque en España somos distintos, cuando un partido político como el Popular se permite el privilegio de pasar por encima a los intereses de otros partidos desplegando un alarde de propaganda electoral, que se ampara en una caja B corrupta e insolidaria, resulta difícil contener a la opinión pública en sus apreciaciones. Cuando se palpa el interés desmesurado de algunos políticos para mantenerse en el poder suscita en la opinión publica pensante un primer rechazo repleto de interrogantes. Cuando se utiliza el poder para enjuagues que bordean la ilegalidad, para hacer del Ayuntamiento un co rtijo de amiguetes y familiares, proponiendo el silencio,

La falta de confianza

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¿Puede funcionar un sistema que no confía en sus políticos, que ven a los ciudadanos como mercancía?   NO El gran problema de la democracia valdemorillense reside en la falta de confianza de los ciudadanos en sus políticos de los que reniegan y soportan como mal irremediable. Valdemorillo está habitada por personas de edad, conservadoras y refractarias a todo cambio que solo ven a través de que no les toquen sus pensiones que consideran suficientes, y se produce el fenómeno inédito de que vaya a ser alcaldesa alguien que no conozcan. Ahora ya va en serio, muy en serio. La falta de confianza en políticos e instituciones provocan el distanciamiento del ciudadano del proceso político; frente a la marginación del residente en la vieja política, la única solución es devolver a los ciudadanos y colectivos la participación en la gestión política. Yo no me dedico a la política, ni ganas que tengo. No quiere decir que no tenga conformada una idea de lo que debía ser una a

¿Cuánto gastan los partidos en las campañas?

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¿Qué nos dan a cambio? No me parece de recibo que los partidos políticos se gasten esa ingente cantidad de dinero en sí mismos en su cuidado, promoción y mantenimiento mientras siguen aplicando recortes a las protecciones sociales de sus ciudadanos, de aquellos que sostienen al estado con sus impuestos. Pero nunca pasa nada… Bienvenido Míster Marshall Esta imagen constituye, en su conjunto, todo un atentado a la inteligencia de la ciudadanía Es una vergüenza   Por eso, en esta ocasión sí que voy a pedirte algo: di BASTA, manifiesta tú, que los políticos perciban que sus actos no pasan desapercibidos y que pueden tener consecuencias en las próximas elecciones si no rectifican. QUÉJATE, tienes motivos para estar INDIGNADO con quienes son INDIGNOS, en ocasiones, de los cargos de responsabilidad que ocupan. Además a la vista del desigual reparto de propaganda, se podría decir sin confundirse que algunos partidos se han saltado las normas a la torera y se han ga